ETA planeaba un 'gran atentado' con la furgoneta que estalló en Castellón
28-08-07
VUELTA A LAS ARMAS / Un comando de cinco etarras secuestró a una familia en Francia y le robó su vehículo, que cargó de explosivos / Los terroristas lo hicieron estallar al detectar la presencia de la Guardia Civil
ETA planeaba un 'gran atentado' con la furgoneta que estalló en Castellón
FERNANDO LAZARO
VUELTA A LAS ARMAS / Un comando de cinco etarras secuestró a una familia en Francia y le robó su vehículo, que cargó de explosivos / Los terroristas lo hicieron estallar al detectar la presencia de la Guardia Civil
ETA planeaba un 'gran atentado' con la furgoneta que estalló en Castellón
FERNANDO LAZARO
MADRID.- ETA quería darle continuidad al intento de matanza en la casa cuartel de la Guardia Civil de Durango. Quería demostrar que ha sido capaz de rearmarse y de recuperar su muy deteriorada capacidad operativa. Y para ello pretendía utilizar más de 100 kilos de explosivos, que tuvo que hacer estallar el domingo en un descampado de Castellón.
Primero puso en marcha al comando Vizcaya y, poco después, a uno de sus grupos itinerantes. Este periódico informó en su edición de ayer que el temor de los especialistas es que ETA busque una gran campaña de atentados en la que participen al menos cuatro comandos, dos de ellos itinerantes. Así, apenas unas horas después de atentar en Durango, trasladó a Levante otra furgoneta cargada de explosivos para cometer un atentado inminente. La presencia policial evitó que consumara sus intenciones. Por eso los etarras hicieron estallar el vehículo en Les Coves de Vinromà. S
(.../...)
La madrugada del viernes ETA colocó un coche-bomba en Durango cargado con más de 100 kilos de explosivos, posiblemente amosal. Dos guardias civiles que vigilaban la vivienda resultaron heridos leves. En la casa cuartel se encontraban en ese momento 10 familias con cinco niños.
Mientras, otro comando estaba ultimando ya el traslado a la costa mediterránea de otro vehículo cargado de explosivos (probablemente también amosal) con una cantidad similar a la utilizada en Durango, con el que dar continuidad a su iniciada campaña de violencia. Según explicó ayer el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, los etarras pensaban cometer un atentado de «notable intensidad».
El mismo viernes, poco después de la acción en Durango, un comando itinerante, compuesto por cinco terroristas, secuestraba a una familia de ciudadanos vascos -un matrimonio de Orio (Guipúzcoa) y su hijo de dos años- que se encontraba de vacaciones en el sur de Francia, en la localidad de Messanges. Al parecer, tres de estos cinco terroristas permanecieron vigilándoles hasta que fueron puestos en libertad, durante la mañana de ayer, en la localidad francesa de Ousse Suzan, cerca de Pau. La familia permaneció encerrada todo el tiempo en un Renault Scenic. El vehículo apareció incendiado horas después en los alrededores de la misma localidad donde se produjo la liberación de los rehenes, a 70 kilómetros del lugar donde se produjo el secuestro. Los terroristas evitaban así dejar huellas a los investigadores.
Mientras tres de los activistas se quedaban con la familia, los otros dos se llevaron el vehículo caravana, una Mercedes Vito con el que los secuestrados estaban disfrutando de sus vacaciones.
Los expertos opinan que los terroristas llevaron el vehículo a algún garaje y prepararon el explosivo. Desde allí se desplazaron con la bomba totalmente montada, sólo a falta de colocar el temporizador para hacerla estallar. Una vez finalizada esta labor, emprendieron camino hacia Castellón. Los analistas sospechan que los terroristas cruzaron la frontera por Jaca (Huesca) o por Navarra. Además de la furgoneta bomba, los etarras utilizaron otro vehículo que hizo labores de lanzadera. Llegaron a Castellón, a la zona de Les Coves de Vinroma, el mismo viernes, según sospechan los investigadores. Los agentes creen que en las próximas horas podrán obtener datos sobre el otro vehículo, aunque temen, que al igual que el usado en Francia, haya sido calcinado para no dejar huellas. Y ahí es donde, según la versión oficial, la figura de la suerte y la colaboración ciudadana cobraron todo el protagonismo. Al parecer, el sábado, un vecino de la zona alertó a la Guardia Civil sobre este vehículo.
Hasta allí se desplazaron dos agentes. En ese momento, en el interior del coche no había ningún etarra, aunque alguno sí debía de estar por las inmediaciones y tuvo que ver a los agentes. Esta patrulla comprobó la matrícula del vehículo e hizo una consulta para saber si figuraba como robado. El hecho de que los propietarios estuvieran secuestrados evitó la denuncia del robo. Los agentes abandonaron la zona sin tener ninguna sospecha sobre la furgoneta. Parecía que todo estaba en regla.
Pero la presencia de la Guardia Civil levantó los temores de los terroristas que, según esta versión oficial, una vez que los guardias abandonaron la zona, colocaron un activador y volaron el vehículo, el domingo, sobre las 19.30 horas, al día siguiente de la vigilancia policial. Según fuentes presenciales, el coche quedó hecho añicos. Resulta sorprendente que los terroristas, tras detectar la presencia policial el sábado, regresaran al día siguiente a un vehículo que presumían que estaba siendo vigilado, para volarlo.
No es la primera vez que ETA aparece este verano en Castellón. En julio, el etarra Ander Múgica abandonó allí precipitadamente un taxi donde dejó dispositivos utilizados en las bombas lapa. Su presencia también fue detectada en el coche bomba que la banda abandonó en Ayamonte (Huelva) en junio.
Los analistas recuerdan las grandes similitudes entre el modus operandi de estos terroristas y los del comando que perpetró el atentado contra la T-4 en Barajas en el que murieron dos ciudadanos ecuatorianos. En aquella ocasión, los etarras también secuestraron en Francia al propietario de la furgoneta que utilizaron para perpetrar el atentado. Existen sospechas de que los responsables de ambas acciones sean los mismos.
Fuentes oficiosas dudan de parte del relato oficial y apuntan que los terroristas pudieron pasar un control en carretera de la Guardia Civil la tarde del domingo, cuando se desplazaban hacia Valencia y, ante el riesgo de que existieran más controles o tras recibir algún aviso de su coche lanzadera, decidieron hacer estallar la furgoneta en una zona apartada de la carretera.
Primero puso en marcha al comando Vizcaya y, poco después, a uno de sus grupos itinerantes. Este periódico informó en su edición de ayer que el temor de los especialistas es que ETA busque una gran campaña de atentados en la que participen al menos cuatro comandos, dos de ellos itinerantes. Así, apenas unas horas después de atentar en Durango, trasladó a Levante otra furgoneta cargada de explosivos para cometer un atentado inminente. La presencia policial evitó que consumara sus intenciones. Por eso los etarras hicieron estallar el vehículo en Les Coves de Vinromà. S
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La madrugada del viernes ETA colocó un coche-bomba en Durango cargado con más de 100 kilos de explosivos, posiblemente amosal. Dos guardias civiles que vigilaban la vivienda resultaron heridos leves. En la casa cuartel se encontraban en ese momento 10 familias con cinco niños.
Mientras, otro comando estaba ultimando ya el traslado a la costa mediterránea de otro vehículo cargado de explosivos (probablemente también amosal) con una cantidad similar a la utilizada en Durango, con el que dar continuidad a su iniciada campaña de violencia. Según explicó ayer el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, los etarras pensaban cometer un atentado de «notable intensidad».
El mismo viernes, poco después de la acción en Durango, un comando itinerante, compuesto por cinco terroristas, secuestraba a una familia de ciudadanos vascos -un matrimonio de Orio (Guipúzcoa) y su hijo de dos años- que se encontraba de vacaciones en el sur de Francia, en la localidad de Messanges. Al parecer, tres de estos cinco terroristas permanecieron vigilándoles hasta que fueron puestos en libertad, durante la mañana de ayer, en la localidad francesa de Ousse Suzan, cerca de Pau. La familia permaneció encerrada todo el tiempo en un Renault Scenic. El vehículo apareció incendiado horas después en los alrededores de la misma localidad donde se produjo la liberación de los rehenes, a 70 kilómetros del lugar donde se produjo el secuestro. Los terroristas evitaban así dejar huellas a los investigadores.
Mientras tres de los activistas se quedaban con la familia, los otros dos se llevaron el vehículo caravana, una Mercedes Vito con el que los secuestrados estaban disfrutando de sus vacaciones.
Los expertos opinan que los terroristas llevaron el vehículo a algún garaje y prepararon el explosivo. Desde allí se desplazaron con la bomba totalmente montada, sólo a falta de colocar el temporizador para hacerla estallar. Una vez finalizada esta labor, emprendieron camino hacia Castellón. Los analistas sospechan que los terroristas cruzaron la frontera por Jaca (Huesca) o por Navarra. Además de la furgoneta bomba, los etarras utilizaron otro vehículo que hizo labores de lanzadera. Llegaron a Castellón, a la zona de Les Coves de Vinroma, el mismo viernes, según sospechan los investigadores. Los agentes creen que en las próximas horas podrán obtener datos sobre el otro vehículo, aunque temen, que al igual que el usado en Francia, haya sido calcinado para no dejar huellas. Y ahí es donde, según la versión oficial, la figura de la suerte y la colaboración ciudadana cobraron todo el protagonismo. Al parecer, el sábado, un vecino de la zona alertó a la Guardia Civil sobre este vehículo.
Hasta allí se desplazaron dos agentes. En ese momento, en el interior del coche no había ningún etarra, aunque alguno sí debía de estar por las inmediaciones y tuvo que ver a los agentes. Esta patrulla comprobó la matrícula del vehículo e hizo una consulta para saber si figuraba como robado. El hecho de que los propietarios estuvieran secuestrados evitó la denuncia del robo. Los agentes abandonaron la zona sin tener ninguna sospecha sobre la furgoneta. Parecía que todo estaba en regla.
Pero la presencia de la Guardia Civil levantó los temores de los terroristas que, según esta versión oficial, una vez que los guardias abandonaron la zona, colocaron un activador y volaron el vehículo, el domingo, sobre las 19.30 horas, al día siguiente de la vigilancia policial. Según fuentes presenciales, el coche quedó hecho añicos. Resulta sorprendente que los terroristas, tras detectar la presencia policial el sábado, regresaran al día siguiente a un vehículo que presumían que estaba siendo vigilado, para volarlo.
No es la primera vez que ETA aparece este verano en Castellón. En julio, el etarra Ander Múgica abandonó allí precipitadamente un taxi donde dejó dispositivos utilizados en las bombas lapa. Su presencia también fue detectada en el coche bomba que la banda abandonó en Ayamonte (Huelva) en junio.
Los analistas recuerdan las grandes similitudes entre el modus operandi de estos terroristas y los del comando que perpetró el atentado contra la T-4 en Barajas en el que murieron dos ciudadanos ecuatorianos. En aquella ocasión, los etarras también secuestraron en Francia al propietario de la furgoneta que utilizaron para perpetrar el atentado. Existen sospechas de que los responsables de ambas acciones sean los mismos.
Fuentes oficiosas dudan de parte del relato oficial y apuntan que los terroristas pudieron pasar un control en carretera de la Guardia Civil la tarde del domingo, cuando se desplazaban hacia Valencia y, ante el riesgo de que existieran más controles o tras recibir algún aviso de su coche lanzadera, decidieron hacer estallar la furgoneta en una zona apartada de la carretera.
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