ZAPATERO ABUSA DE RAJOY EN UN NUEVO EJERCICIO DE DOBLE JUEGO

09-01-07



Editorial

ZAPATERO ABUSA DE RAJOY EN UN NUEVO EJERCICIO DE DOBLE JUEGO


Nos hubiera gustado comenzar este editorial saludando la rectificación del Gobierno y felicitando a Zapatero por escuchar las voces juiciosas y sensatas que le reclamaban un giro en la política antiterrorista. Pero el encuentro de ayer con Mariano Rajoy en La Moncloa revela que el presidente no quiere rectificar y va en la dirección contraria de lo que dicta el interés general y el sentido común.

La reunión entre los dos líderes políticos no sólo sirvió para evidenciar por segunda vez en poco más de dos semanas sus enormes diferencias en política antiterrorista, sino que además escenificó el nuevo intento del Gobierno de aislar al PP y presentarlo como un partido intolerante, que se niega a cualquier tipo de diálogo y que se desmarca del resto de las formaciones. Éste era, muy probablemente, el principal objetivo de la convocatoria a juzgar por las declaraciones de la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega.
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Si lo que quería el Gobierno era recomponer el consenso con el PP, fuera de forma unilateral o en un marco multilateral, la reunión de ayer fue totalmente contraproducente. Resulta insólito que el presidente convoque al líder de la oposición y la vicepresidenta le descalifique poco menos que cuando está saliendo por la puerta. Fernández de la Vega llegó a acusar a Rajoy de haber «utilizado» el terrorismo para «desgastar» al Gobierno, advirtiéndole a continuación de que «hará un flaco favor a los intereses generales, a su propio partido y [¡¡] a sí mismo» si ahora no secunda a Zapatero. Hacía tiempo que no se escuchaba nada tan impropio como esta mezcla de reproches y admoniciones dirigidas a un invitado. Por mucho menos Aznar decidió sustituir a Miguel Angel Rodríguez cuando se permitió burlarse de Jordi Pujol el mismo día que acudía a Moncloa. No sugerimos que ahora deba ocurrir lo mismo -sólo le faltaba eso al Gobierno-, pero el que una persona habitualmente prudente como la vicepresidenta no guardara ayer ni las normas de la cortesía política es la mejor prueba de hasta qué punto la cúpula del poder sigue sin recuperarse del impacto emocional de la explosión en la T-4 de Barajas.

Sin propuestas concretas

Zapatero ofreció ayer al PP un diálogo en abstracto, pero no realizó propuesta concreta alguna y menos la recomposición del Pacto Antiterrorista, que, según las palabras de la vicepresidenta, ha quedado superado por el paso del tiempo.

Zapatero quiere que Rajoy se sume a una política de consenso con el resto de las fuerzas políticas, pero no acepta ni el menor error en su estrategia de negociación, ni se compromete a romper definitivamente el diálogo con ETA, ni se desmarca de la ambigüedad de socios como el PNV y ERC. Pide, en definitiva, al PP que rectifique, cuando quien tiene que rectificar es él después del atentado de ETA en Barajas.

La prueba de que Zapatero pretendía arrinconar de nuevo al PP y presentarlo como la gran coartada de su fracaso es la noticia que publicamos hoy en nuestra portada: los contactos secretos mantenidos hace muy pocos días entre el PSE y Batasuna al más alto nivel.

A través de su interlocutor, Batasuna le pidió al Gobierno que no rompiera el proceso de paz a cambio de la declaración de ayer de Otegi, en la que éste solicitó a la banda que «mantenga el alto el fuego permanente». Esa comunicación del líder de Batasuna fue pactada con la dirección de ETA.

Contraste con la realidad

Es inimaginable que Zapatero -que, por supuesto, no le dijo ayer ni una palabra a Rajoy al respecto- no estuviera al tanto de este encuentro. De hecho, en las actuales circunstancias, todo indica que la cúpula del PSE tuvo que tener su autorización previa. ¿Cómo encaja eso con su enfático anuncio del sábado 30 de diciembre: «He ordenado suspender todas las iniciativas para desarrollar ese diálogo»? ¿Qué podemos esperar de este Gobierno si ni siquiera un compromiso tan superficial y débil no resiste el contraste con la realidad más allá de una semana? ¿Es que de nuevo Zapatero quiere jugar con las palabras, pensando que todas se las llevará el viento y que nada de lo que se dice tiene importancia alguna? Así es como se destruye la credibilidad de un gobernante.

Pero peor aun es el fondo del asunto. El PSE se reunió con Batasuna por la misma razón por la que Patxi López se apresuró a secundar la manifestación de Ibarretxe a favor del «diálogo» , por la misma razón que se ha frenado en seco el esbozo de autocrítica de José Blanco y por la misma razón por la que Zapatero se niega a convocar el Pacto Antiterrorista: porque, aunque parezca inverosímil, el presidente quiere mantener los puentes abiertos para tener la opción de volver a las andadas en cuanto se disipe el humo de la bomba, se retiren los escombros y se proteste un poco por los muertos. Entre tanto, para ganar tiempo, necesita crear una gran marejada no contra ETA sino contra el PP.

Rajoy -que ya fue engañado por Zapatero en el debate sobre el estado de la Nación cuando también le ocultó una futura reunión del PSE con Batasuna- no se merece ese doble juego del Gobierno. Y tampoco se merece el descortés trato que recibió ayer. Si Zapatero quiere seguir convocándole a Moncloa, lo menos que debe garantizar al líder de la oposición es un elemental respeto a las reglas de la buena educación.

La reunión de ayer sólo sirvió para agrandar las ya abismales diferencias entre el PSOE y el PP, lo cual favorece a ETA y augura fuertes tensiones entre los dos partidos en un periodo preelectoral.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
El atentado también estaba acordado, está claro. El resultado será el fortalecimiento del apoyo al indeseable, de ETA y de todos los que se unan a favor de la paz, es decir, de ETA, y contra el PP. ¡Esto es la guerra!
La unidad es la trampa saducea.Si el PP se engancha, la caga, si se queda fuera, todos contra él, será el mismo demonio.
Paul.

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