ETA, islamistas y la teoría de la colaboración

27-09-04



11-M LA INVESTIGACION

ETA, islamistas y la teoría de la colaboración


Etarras y radicales islámicos han mantenido en los últimos años buenas relaciones en las prisiones - La banda terrorista y el comando del 11-M organizaron dos transportes de explosivos el mismo día

EL MUNDO

MADRID.- La relación de Antonio Toro con presos etarras en la cárcel de Villabona es el último episodio de una serie de coincidencias entre ETA y el 11-M que incluyen cartas y conversaciones entre miembros de la banda e islamistas, transportes de explosivos paralelos y festejos conjuntos de la matanza de Madrid.
(.../...)

Una de estas coincidencias se produjo los pasados 28 y 29 de febrero, cuando el comando del 11-M y ETA transportaron de forma simultánea explosivos a Madrid. La tarde del día 28, Jamal Ahmidan, El Chino, y Mohamed Oulad, dos de los organizadores y supuestos autores materiales de los atentados en los trenes, partieron desde Asturias hacia la capital con dos vehículos cargados con 10 mochilas de dinamita, que habían obtenido en minas de Asturias.Casi a la misma hora, un comando de ETA salía desde el sur de Francia con una furgoneta cargada con más de 500 kilos de explosivos.

El Chino y Mohamed Oulad llegaron a la casa de Morata de Tajuña en la que los islamistas ultimaron los atentados a las 19.30 horas del día 29, después de superar varios controles policiales.La caravana de la muerte de ETA debería haber alcanzado su destino en la capital muy pocas horas antes, pero fue interceptada por la Guardia Civil en la localidad conquense de Cañaveras (Cuenca).

Este sorprendente transporte paralelo de explosivos se conoció unos meses después de los atentados y disparó las especulaciones sobre la teoría de la colaboración, según la cual ETA y grupos islamistas habrían llegado a un acuerdo para realizar un gran atentado en Madrid en plena campaña electoral.

Sin embargo, esta tesis ya fue barajada por el Gobierno sólo un día después de los atentados, el viernes 12 de marzo, cuando los servicios de Información de las Fuerzas de Seguridad pusieron a disposición del Ejecutivo una serie de documentos reveladores que mostraban las relaciones que etarras e islamistas habían mantenido durante los últimos años, según ha desvelado Casimiro García-Abadillo, director adjunto de EL MUNDO, en su libro 11-M La Venganza.

Entre los documentos, había dos cartas que tenían como protagonista al ex dirigente de ETA José Luis Urrusolo Sistiaga. En la primera, fechada el 12 de septiembre de 2001, un día después de los atentados de Nueva York y Washington, un islamista llamado Targu Ismail escribía a Urrusolo Sistiaga a la cárcel para celebrar el 11-S.Entre otras cosas, el islamista hablaba en la misiva de «una hipotética colaboración grupos islámicos-ETA» y se ofrecía para ayudar a la banda. Además, preguntaba a Urrusolo Sistiaga sobre una militante etarra llamada Carmen.

La segunda fue escrita por el propio ex dirigente de ETA el 11-M, pocas horas después de los atentados. En ella, Urrusolo Sistiaga le expresaba a Carmen Guisasola (la misma Carmen por la que le preguntaba Targu Ismail) sus temores por que la banda estuviera implicada de alguna manera en la matanza de los trenes.

Junto a estas dos cartas, el Gobierno pudo examinar el 12 de marzo el contenido de dos conversaciones. En una, mantenida en febrero de 1998 entre el antiguo miembro del comando Madrid Juan Ignacio de Juana Chaos y una amiga, el etarra decía: «Si los integristas quisieran, los españoles echaban a correr de aquí a una semana».

La otra conversación se había producido a finales de septiembre de 2001 entre el dirigente de Jarrai Juan Luis Camarero y el colaborador de ETA Joseba Iñaki Bereciartúa, que había ido a visitar a su compañero a la cárcel de Villabona, donde por entonces estaban presos Antonio Toro y Rafá Zouhier, entre otros. Los dos miembros de la izquierda abertzale hablaron sobre el argelino Abdelkrim Beresmail, detenido en 1997 por pertenencia al Grupo Islámico Armado, y que se había hecho muy amigo de Camarero en Villabona.

Esta serie de documentos fue completada el 16 de marzo con una nota informativa que el CNI remitió al Gobierno para comunicarle que se seguían «investigando varias líneas de trabajo» para determinar a los autores de los atentados y que se estaban siguiendo con detenimiento los contactos que se habían detectado en el interior de las cárceles entre «miembros de ETA y radicales islámicos».

Desde entonces, la teoría de la colaboración sólo ha ido sumando nuevos datos. El primero fue el transporte paralelo de explosivos los días 28 y 29 de febrero. El segundo, el coche que ETA robó en diciembre de 2002 en Avilés, a 50 metros del domicilio de Emilio Suárez Trashorras, para cometer un atentado en Santander.Y el penúltimo, desvelado por EL MUNDO la semana pasada, la reunión que miembros de ETA y presos islamistas mantuvieron en la cárcel de A Lama (Pontevedra) el 11-M para celebrar la matanza en Madrid.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los agujeros negros del 11-M.- Links

Los agujeros negros del 11-M (I)

LOS AGUJEROS NEGROS DEL 11-M (XXVIII).- Pruebas amañadas