Toro le pasó a Trashorras desde la cárcel un número de contacto con ETA

27-09-04



11-M LA INVESTIGACION

Toro le pasó a Trashorras desde la cárcel un número de contacto con ETA


El teléfono se lo habían facilitado los etarras presos en la cárcel de Villabona a los que ofreció venderles explosivos / Antonio Toro lo apuntó en un papel y se lo mostró durante una visita, a través del cristal del locutorio, a su hermana y a su cuñado / Zouhier presenció los hechos y se los reveló primero a la UCO, luego al Rey en una carta y en agosto, al juez Del Olmo

ANTONIO RUBIO

MADRID.- Antonio Toro Castro, el hombre que ofreció explosivos en la cárcel de Villabona a los distintos grupos de delincuentes que había en aquella prisión, pasó a su cuñado, José Emilio Suárez Trashorras, un teléfono de contacto que le facilitaron dos miembros de ETA.
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Esta circunstancia, revelada por el confidente marroquí Rafá Zouhier a las más altas autoridades del Estado, a la Guardia Civil y al juez Del Olmo, se convierte en el primer vínculo directo entre los miembros de la trama que facilitó los explosivos del 11-M y ETA.

Zouhier ha enviado una carta a su «Majestad el Rey de España» donde explica cómo se produjo la venta de los explosivos, cuántas veces había avisado a la Guardia Civil y todo lo que vio y observó durante el tiempo que compartió cárcel con Toro: «Antonio Toro se hizo muy amigo de dos etarras vascos que estaban en prisión.Estos últimos le dieron un teléfono que se encargó Toro de pasárselo a su cuñado [Trashorras] por comunicaciones por cristal en un papel».

«Ahí fue cuando avisé de esto más tarde a la UCO [Unidad Central Operativa de la Guardia Civil]», continúa la carta de Zouhier.

La Casa de Su Majestad siempre ha respondido a todas las misivas enviadas por el marroquí Zouhier, desde que está en la cárcel por los sucesos del 11-M, con el mismo planteamiento: «Se remite la misma al Ministerio del Interior, que ejerce la competencia en la cuestión que plantea».

Pero Zouhier no se ha limitado a narrar estos hechos al Rey.También los reveló el pasado mes de agosto al juez Juan del Olmo, que instruye el sumario por la matanza del 11-M, y con anterioridad a sus agentes controladores en la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Víctor y Rafael.

Antonio Toro, que es cuñado de José Emilio Suárez Trashorras, entró en la cárcel de Villabona en julio de 2001 por un delito de tráfico de estupefacientes y permaneció en ella hasta diciembre del mismo año. Durante esos meses, en total seis, coincidió con Rafá Zouhier y con algunos miembros de Jarrai y de ETA.

Entre los miembros de ETA que estaban recluidos en la cárcel asturiana durante ese periodo se encontraban Jesús Amantes, Javier Izaga y Anselmo Olano.

También estaban en esa misma prisión Enrique Urarte y Daniel Ortiz, estos dos últimos de la organización vasca Jarrai.

Según el relato realizado por Zouhier al juez Del Olmo, Antonio Toro facilitó el teléfono del etarra a su hermana, Carmen, y a su cuñado, Suárez Trashorras, en una de las comunicaciones que tuvo en la cárcel asturiana de Villabona.

El confidente marroquí asegura que pudo ver toda la operación entre Toro y su familia porque él se encontraba en el locutorio (cabina) de al lado: «Toro puso un trozo de papel junto al cristal de la cabina. Ahí estaba el teléfono del etarra, que era un móvil; y Carmen, su hermana, se encargó de memorizarlo mientras que Suárez Trashorras hablaba a través del teléfono del locutorio».

Las cabinas o locutorios de la mayoría de las cárceles españolas tienen un cristal, que separa al recluso del visitante, y la comunicación entre ambos se realiza por medio de un auricular.Esa fórmula permite que las comunicaciones puedan ser grabadas.Por eso, Antonio Toro pasó el número del teléfono móvil del etarra a través de un papel pegado al cristal.

Zouhier también relata en la misiva que ha enviado al Rey que, nada más enterarse de las relaciones entre los etarras y el asturiano que vendía los explosivos, se lo dijo a sus controladores en la UCO, los agentes Víctor y Rafael.

Rafá Zouhier entró en la cárcel de Villabona en septiembre de 2001 como tapado o infiltrado de la UCO en la operación Merlín, por la que se detuvo a varios marroquíes que se dedicaban al atraco de joyerías.

Entre uno de esos detenidos se encontraba Rachid Aglif, colaborador de Jamal Ahmidan, El Chino, y actualmente detenido por su presunta colaboración en los atentados de los trenes de la muerte.

Zouhier ya había revelado a sus contactos en la Guardia Civil que Antonio Toro, amante del culturismo, solía realizar ejercicios de pesas en el patio de la cárcel en compañía de dos miembros de Jarrai.

Ese hecho se produjo poco después de que Zouhier entrara en la cárcel de Villabona, con ocasión de la visita que recibió de sus controladores en la UCO, los agentes Víctor y Rafael.

El confidente marroquí recuerda en una de sus cartas enviadas a EL MUNDO cómo, cuándo y qué beneficios obtuvo en prisión tras el encuentro con los agentes de la Guardia Civil: «En la prisión de Villabona han venido a hablar [se refiere a los agentes de la UCO] con el subdirector de Seguridad para que reciba trato de favor en la cárcel».

Y, efectivamente, el trato de favor llegó para el confidente marroquí: «Estaba en un módulo especial para gente de confianza con Cinemanía, Canal + y play station y de todo».

En otra de las misivas que Zouhier ha enviado a este periódico plantea cuál era su forma de trabajar y hace mención, nuevamente, al tema ETA: «Hay que recordar que yo avisé de todo lo que he oído y visto y observado. Entre eso, las sospechas de que los vendedores de explosivos tenían conexión con ETA por las relaciones en la cárcel Todo esto se lo he comunicado a la UCO».

Durante el mes de agosto, Rafá Zouhier realizó varias declaraciones ante el juez Del Olmo y, en una de ellas, fue cuando reveló el nombre del guardia civil que se dedicaba a vender armas a los traficantes de hachís y otras bandas.

Según Zouhier, el guardia civil se llamaba Pedro, pertenecía al acuartelamiento de Valdemoro y facilitó armas al marroquí Lofti, socio de Jamal Ahmidan, El Chino.

En una de esas declaraciones estivales, Zouhier también confesó al magistrado Del Olmo que Pedro asistió al cumpleaños del marroquí Lofti. En esa celebración, que tuvo lugar en Madrid el día 13 de marzo en una marisquería de la Gran Vía, también estaban Antonio Toro, su amigo Richard y otros componentes de la banda de Lofti.

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