'El Chino' amenazó a los guardias que le pararon: «Os vais a enterar»

17-04-07



JUICIO POR UNA MASACRE / Las declaraciones

'El Chino' amenazó a los guardias que le pararon: «Os vais a enterar»

No le detuvieron pese a que llevaba cuchillos y dos maletas con ropa robada

JOAQUIN MANSO

MADRID.- Les insultó y les amenazó. Llevaba dos maletas con ropa robada, tres cuchillos de grandes dimensiones, una enorme maza y un gran fajo de billetes de 50 euros «como el grosor del dedo índice». Pensaron que su documentación belga podía ser falsa. Y el vehículo de gran cilindrada que conducía no estaba a su nombre. Pero no le detuvieron. Dos guardias civiles que dieron el alto a Jamal Ahmidan, El Chino, cuatro meses antes del 11-M, reconocieron ayer que sospecharon de él, pero no lo suficiente como para arrestarle.


Fue el primero de los tres incidentes de tráfico en los que se vio implicado El Chino hasta los atentados. En ninguno de los tres se le detuvo, pese a las evidencias. (.../...)

Los dos testigos describieron cómo en la noche del 5 de diciembre de 2003 localizaron un BMW 530 de color azul oscuro averiado en una estación de servicio en Buitrago de Lozoya. Uno de ellos recordaba haber visto el vehículo esa misma mañana, en sentido contrario: tuvo que cortar la autovía de Burgos para que pasase un cortejo fúnebre y, casualmente, el coche de El Chino -«muy grande y semiblindado de serie»- había sido el primero al que obligó a parar.

Su ocupante les «levantó sospechas», porque se identificó con una placa belga (a nombre de Yusef ben Sellah) que les «llamó la atención», y llevaba una gran cantidad de dinero en la cartera. El BMW no estaba a su nombre, sino al de un familiar. Asimismo, aseguraron que su actitud era «chulesca, con síntomas de mucho nerviosismo». Tanto que, cuando le requirieron su documentación, les llamó «racistas» y les advirtió: «Os vais a enterar».

No fue sólo eso: en la guantera, guardaba tres cuchillos que «excedían las medidas reglamentarias», y en el maletero, dos grandes maletas con ropa «sustraída, porque todavía llevaba puestos los chivatos de El Corte Inglés» y una maza «artesana, de madera. De las que hacen daño».

El Chino les dijo que «venía de Bilbao, de visitar a una hermana». «Pillamos rápidamente que estaba mintiendo», explicó uno de los agentes, por sus constantes contradicciones.

El incidente lo zanjaron con una denuncia administrativa por los cuchillos. Al día siguiente, una grúa trasladó a El Chino y su coche a «una calle de Lavapiés».

Los guardias se excusaron ayer en que no tenían medios para comprobar si su documentación era falsa. Además, a uno de ellos todo lo relatado no le parecía muy relevante: «¡Por dos camisas con un chip, detener a una persona...!».

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