«Uno de los máximos dirigentes de una organización terrorista internacional»

16-02-07



JUICIO POR UNA MASACRE / La clave italiana

«Uno de los máximos dirigentes de una organización terrorista internacional»


La sentencia de un tribunal de Milán que lo condenó a 10 años de cárcel declara probado que 'El Egipcio' integra una red con células en España, Bélgica, Francia, Holanda y Marruecos

PAOLO BIONDANI. Corriere della Sera / EL MUNDO

MILAN.- La sentencia condenatoria que los jueces de Milán han dictado contra Osman Rabei, alias Mohamed el Egipcio, especifica que la Policía posee la «prueba irrefutable» de que éste «era uno de los máximos dirigentes de una organización terrorista internacional activa con varias células locales» no sólo en España, sino también «en Bélgica, Francia, Holanda, Marruecos, Egipto, Siria, Irak y Arabia Saudí».

Rabei, que fue detenido en Italia el 7 de junio de 2004, ha sido procesado y condenado a 10 años por el Tribunal de Milán a causa de este delito asociativo; sin embargo, su implicación en el 11-M es competencia de los magistrados de Madrid. Con todo, según la sentencia italiana, queda «ampliamente demostrado» que El Egipcio fue uno de los «cerebros organizadores, en calidad de reclutador, de los atentados del 11 de marzo y del suicidio del 3 de abril en Leganés».

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Tras los atentados, Rabei huyó a Italia y «organizó una nueva red de reclutamiento de jóvenes suicidas para la Guerra en Irak», existiendo «un único hilo conductor entre la matanza del 11-M y los atentados suicidas en Irak».

La sentencia de Milán declara que estos delitos han sido «comprobados más allá de cualquier duda razonable» y que forman parte de una «red terrorista internacional» que relaciona al grupo de Rabei con la matanza de Casablanca (16 de mayo de 2003, 45 muertos), «con el homicidio del cineasta holandés Theo Van Gogh» y con sendos «proyectos», frustrados por las detenciones, de dos nuevos atentados «en Roma» y «contra la organización OSAC, dependiente de la OTAN». Además, la sentencia enumera una serie de indicios que, por primera vez, levantan sospechas acerca de la existencia de un nivel superior de dirigentes.

La sombra de Zawahiri.

El subjefe superior de Policía de Milán, Bruno Megale, declaró que Rabei «es un experto en explosivos y fue artificiero del ejército en Egipto durante tres años», donde los servicios secretos lo clasificaron como «afiliado a la yihad egipcia de Ayman Zawahiri», el número dos de Al Qaeda. En el piso de Milán donde lo detuvieron, Rabei guardaba «una carta de Omar Abdelrahman», el jeque egipcio ciego condenado a cadena perpetua en Estados Unidos por el ataque de 1993 contra las Torres Gemelas. Se trataba de un «llamamiento a todos los musulmanes a combatir en todo el mundo contra los infieles».

El primer rastro de la presencia de Rabei en Europa fue hallado en Alemania. El 30 de junio de 1999 El Egipcio fue «detenido como clandestino y recluido en el centro de Lebach», donde «asumió el papel de imam». Luego, desapareció misteriosamente «coincidiendo con el ataque terrorista del 11-S».

Van Gogh y el grupo de Holanda.

Entre los contactos personales de Rabei, los jueces italianos señalan también a «Ismail Hakni, detenido en Holanda durante las investigaciones sobre el homicidio de Theo Van Gogh». Hakni es el terrorista que «lanzó una bomba de mano contra los policías holandeses que estaban irrumpiendo en su casa» para capturar a los cómplices del asesino del cineasta. El 4 de junio de 2004, durante la visita de Bush a Italia, Rabei fue interceptado mientras revelaba a un joven discípulo, Mohamed Yahia, un nuevo proyecto por entonces secreto. Sólo mencionaba el objetivo y a los cómplices: «Abriremos Roma... como dijo Al Boukari, el compañero del Profeta, 'después de Constantinopla, abriremos Roma'... Entraremos en Roma con los de Holanda».

Los jeques saudíes.

El 24 de mayo de 2004 Rabei, a través de su ordenador, contacta por videoconferencia con dos predicadores wahabíes, a los que considera sus maestros, «los jeques Salman Bin Awda y Alí del Qatar», y les pide una fatwa o pronunciamiento islámico. Rabei explica que su «plan de reunirse con Dios el día 20 del mes que viene» queda aplazado, ya que «el consejo de los religiosos es el siguiente: una persona sólo puede presentarse ante Dios limpia y pura y, por lo tanto, antes debe arreglar todos sus asuntos terrenales». El problema de Rabei era la «esposa tunecina» que «había dejado en Madrid», a la cual consideraba «poseída por el demonio». El Egipcio le pidió a un imam que la exorcizara, pero éste «fue arrestado, acusado de terrorismo».

Rabei pidió a los dos jeques «una autorización específica para inmolarse en un atentado suicida en Irak», y éstos le respondieron que, aunque no lo consideraban inadecuado, «antes debía purificarse y resolver la cuestión de la mujer». Si el dato es cierto, confirmaría que el motor que mueve o frena a los terroristas islámicos es el poder religioso atribuido a sus guías espirituales, los únicos capaces de legitimar el suicidio (prohibido por el Corán).

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