Ramírez admite que firmó en falso e implica a su superior
21-10-06
Impresiones
Ramírez admite que firmó en falso e implica a su superior
Francisco Ramírez declaró ayer como imputado ante la juez que estudia la presunta falsificación a que fue sometido el informe que vinculaba a ETA con el 11-M y su declaración arrojó algunos datos de extraordinaria relevancia para la investigación. En primer lugar, Ramírez admite que estampó su firma en el documento como autor de unos análisis que nunca hizo. Con estas palabras, el jefe de los peritos está reconociendo tácitamente la falsedad. Es inútil que trate de justificar la manipulación invocando unas supuestas «normas de calidad» que le facultan para modificar los informes de sus subordinados. De ser esto cierto, ¿por qué entonces a los peritos Escribano y Manrique se les ha mutilado éste y no ningún otro informe? Por otra parte, esas normas de calidad podrían justificar la poda de alguna de las observaciones finales del documento, pero en ningún caso pueden servir de coartada para eliminar elementos fácticos como los dos antecedentes en los que la policía había hallado ácido bórico o para falsear el sobre, la firma y el libro de registro de un informe técnico. Y si Ramírez llevó a cabo esta cadena de falsificaciones, fue -según admitió ayer ante la juez- después de consultarlo con el secretario general de la comisaría, Pedro Mélida, al frente en aquellos días de la Policía Científica por hallarse de vacaciones el comisario Santano. Ramírez confirma así lo dicho por sus subordinados a Garzón y deja la pelota en el tejado de sus superiores, que tendrán que aclarar qué les llevó a ordenar una falsificación tan burda precisamente en un informe que vinculaba a ETA con el 11-M. La declaración de Ramírez es una prueba más de que Interior ha intentado orientar la instrucción del juez Del Olmo y eliminar cualquier indicio que pusiera en duda la versión oficial de los hechos.
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Ramírez admite que firmó en falso e implica a su superior
Francisco Ramírez declaró ayer como imputado ante la juez que estudia la presunta falsificación a que fue sometido el informe que vinculaba a ETA con el 11-M y su declaración arrojó algunos datos de extraordinaria relevancia para la investigación. En primer lugar, Ramírez admite que estampó su firma en el documento como autor de unos análisis que nunca hizo. Con estas palabras, el jefe de los peritos está reconociendo tácitamente la falsedad. Es inútil que trate de justificar la manipulación invocando unas supuestas «normas de calidad» que le facultan para modificar los informes de sus subordinados. De ser esto cierto, ¿por qué entonces a los peritos Escribano y Manrique se les ha mutilado éste y no ningún otro informe? Por otra parte, esas normas de calidad podrían justificar la poda de alguna de las observaciones finales del documento, pero en ningún caso pueden servir de coartada para eliminar elementos fácticos como los dos antecedentes en los que la policía había hallado ácido bórico o para falsear el sobre, la firma y el libro de registro de un informe técnico. Y si Ramírez llevó a cabo esta cadena de falsificaciones, fue -según admitió ayer ante la juez- después de consultarlo con el secretario general de la comisaría, Pedro Mélida, al frente en aquellos días de la Policía Científica por hallarse de vacaciones el comisario Santano. Ramírez confirma así lo dicho por sus subordinados a Garzón y deja la pelota en el tejado de sus superiores, que tendrán que aclarar qué les llevó a ordenar una falsificación tan burda precisamente en un informe que vinculaba a ETA con el 11-M. La declaración de Ramírez es una prueba más de que Interior ha intentado orientar la instrucción del juez Del Olmo y eliminar cualquier indicio que pusiera en duda la versión oficial de los hechos.
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