Rubalcaba acusa al PP de comportarse con «vileza»
20-10-06
Rubalcaba acusa al PP de comportarse con «vileza»
Torme dice que lo «vil» fue negociar con ETA, Rosa Díez exige al PSOE un desmentido y García-Escudero se ratifica
Rubalcaba acusa al PP de comportarse con «vileza»
Torme dice que lo «vil» fue negociar con ETA, Rosa Díez exige al PSOE un desmentido y García-Escudero se ratifica
MADRID.- El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, acusó ayer de «vileza» a los populares por su ofensiva parlamentaria en contra del llamado proceso de paz y, muy en particular, por la intervención de su portavoz en el Senado, Pío García-Escudero, al reprochar al presidente del Gobierno que autorizase contactos con Batasuna mientras ETA asesinaba a su compañero de partido Joseba Pagazaurtundua.
Además, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, aseguró, por su parte, que en junio de 1996, mientras ETA mantenía secuestrado al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, el Gobierno del PP «acercaba presos» de la banda terrorista a cárceles del País Vasco.
(.../...)
La reacción de los socialistas vino precedida por la propia ratificación del popular García-Escudero, quien, en declaraciones a Onda Cero, explicó que la víspera se refirió «a contactos que ellos mismos [los socialistas] han reconocido, con todo lujo de detalles y en múltiples declaraciones». «El señor Otegi, el señor Eguiguren y el señor Barrena han justificado y reconocido contactos permanentes a lo largo de cinco años», afirmó.
García-Escudero sí admitió haber dudado antes de contraponer dichos contactos con el asesinato de Pagazaurtundua. «Fue duro, y yo dudé si hacer mención a ello», dijo ayer, «pero claro, es mucho más duro, asistir a cómo se está marginando de este mal llamado proceso al partido de la oposición, que representa a más de 10 millones de españoles; cómo se está marginando a las víctimas, los familiares de casi 1.000 muertos, que están empezando a pensar si ese sacrificio ha merecido la pena; cuando resulta que a quien se está contentando es a una organización ahora ilegal y que cuando era legal tenía 154.000 votos...».
El número dos socialista, José Blanco, rememoraba luego en su página web y en un comentario bajo el título Frente a la indignidad, la memoria, las semanas que transcurrieron entre el 12 de junio y el 4 de julio de 1996, cuando ETA declaró una tregua de siete días (entre el 23 y el 30 de junio), a la que el Ejecutivo «responde acercando a 32 presos etarras a cárceles próximas al País Vasco».
Según insistía Blanco, el delegado del Gobierno en Euskadi, Enrique Villar, relacionó el reagrupamiento con el intento de lograr un desenlace feliz al secuestro de Ortega Lara, y el 18 de junio el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, afirmó que la política penitenciaria, que incluye el acercamiento de algunos etarras, quitaría argumentos a la banda terrorista.
Las palabras de Rubalcaba y de Blanco tuvieron en todo caso la réplica popular, primero de la mano de la portavoz en la comisión de Interior del Congreso, Ana Torme, quien se refirió a Rubalcaba como el «portavoz del Gobierno de los GAL», y argumentó que son esos contactos denunciados ahora por el PP los que constituyen una «vileza», e insistió en que se llevan a cabo desde 2002.
Luego fue el propio portavoz popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, quien definió el comportamiento del Grupo Parlamentario Popular y del partido en este caso como «ejemplar». «Estamos actuando con una gran responsabilidad», dijo. «Y yo les recomendaría al Gobierno y al PSOE que no tentaran la suerte, porque cuando se meten con nuestras iniciativas, a lo mejor lo que están haciendo es provocar», añadió.
Zaplana acusó también al propio Blanco de «provocador» y calificó sus declaraciones de «intolerables». «No solamente por su mal gusto, sino también por lo que tienen de inoportunidad y de provocación», explicó.
La eurodiputada socialista Rosa Díez entró también de lleno en la polémica y dijo desde Gijón que el PSOE debe responder a las «gravísimas acusaciones» del PP. «Lo fuerte es que, cuando subía y bajaba la persiana Joseba, sabemos hoy que dirigentes del PSOE estaban hablando con Batasuna. Si no es verdad, hay que desmentirlo radicalmente», exhortó Rosa Díez.
Además, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, aseguró, por su parte, que en junio de 1996, mientras ETA mantenía secuestrado al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, el Gobierno del PP «acercaba presos» de la banda terrorista a cárceles del País Vasco.
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La reacción de los socialistas vino precedida por la propia ratificación del popular García-Escudero, quien, en declaraciones a Onda Cero, explicó que la víspera se refirió «a contactos que ellos mismos [los socialistas] han reconocido, con todo lujo de detalles y en múltiples declaraciones». «El señor Otegi, el señor Eguiguren y el señor Barrena han justificado y reconocido contactos permanentes a lo largo de cinco años», afirmó.
García-Escudero sí admitió haber dudado antes de contraponer dichos contactos con el asesinato de Pagazaurtundua. «Fue duro, y yo dudé si hacer mención a ello», dijo ayer, «pero claro, es mucho más duro, asistir a cómo se está marginando de este mal llamado proceso al partido de la oposición, que representa a más de 10 millones de españoles; cómo se está marginando a las víctimas, los familiares de casi 1.000 muertos, que están empezando a pensar si ese sacrificio ha merecido la pena; cuando resulta que a quien se está contentando es a una organización ahora ilegal y que cuando era legal tenía 154.000 votos...».
El número dos socialista, José Blanco, rememoraba luego en su página web y en un comentario bajo el título Frente a la indignidad, la memoria, las semanas que transcurrieron entre el 12 de junio y el 4 de julio de 1996, cuando ETA declaró una tregua de siete días (entre el 23 y el 30 de junio), a la que el Ejecutivo «responde acercando a 32 presos etarras a cárceles próximas al País Vasco».
Según insistía Blanco, el delegado del Gobierno en Euskadi, Enrique Villar, relacionó el reagrupamiento con el intento de lograr un desenlace feliz al secuestro de Ortega Lara, y el 18 de junio el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, afirmó que la política penitenciaria, que incluye el acercamiento de algunos etarras, quitaría argumentos a la banda terrorista.
Las palabras de Rubalcaba y de Blanco tuvieron en todo caso la réplica popular, primero de la mano de la portavoz en la comisión de Interior del Congreso, Ana Torme, quien se refirió a Rubalcaba como el «portavoz del Gobierno de los GAL», y argumentó que son esos contactos denunciados ahora por el PP los que constituyen una «vileza», e insistió en que se llevan a cabo desde 2002.
Luego fue el propio portavoz popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, quien definió el comportamiento del Grupo Parlamentario Popular y del partido en este caso como «ejemplar». «Estamos actuando con una gran responsabilidad», dijo. «Y yo les recomendaría al Gobierno y al PSOE que no tentaran la suerte, porque cuando se meten con nuestras iniciativas, a lo mejor lo que están haciendo es provocar», añadió.
Zaplana acusó también al propio Blanco de «provocador» y calificó sus declaraciones de «intolerables». «No solamente por su mal gusto, sino también por lo que tienen de inoportunidad y de provocación», explicó.
La eurodiputada socialista Rosa Díez entró también de lleno en la polémica y dijo desde Gijón que el PSOE debe responder a las «gravísimas acusaciones» del PP. «Lo fuerte es que, cuando subía y bajaba la persiana Joseba, sabemos hoy que dirigentes del PSOE estaban hablando con Batasuna. Si no es verdad, hay que desmentirlo radicalmente», exhortó Rosa Díez.
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