Editorial DE LA CORDURA DEL CGPJ A LOS DELIRIOS DE GARZON

11-10-06



Editorial

DE LA CORDURA DEL CGPJ A LOS DELIRIOS DE GARZON


Horas después de que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) le denegara el amparo por segunda vez en pocos días, el juez Baltasar Garzón hizo público ayer un auto de 15 folios en el que, a pesar de no ser competente, formula una serie de falacias, descalificaciones e imputaciones delectivas sobre la actuación de los peritos.

Garzón dice en su auto en unas breves líneas que considera que no debe imputar a Hasan Haski de un delito de tenencia de explosivos, pero, a partir de este pretexto, dedica una decena de folios a tachar de «delirante» el informe de los peritos y a acusarles de pretender «prefabricar intencionadamente» el vínculo de ETA con los terroristas islámicos.

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Como si fuera una sentencia, Garzón condena en este auto a los tres peritos, estableciendo que ha quedado probado que faltaron a sus obligaciones y actuaron con dolo, mientras absuelve a los mandos policiales, señalando que cumplieron con su deber al eliminar «referencias que ni eran ciertas ni científicamente sostenibles».

Lo primero que habría que recordarle a Garzón es que él mismo decidió inhibirse de la investigación de la falsificación el pasado jueves tras la petición de la Fiscalía y el auto de la Sala de lo Penal, que establecía de forma tajante que carecía de competencias para instruir el caso. Al desoír el mandato de un tribunal superior y contradecir su propia resolución, Garzón está incurriendo en la conducta que con mucho menor base él achaca a los peritos: dar una apariencia de legalidad a una actuación irregular. Se trata de un proceder inaudito en un juez, que se halla más obligado que nadie a respetar el principio de legalidad. Y se trata de una conducta que vulnera el artículo 417 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que impide a un magistrado entrometerse en la instrucción de otro. Los tres peritos podrían querellarse contra este auto de Garzón, que les cubre de oprobio, manipula sus declaraciones y les presenta como unos incompetentes maliciosos. Pero también la juez Gallego -competente para el caso- puede sentirse ofendida por este auto, que se inmiscuye claramente en su instrucción y le indica a quién tiene que imputar y a quién tiene que exculpar.

Garzón llega incluso a acusar al perito Manuel Escribano de enviar el documento de marras a EL MUNDO, lo cual es falso. Pero lo que sí resulta «delirante», por utilizar su misma expresión, es la teoría de la conspiración que elabora en el auto. Garzón pretende hacer creer que Escribano «prefabricó» un documento en marzo de 2005 para montar un escándalo contra el Gobierno en octubre de 2006. Sencillamente inverosímil.

Garzón está muy nervioso porque sus maniobras han quedado en evidencia. Ayer sufrió otro duro golpe tras negarle un nuevo amparo el CGPJ, que considera que no hay motivo para respaldarle en una actuación en la que ya no es competente. Por el contrario, el Consejo expresó su apoyo al vocal Requero, que actuó correctamente al instar a la Inspección que investigara el interrogatorio de Garzón a los peritos.

El CGPJ ha actuado con cordura y no se ha plegado a las exigencias de un juez que ha perdido el norte y que actúa cada vez de forma más desquiciada.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¿Qué es esto, cómo puede un juez con el prestigio de independencia de Garzón hacer lo que está haciendo?.¿No es esto una dictadura judicial en toda regla? ¿Puede un juez, porque le dé la gana, saltarse a la torera todo el funcionamiento de una institución? ¿Así se respetan las instituciones? Pero todo esto es estúpido, Zetapeta quiere cargarse esta país, Garzón fue el caballero blanco que acudió a salvar a Felipito y se presentó a unas elecciónes como candidato del PSOE. ¿Más datos?
Ra-ta-ta-ta...Paul

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