Garzón acusa a los peritos de querer «desacreditar» la investigación judicial

11-10-06



11-M / El informe final del magistrado

Garzón acusa a los peritos de querer «desacreditar» la investigación judicial


Dedica la mayor parte del auto que exculpa a Haski a descalificar sus «delirantes» conclusiones

MANUEL MARRACO

MADRID.- El juez Baltasar Garzón aprovechó ayer el auto en el que descarta imputar a Hasan Haski por tenencia de explosivos para acusar a los peritos que firmaron el informe inicial sobre el ácido bórico de buscar una conexión entre ETA y el 11-M «sin sustento real alguno».

Las acusaciones del magistrado de la Audiencia Nacional ocupan la mayor parte del escrito y llegan cinco días después de que Garzón se viera obligado a reconocer su falta de competencia en la investigación sobre la presunta falsificación del informe pericial, por lo que no tienen ninguna trascendencia jurídica.

En las conclusiones incluidas en el informe de marzo de 2005 rechazado por sus superiores, los tres peritos incluían una observación que Garzón califica de «simplemente delirante»: que lo poco frecuente de la aparición del ácido bórico en hechos terroristas les llevaba «a la posibilidad de que el autor/autores de estos hechos estén relacionados entre sí y/o hayan tenido un mismo tipo de formación y/o sean el/los mismo/s autor/autores».
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También se pronuncia el magistrado sobre cuál era el objetivo de los miembros de la Policía Científica al mencionar una posibilidad «sin el más mínimo rigor científico o real»: alimentar «cierto debate social construido en torno a aquel caso para desacreditar la investigación e instrucción sumarial».

«La inclusión de estas observaciones», insiste el juez, «no respondía al interés de sugerir la investigación de hechos relacionados, ya que eran inexistentes, sino a generar una apariencia sin sustento real alguno, que vinculara a la organización terrorista ETA con los atentados terroristas del 11 de Marzo de 2004 en Madrid, a través de uno de sus autores».

La semana pasada, Garzón dictó un auto en el que exculpaba a los superiores de los peritos, asegurando que no había «ningún indicio» de que hubieran cometido delito al hacer llegar al juez del 11-M, Juan del Olmo, un informe distinto al redactado inicialmente. En el auto de ayer, el juez va más allá y asegura que fue su «obligación» legal censurar unas conclusiones que conducían a ETA que «ni eran ciertas, ni científicamente eran sostenibles».

«La eliminación de esas observaciones no sólo era oportuno, sino la única medida legal y posible de acuerdo con las normas de calidad vigentes en la Comisaría General de Policía Científica», dice el escrito. «Y debían haberse eliminado», concluye, «aunque no se hubiera sugerido la posible conexión ETA-islamistas. Aunque, por otra parte, el que hubieran aparecido tampoco hubiera supuesto mayor incidencia, dada la facilidad para establecer el inconsistente alcance de dicha afirmación».

Además de basarse «en simples elucubraciones», el magistrado acusa a los expertos de omitir «datos relevantes cuya presencia habría supuesto la inocuidad de aquellas observaciones, y dentro de ellas la del ácido bórico como sustancia explosiva».

Esas omisiones se refieren a los dos precedentes de hallazgo del ácido recogidas por los peritos en el informe inicial: un piso franco de ETA en Salamanca y el registro a un joven antisistema. Respecto al primer caso, les acusa de esconder que la Audiencia Nacional ni siquiera llegó a recibir noticia del hallazgo del ácido al considerarlo irrelevante.

Respecto al segundo, afirma que en un informe ampliatorio elaborado por dos de los tres peritos concluyeron que «el ácido bórico no es sustancia explosiva ni incendiaria», algo que no mencionaron en el caso de Haski.

El auto asegura que el informe que mencionaba a ETA «no era un documento oficial en la época en la que acontecen los hechos [marzo de 2005], por cuanto no llegó a adquirir dicha categoría al haber sido rechazado por quien tenía competencia para hacerlo y porque en el mismo no constan el sello del Servicio Central de Analítica, ni el Registro de Salida, ni su almacenaje o la mención 'es copia' que explicaría su circulación».

En el auto en el que cierra la pieza separada abierta sobre el ácido bórico, Garzón también dedica parte de su argumentación a explicar quién, a su juicio, entregó una copia del informe original a EL MUNDO. El culpable es el perito Manuel Escribano, puesto que, según el juez, sólo él disponía del informe que relacionaba a ETA con el 11-M.

LAS TESIS DEL MAGISTRADO

«Se ha demostrado sin duda racional alguna la prefabricación intencionada de tales observaciones para que produjeran un efecto espurio a la propia pericia, en concreto la supuesta vinculación entre ETA y los autores de 11-M».

«La observación [...] es simplemente delirante, ya que no tiene -ni siquiera como posibilidad- el más mínimo rigor científico o real, según los datos del informe, que lleve a mantener esta afirmación».

«La eliminación de esas observaciones no sólo era oportuno, sino la única medida legal y posible de acuerdo con las normas de calidad vigentes en la Policía Científica».

«El documento discutido [el primer informe] no era un documento oficial en la época en la que acontecen los hechos por cuanto no llegó a adquirir dicha categoría al haber sido rechazado por quien tenía competencia para hacerlo».

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