'Delincuentes comunes se convirtieron en terroristas' alega el juez del 11-M

20-07-04

11-M LA INVESTIGACION / LA ACTUACION JUDICIAL

'Delincuentes comunes se convirtieron en terroristas' alega el juez del 11-M

Del Olmo asegura, en un nuevo auto, que la célula de Leganés no sólo traficaba con drogas sino también con documentos falsificados y vehículos robados - Sostiene que el ex minero Suárez Trashorras comerciaba de forma «continuada» con explosivos y los guardaba en el trastero de su garaje, en su domicilio de Avilés - Da por hecho que tanto el confidente de la policía, como el de la UCO, Rafá Zouhier, estuvieron al tanto de todos los planes y actividades de 'El Chino'

MANUEL MARRACO

MADRID.- En su investigación sobre el 11-M, el juez Juan del Olmo se ha topado con una evidencia: existe un trasvase entre las redes de delincuencia común y los grupos terroristas de tipo islamista.
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Así lo destaca el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional en un nuevo auto hecho público ayer, el segundo dentro del sumario 20/04 que engloba los atentados de Madrid.

«Existe una conversión o transformación de personas integradas en redes delincuenciales comunes en directos implicados en actuaciones terroristas», afirma Del Olmo, que explica que los autores materiales de los atentados también traficaban con drogas, documentos falsos y vehículos robados. La constatación exige «no abandonar el análisis de este tipo de relaciones previas».

El magistrado explica que ha podido advertir esas vinculaciones entre la actividades de delincuencia común y de terrorismo «a partir de elementos objetivos de investigación» aportados por las Fuerzas de Seguridad. Esa investigación «ha permitido esclarecer» que algunos de los autores materiales de los atentados aprovecharon su vinculación previa con el tráfico de drogas, vehículos robados y documentos falsos para financiar y organizar el 11-M.

Parte de las conclusiones de Del Olmo coinciden también con lo expuesto en uno de los documentos desclasificados recientemente por el Ejecutivo y enviados a la Comisión de Investigación. Uno de ellos recoge una reunión mantenida por los ministros del Interior de España, Francia, Alemania, Reino Unido e Italia -Grupo de Jerez- el 19 y 20 de enero pasados, en el que el representante germano presentó el proyecto Logis contra el terrorismo islámico.En él, destacaba los vínculos entre la delincuencia común y el terrorismo islamista. Según expuso el representante germano a sus colegas, si se controla el ámbito de la falsificación documental, «podría detectarse a personas vinculadas con el terrorismo».«Este», señalaba, «es un criterio fundamental para seguir a terroristas islámicos, ya que ambos coinciden en direcciones y contactos».«Hay vinculación entre redes de falsificación con las redes de terrorismo», insistía.

El juez de la Audiencia Nacional lanza en su auto una segunda advertencia, ésta mucho más concreta: la célula que llevó a cabo los atentados del 11-M ha sido «total o parcialmente» desmantelada, pero podría ser sustituida en su labor por elementos de alguna de las células de apoyo. «Podría generarse una actitud de sustitución por parte de esas iniciales células de apoyo ante la caída de la célula operativa», señala. Se cubriría así el vacío producido por las detenciones y el suicidio colectivo de Leganés.

Del Olmo pronostica que esa nueva célula funcionaría en un «mayor nivel de clandestinidad», lo que complicaría la investigación de las Fuerzas de Seguridad y, por tanto, su desarticulación.

La posibilidad de que la célula operativa se regenere viene avalada en el auto por varios datos: al menos una persona huyó del piso de Leganés -escapó tras avisar a sus compañeros- y varios de los investigados sobre los que pesa una orden de busca y captura siguen en paradero desconocido.

El hecho de que este proceso de sustitución pueda estar ya en marcha es una de las razones por las que Del Olmo considera necesario mantener en secreto la mayor parte del sumario que instruye.

El magistrado explica que conviene «valorar» otro dato: la rapidez con la que se llevó a cabo la preparación material de unos atentados de tanta envergadura. Pasaron «escasos meses», apunta, desde que en el último trimestre de 2003 se iniciaron los contactos para obtener sustancias explosivas y detonadores hasta que llegó el 11 de Marzo.

Es en este punto donde Del Olmo resalta el «evidente» conocimiento que de las actividades de Jamal Ahmidan, El Chino, tenían los dos confidentes de las Fuerzas de Seguridad encarcelados por el 11-M, Rafá Zouhier (Guardia Civil) y Emilio Suárez Trashorras (Policía Nacional). Esas relaciones «van más allá de las relaciones exclusivamente por tráfico de drogas».

Respecto a Zouhier, destaca que ha reconocido esa relación con en su declaración judicial. Además, resulta «esclarecedora» la conversación que mantuvo con Víctor -su contacto en la Unidad Central Operativa-, de la que se deduce que había mantenido contactos recientes con el terrorista suicida.

En relación a Trashorras, el auto también destaca las frecuentes conversaciones que mantuvo con El Chino en vísperas de los atentados.Además, el juez sostiene que el ex minero comerciaba de forma «continuada» con explosivos y que los almacenaba en el trastero de su garaje, situado en la travesía de la Vidriera, en Avilés.

Finalmente, el auto desestima los recursos interpuestos por algunos de los detenidos en prisión, e incluye un relato pormenorizado de los atentados y la lista completa de los 191 fallecidos. El texto fue remitido ayer por el juez al Congreso, apenas cinco días después de que negase a la Comisión del 11-M el acceso a toda la información relativa al sumario que había solicitado.

Del Olmo advirtió entonces del peligro de levantar el secreto sobre los documentos, con la única excepción de la declaración policial y judicial del portero de Alcalá que alertó sobre la furgoneta de los terroristas, cuyas palabras ante la propia Comisión hacían inútil mantener el secreto. También la fiscal del caso, Olga Sánchez, se opuso entonces a levantar el secreto del sumario.

APOYOS

Un 10% de la dinamita sin utilizar

Los terroristas del 11-M podrían disponer aún de algo menos del 10% de la Goma-2 que adquirieron, según un informe de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos-NBQ de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana de la policía.

El auto de hecho público ayer hace una estimación de la dinamita restante tras calcular lo utilizado en los trenes de cercanías, el intento de volar la vía del AVE y la explosión de Leganés.La policía cifra en 250 litros la capacidad del maletero del vehículo usado por los terroristas para trasladar el explosivo desde Asturias Madrid. Eso supone que podría transportar una cantidad aproximada de 210 kilogramos de dinamita en bolsas.«La suma de 142 kilogramos empleados en los artefactos de los trenes de cercanías (11-M) y la vía del AVE (localizado el pasado 2 de abril), 17,4 recuperados y 20 (utilizados en Leganés) en acción suicida, serían unos 178 kilogramos, a los que hay que añadir el explosivo esparcido y el succionado. Sobre estas estimaciones, y suponiendo un sólo transporte en este tipo de vehículo, la cantidad que pudiera quedar de explosivo sería menor al 10%», señala el auto.

Sin embargo, a esta cantidad habría que añadir la dinamita transportada en autobús por al menos tres conocidos de Trashorras y que sumarían varios kilos.

Más de un millón de euros en pastillas

El ejemplo más llamativo de que los autores del 11-M se dedicaban a actividades de delincuencia común es la familia Ahmidan. En el registro del domicilio de Hicham y Hamid, primos de 'El Chino', en la calle Cerro de los Angeles de Madrid, las Fuerzas de Seguridad localizaron casi 60 kilos de hachís y 125.800 pastillas de MDMA (más de 30 kilos), uno de los componentes esenciales de las drogas de diseño.

El auto hecho público ayer explica que el valor de mercado del hachís -con una pureza de entre el 5,6% y el 21,9%- alcanzaría los 75.000 euros. Mucho mayor sería el de las pastillas, con un principio activo de una riqueza de entre el 21,7% y el 36,5%: valdrían 1.278.000 euros. En el auto, Del Olmo explica cómo las actividades previas de tráfico de drogas permitieron al 'núcleo duro' del 11-M financiar la compra de explosivos en Asturias.

Las actividades delictivas alcanzaban otros ámbitos: en el mismo piso se localizó , además de dinero, diversa documentación personal falsa. Así, se encontró un DNI , un permiso de residencia español, un permiso de conducir español y un pasaporte de Marruecos. En todos los casos los soportes eran auténticos, pero las fotografías habían sido manipuladas. En todos los documentos aparecía la de 'El Chino'.

Una llamada interceptada a 'El Chino'

La conversación entre Rafá Zouhier y su contacto en la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil no fue la única interceptada.Un mes antes del 11-M, la misma investigación de la Policía Nacional relativas al tráfico de drogas permitió grabar una conversación entre 'El Chino' y Otman El Knaoui, en prisión por los atentados.En esa conversación, 'El Chino' pregunta a su interlocutor si estaría dispuesto a acudir a una comisaría para denunciar un falso robo de sus documentos.

Además de las actividades relacionadas con documentación falsa, el auto enumera muchas otras maneras de colaborar con la célula terrorista: «difusión de propaganda, labores de proselitismo, recogida o recaudación de fondos, reclutamiento de miembros o colaboradores, proporcionar suministros, realizar tareas de vigilancia y captación de información sobre posibles objetivos, facilitar la obtención de viviendas de seguridad, favorecer la obtención de documentación de identidad falsa (o legítima, sustraída o no, pero que es usada para encubrir la verdadera identidad), realizar labores de adoctrinamiento, facilitar la obtención de vehículos, armas, material, sustancias, tecnología, proveer traslados de personas o de material o dar cobertura a dichos traslados, etcétera».

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