Un jefe policial experto en islamismo pide que se investigue la pista de ETA

26-10-06



TERRORISMO ISLAMISTA / El comisario jefe de la UCIE pide que se indague sobre los vínculos con ETA / Asegura que antes del 11-M, la policía y el juez Garzón investigaron a 'El Tunecino', 'El Egipcio', Zougam y Lamari

Un jefe policial experto en islamismo pide que se investigue la pista de ETA


El responsable operativo de la UCIE, Rafael Gómez Menor, considera «muy relevante» el hallazgo de los nombres de Henri Parot y Harriet Iragi en el bolsillo del terrorista Abdelkrim Beresmail - Afirma que el autor intelectual de la matanza es el cabecilla de Al Qaeda en España, 'Abú Dahdah'

FERNANDO LAZARO

RAFAEL GOMEZ MENOR

  • Comisario Jefe de la Sección Segunda de la Unidad Central de Información Exterior.
  • Su grupo fue el que desarrolló la 'operación Dátil' contra la célula dirigida por 'Abú Dahdah'.
  • En la investigación sobre el 11-M, fue su grupo el que localizó la dirección del piso de Leganés.

MADRID.- Está considerado uno de los mayores expertos de España en terrorismo islamista y lleva más de 20 años destinado en la Unidad Central de Información Exterior (UCIE). Por eso, la declaración del comisario Rafael Gómez Menor se consideraba muy importante.Y no defraudó.

El responsable operativo de la UCIE aportó ayer importantes novedades sobre el 11-M en la Comisión de Investigación parlamentaria.Entre otras cosas, recomendó no descartar ninguna posibilidad en las pesquisas sobre terrorismo islamista, incluida la conexión con ETA.

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Gómez Menor explicó a los comisionados que, de sus conocimientos, de su análisis y de su experiencia, el autor intelectual de los atentados de Madrid fue Eddin Barakat Yarkas, Abú Dahdah, detenido en 2001 en el marco de la operación Dátil como el jefe de la célula de Al Qaeda en España.

El comisario cree que Abú Dahdah fue el que ideó y preparó el dispositivo y el que seleccionó a los integrantes del comando del 11-M.

Gómez Menor explicó que él había dirigido las investigaciones que culminaron en 2001 con la detención de Abú Dahdah y la desarticulación de su célula terrorista. De hecho, es el instructor policial de las diligencias de esta operación dirigida por el juez Garzón.

Durante su comparecencia, aprovechó para denunciar algunas deficiencias de la lucha antiterrorista. Una de ellas es el tratamiento penitenciario de los terroristas. Pidió mecanismos que eviten que se produzcan agrupamientos en las prisiones. «Es que los estamos juntando nosotros». Sobre ese argumento, este experto policial afirmó que, como consecuencia de estas situaciones, no se puede descartar la posibilidad de que presos de ETA e islamistas hayan podido mantener contactos.

Gómez Menor evitó referirse a las últimas informaciones sobre el hallazgo de las direcciones postales de los presos de ETA Henri Parot y Harriet Iragi en poder del preso islamista Abdelkrim Beresmail, lugarteniente del jefe de la célula del 11-M, Allekema Lamari. No obstante, desde su prisma policial, consideró que no se debe descartar nada y que se debe investigar. «Es una investigación en la que yo no he participado. Se ha desarrollado durante los últimos días por compañeros míos y he conocido los detalles por los medios de comunicación».

El mando policial también hizo una velada referencia al hecho de que dentro de las cárceles se estaba procediendo a la captación de adeptos por parte de la célula que tenía previsto volar la Audiencia Nacional.

Beresmail estaba también implicado en esta trama. Ante las preguntas del diputado del PP Jaime Ignacio del Burgo sobre las posibles conexiones entre ETA y los islamistas, tras el hallazgo de los citados documentos en poder de Beresmail, Gómez Menor fue claro: «No debemos descartar nada. Se debe investigar y me imagino que tanto el juez como la policía lo estarán investigando». No obstante, aseguró que durante los años que él ha estado investigando el terrorismo islamista no ha encontrado ninguna conexión entre ambas organizaciones. «Pero después de lo que se ha conocido en los últimos días, no se puede descartar».

Además de los vínculos con Parot e Iragi, Cartagena, un confidente de la policía en la operación Nova, informó de que el jefe de la célula desmantelada, Mohamed Achraf, también había mantenido contactos con el etarra Rego Vidal, encarcelado por intentar asesinar al Rey. Todos estos datos fueron calificados por Gómez Menor de «muy relevantes».

Este comisario de la UCIE fue el primer compareciente que explicó que antes del 11-M, los máximos responsables del comando terrorista, El Egipcio, El Tunecino, Jamal Zougam y Allekema Lamari, estaban siendo investigados por el juez Garzón y por la propia Comisaría General de Información. Pero unas veces por falta de pruebas y otras porque, directamente, los sospechosos lograron huir, no se pudo concluir nada sobre ellos. Explicó, por ejemplo, que El Tunecino mantenía fuertes medidas de seguridad y cambiaba constantemente de teléfono móvil, lo que complicaba cualquier seguimiento. Algo parecido pasaba con El Egipcio, que fue seguido, según Gómez Menor, durante ocho meses.

«El extremismo de El Egipcio estaba ya claro en 2003. Sabíamos sus convicciones sobre la Yihad. Le seguimos, le investigamos los teléfonos, vigilamos a sus colaboradores... pero no había indicios para detenerle», argumentó el mando policial. Se informó a Francia de que estaba allí, donde le siguieron durante otros tres meses. Posteriormente se detectó de nuevo su presencia en España pero se le perdió la pista.

Tras el 11-M fue hallado en Italia y detenido. Tras el relato de los seguimientos, Gómez Menor señaló: «Estuvimos muy cerca pero no somos dioses». Aprovechó su comparecencia para lanzar una andanada contra el Centro Nacional de Inteligencia. Cuando se le preguntó por qué no se detuvo a Lamari cuando los servicios secretos lo pidieron, Gómez Menor aseguró que en ningún momento el CNI facilitó datos sobre su localización. No informó de su paradero. Explicó que la célula autora del 11-M estaba integrada por tres tramas diferentes: «La trama de los explosivos o trama del norte; la trama de Lavapiés, donde estaban los islamistas de toda la vida, y el resto de fundamentalistas vinculados a la delincuencia común».

«Se han evitado miles de muertos»

Rafael Gómez Menor pidió más medios y, sobre todo, más reconocimiento para los funcionarios que, «con su brillante y rápida operación, la mejor de la Historia de la policía en España, han evitado miles de muertos».

Gómez Menor se quejó hasta con amargura de la falta de reconocimiento profesional. «A todos los policías nos gusta tener reconocido el mérito policial», aseguró. Explicó que el comando pretendía seguir atentando y, de hecho, ya lo intentó contra el AVE. «Se han evitado miles de muertos. Querían convertir España en una auténtica masacre», insistió. Advirtió de que los servicios policiales españoles quizá no estén preparados para hacer frente a las acciones de terroristas suicidas: «Hay que cambiar muchas cosas», admitió.

Al ser preguntado sobre cuáles deben ser los cambios para hacer frente al terrorismo islamista, el mando policial comenzó explicando que este fenómeno terrorista no tiene nada que ver con el de ETA. Aseguró que, pese a tener sospechas policiales, se puede tener intervenido el teléfono de sospechosos durante varios meses y que no aparezcan datos o informaciones relevantes. En esos casos, según Gómez Menor, los fiscales y jueces suelen suspender las intervenciones telefónicas.

Por este motivo, el compareciente considera que se deben producir intervenciones únicamente con autorización administrativa de los teléfonos de los sospechosos. Según este comisario, solamente cuando se detecte alguna sombra de sospecha, alguna actuación delictiva, se trasladará esa intervención telefónica al juez.

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