ETA anuncia nuevos atentados si el Gobierno incumple sus 'compromisos'

10-01-07



LA BANDA OFRECE A ZAPATERO UN ALTO EL FUEGO QUE NO EXCLUYE MAS COCHES BOMBA

ETA anuncia nuevos atentados si el Gobierno incumple sus 'compromisos'


ANGELES ESCRIVA

MADRID.- ETA inventó ayer una nueva e inédita modalidad de alto el fuego indefinido. En un comunicado hecho público en el diario Gara ofreció al Gobierno una tregua en la que no se descartan los atentados. De hecho, advirtió que llevará a cabo acciones terroristas si el Ejecutivo persiste en «mantener la situación de agresión a Euskal Herria» y acusó al Gabinete de Rodríguez Zapatero de «seguir sin cumplir los compromisos de alto el fuego».

La banda terrorista sostiene que el alto el fuego que proclamó en marzo de 2006 sigue vigente, reivindica el atentado de Barajas, asegura que «el objetivo de esta acción armada no era causar víctimas» e, incluso, en el colmo del cinismo, expresa su «más sentido pésame» por Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate. La dirección de ETA, como hiciera en la masacre de Hipercor y eludiendo que colocó centenares de kilos de explosivos en un objetivo repleto de ciudadanos, culpa a las Fuerzas de Seguridad de las muertes de Estacio y Palate por no haber desalojado a tiempo la T-4.
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La banda terrorista intenta eludir su responsabilidad asegurando que realizó tres avisos previos de la existencia del explosivo, que dio más de una hora de plazo para desalojar el aparcamiento del aeropuerto de Barajas y que ofreció detalles concretos de la ubicación exacta de la bomba.

No en vano, desde que ETA perpetrase el atentado, primero Batasuna y luego el resto de su entorno han tenido buen cuidado en desvincularse de dos muertes que son impopulares incluso entre sus propias bases, dada la nacionalidad de las víctimas -procedentes de un país que, según ha insistido en los últimos días la izquierda abertzale, fue oprimido por la Madre Patria- y su condición social de trabajadores extremadamente humildes.

En definitiva, en su comunicado, la organización terrorista indica que, para dejar de matar, los partidos políticos y los agentes sociales tienen que constituir una mesa de partidos -que incluya a Batasuna, por supuesto- en la que se discuta lo que le parece conveniente, que, sin duda, está fuera de las leyes actuales. Y, mientras tanto, el Gobierno, si quiere evitar atentados tiene que dejar de detener etarras, dejar de juzgarles y anular lo que denomina «medidas de excepción» sobre los presos vascos. No hace referencia expresa a la amnistía que, en otras ocasiones, había considerado imprescindible.

Para empezar su exposición, la banda anuncia fríamente que el objeto de su comunicado es «analizar la situación política cuando han pasado nueve largos meses desde que dimos a conocer el alto el fuego de acciones armadas». Y después, tal y como le pidió el pasado lunes el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, se reafirma en los «compromisos» hechos públicos en el comunicado del pasado 22 de marzo, en el que anuncia el alto el fuego con el fin de posibilitar una «solución democrática» porque «en esa dirección se le abrirán nuevas puertas a Euskal Herria».

A partir de ese momento, la banda terrorista desarrolla de manera explícita todas aquellas condiciones que pone al Estado para que el «conflicto» quede solucionado, y que no especificó el día en que anunció la tregua, pero que ha ido desgranando en los sucesivos comunicados que ha publicado desde entonces.

Por una parte, impone la «propuesta política» que concibe como la única válida para dejar de matar: «El reconocimiento de los derechos nacionales de Euskal Herria, respetar lo que decidan los ciudadanos vascos y superar la división territorial que se impone actualmente». «Para ello, es preciso acordar un nuevo marco político y jurídico fundamentado en el derecho de autodeterminación y territorialidad», concreta.

Y, precisamente, del mismo modo que solicitara Otegi en su intervención pasada, la banda terrorista sostiene que «lo único que podría cambiar la situación actual» es que las formaciones políticas retomasen la configuración de la mesa política. La dirección etarra se ofende, por cierto, porque algunos líderes políticos y de opinión consideren que lo que está haciendo con esta actitud es «tutelar» el proceso. «Les invitamos a dejar de lado ese flujo de palabras que no llevan a ninguna parte», sugiere.

Desde que se iniciara el proceso, el Gobierno ha asegurado para glosar las líneas anteriores que se había conseguido que la banda aceptase únicamente un «método» que permitiría, después, alcanzar sus objetivos, dependiendo de la voluntad y de la decisión de los partidos políticos democráticos. Pero ETA, una vez más, deja bien claro que no va a transigir con un acuerdo que se vea limitado «por la Constitución Española y la legalidad».

«Los dirigentes del Gobierno español deberían saber que no podrán construir un proceso de paz manteniendo los límites políticos que han generado el conflicto», advierte.

Y una vez planteadas las condiciones políticas, desarrolla las condiciones técnicas para no seguir atentando en este peculiar alto el fuego. Son, según insiste desde el segundo comunicado tras el anuncio de tregua, los «compromisos» que adquirió el Ejecutivo y que éste continúa incumpliendo.

ETA sostiene que, como demostración de buena voluntad, ella realizó el anuncio de marzo a pesar de que dos presos habían fallecido en las cárceles españolas -«en las cárceles de exterminio de España», como las denomina-. Y denuncia que, como respuesta, el Gobierno adoptó unas iniciativas que, a su parecer rompen el contrato establecido y que deben ser subsanadas.

Se queja de que el Ejecutivo verificó el cese de la violencia, pero no ha legalizado a Batasuna, sigue deteniendo y emprendiendo acciones judiciales contra los terroristas, no permite las manifestaciones tal como la banda quisiera, mantiene la doctrina Parot que prolonga las penas de 185 presos de ETA y ha tratado con injusticia al terrorista en huelga de hambre Iñaki de Juana Chaos. A ETA no le parece suficiente el cambio de actitud del fiscal general del Estado y lamenta que, tanto él como el ministro del Interior, hagan una defensa de la aplicación de la ley que la banda considera «arrogante».

«¿Es que acaso quieren que se pudra el proceso?» se pregunta la banda empleando una expresión que ha venido utilizando cada vez que, en treguas anteriores, ha considerado que no había solución. Y, obviamente. responsabiliza de ello al Gobierno, al PSOE y al PNV por bloquearlo con su inacción.

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