Una Guardia Civil en guerra consigo misma

10-05-07




ASI LO CUENTAN

Una Guardia Civil en guerra consigo misma

VICTOR DE LA SERNA

La pugna fratricida entre Oviedo y Gijón, dentro de la Guardia Civil, quedó patente en la jornada del martes en el juicio del 11-M. Como para que la ciudadanía se sienta tranquila... Todos los medios la resaltaban ayer. Algunos, más fríamente: «La falta de comunicación entre las distintas unidades era patente», decía 'ABC'. Otros, resaltando la anomalía de la situación, como 'El País': «La herida abierta en la Guardia Civil por el 11-M aún supura. Los entonces responsables en Asturias fueron ayer reacios a asumir responsabilidades por las pesquisas fallidas».


Por cierto que en esa misma información se puede verificar una vez más la curiosa decisión redaccional de El País, que nunca habla de confidentes, sino de chivatos (y de chivatazos, y de chivarse). Es curioso porque no son vocablos neutros: ése es el mismo léxico que se emplea dentro del hampa para referirse a los confidentes policiales... (.../...)


Por otra parte, ABC cita a un agente de la Guardia Civil: «Afirmó que desde 1999 en la mina sólo se utilizaba Goma 2 ECO, debido a que la EC dejó de fabricarse. Pese a ello, en el juicio se han visto imágenes de bolsas de ambas dinamitas esparcidas por la explotación». Pregunta inevitable: ¿Quién y cuándo nos va a aclarar esta aparente contradicción?

Germán Yanke, en ABC, se nos pone filosófico/existencialista al comprobar que las causas de la tragedia, al final, son más complejas de lo que podría parecer: «Me estaba acordando de las reflexiones de Camus sobre el suicidio, sobre todo cuando nos preguntamos por la causa de uno de ellos: '¿Quién le ha dicho a usted que hay una sola causa? ¿Quizá se trate de una cadena de motivos en una circunstancia determinada?'. Porque a veces nos preguntamos cómo pudo ser posible el 11-M, como si la explicación fuese una sola».

Por su lado, Ernesto Ekaizer, en El País, prosigue con su notable curso de futurología, marcándonos de manera implacable las pautas de lo que está por venir. Bajo el título de La sentencia del Pilar escribe: «'Hacia la virgen de El Pilar comienza el tiempo a cambiar' dice el refrán para niños. El viernes 12 de octubre, Javier Gómez Bermúdez espera tener listo el texto de la sentencia del atentado del 11-M, de la que es magistrado ponente».

La teoría de la conspiración brilla por su ausencia en el texto, y ya andaba uno desasosegado cuando al fin, en el último párrafo, reaparece, de manera algo ambigua: «El principio del final ha comenzado, pues, para los conspiradores, que volverán a la carga, nunca mejor dicho, en relación con la declaración de los peritos sobre el explosivo. Con todo, la sentencia ya comienza a advertirse en el firmamento». Algo celestial, vamos.

(Por cierto que Ekaizer innova en la lengua castellana al inventarse el adjetivo espúreo. Conocíamos espurio. ¿Será eso lo que quería decir?).


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