El DNT era componente del explosivo de los trenes, según peritos del 11-M
26-02-07
A FONDO
El DNT era componente del explosivo de los trenes, según peritos del 11-M
CASIMIRO GARCIA-ABADILLO
A FONDO
El DNT era componente del explosivo de los trenes, según peritos del 11-M
CASIMIRO GARCIA-ABADILLO
MADRID.- En sólo unos días, los ocho peritos que, por orden de la Audiencia Nacional, realizan los análisis sobre los explosivos relacionados con el atentado del 11-M entregarán al Tribunal su esperado informe definitivo.
Sus conclusiones tendrán una incidencia extraordinaria sobre el proceso que se sigue contra los 29 imputados. Si los ocho técnicos confirman que el explosivo utilizado fue Goma 2 ECO, como aseguran el juez Del Olmo y la fiscal Sánchez, la versión oficial sobre los hechos recibirá un indudable espaldarazo. Pero, si dictaminan que lo que estalló en los trenes no fue Goma 2 ECO, la versión que con tanto ardor defienden las terminales mediáticas del Gobierno se vendrá abajo como un castillo de naipes. Sigue en
(.../...)
Si no fue ese tipo de dinamita el que se utilizó para hacer volar los trenes, entonces habrá que buscar otro lugar, además de Mina Conchita, y, por supuesto, a otros autores, al margen de los que ahora se sientan en el banquillo.
La fiscal es consciente de la trascendencia de ese informe y, para prevenir su demoledor impacto, ha solicitado que se incorpore a la causa el análisis que se hizo a instancias del destituido jefe de los Tedax, Sánchez Manzano (que de nuevo hurtó esa labor a la Policía Científica), sobre los cartuchos de dinamita incautados a Suárez Trashorras y Antonio Toro en la conocida como operación Pipol.
¿Por qué? Pues porque en ese análisis aparece el temido DNT. Con ello, Olga Sánchez piensa dar cobertura a la insostenible teoría de la contaminación: los terroristas utilizaron Goma 2 ECO contaminada con DNT.
Esta «sagaz maniobra» (según califica El País) tiene algunos inconvenientes. El primero de ellos es que el propio tribunal que juzgó los hechos no admitió dicho análisis como prueba. La razón es sencilla: la dinamita se incautó en junio de 2001 y, sin embargo, los análisis no se hicieron hasta agosto de 2004.
Otro inconveniente no menor es el hecho de que ese informe no esté ya incorporado al sumario. En escrito del juez Del Olmo al secretario de Estado de Interior, Antonio Camacho, fechado el 11 de noviembre de 2004, se le instó a que remitiera al juzgado todos los informes en cualquier tipo de soporte que obraran en poder de todos y cada uno de los cuerpos y unidades que componen su departamento en relación a los imputados Suárez Trashorras y Antonio Toro. ¿Por qué no se incorporó dicho análisis al sumario cuando lo pidió Del Olmo? ¿Desobedeció el secretario de Estado al juez? ¿Es que acaso en aquel momento no interesaba que apareciese mencionado el DNT porque no se había detectado en ninguno de los análisis realizados sobre los explosivos del 11-M por la Policía Científica?
El tribunal debería investigar por qué el secretario de Estado no dio cumplida respuesta al juez instructor.
Pero, aún con todo, el informe apadrinado por Sánchez Manzano no ayudaría mucho a los objetivos de la fiscal. En primer lugar, porque en él se dice que las sustancias que aparecen en los citados cartuchos se corresponden con los «componentes habituales de las dinamitas» (definición ambigua también utilizada por el ex jefe de los Tedax para bautizar las sustancias que aparecieron en los focos de los trenes).
Además, hay que recordarle a la fiscal que en 2001 se utilizaban en Mina Conchita al mismo tiempo cartuchos de Goma 2 EC (que sí contiene DNT) y Goma 2 ECO (que carece de él). Por lo tanto, es probable que esos cartuchos fuesen de Goma 2 EC o que, al estar mezclados con los de Goma 2 ECO, estos últimos se contaminaran de una sustancia conocida por su exudación (el DNT).
Sin embargo, como la fiscal debe saber, en 2004 (fecha en la que, según su escrito de acusación, se robó la Goma 2 ECO en Mina Conchita) ya no se consumía desde hacía mucho tiempo Goma 2 EC.
Como puede verse, la aportación de este informe no resolvería la contradicción fundamental que se plantea al relato de la fiscal sobre los hechos: si lo que estalló en los trenes contenía DNT, no era Goma 2 ECO.
Muestra nula
Por cierto, hay otra falsedad, manejada repetidamente tanto por El País como por ABC, que consiste en considerar el «resto de cartucho de dinamita Goma 2 ECO que fue enviado como patrón de referencia» (analizado por los peritos en su Informe Preliminar en el apartado 2) como una muestra remitida ex novo por UEE para su cotejo con el resto de muestras. No. Dicho resto es el que en su día (12 de marzo de 2004) envió Sánchez Manzano al laboratorio de la Policía Científica. En dicha muestra, los peritos han encontrado DNT, pero, como la propia Policía Científica se encargó de demostrar entonces, la validez de la muestra era nula, ya que apareció contaminada con metenamina.
En UEE están escandalizados por la frivolidad con la que algunos medios y ciertos políticos manejan la tesis de que de sus fábricas la Goma 2 ECO sale habitualmente contaminada con DNT. Los laboratorios de UEE, entre los más avanzados de Europa, son capaces de discernir hasta 50 partes por millón en una sustancia. Pues bien, nunca, hasta ahora, sus análisis han detectado contaminación con DNT.
La legislación europea sobre explosivos es muy estricta a ese respecto y establece duras sanciones para las empresas que no cumplan la normativa. Fuentes de UEE confirmaron a EL MUNDO que sus controles de calidad son periódicos y en ellos no se ha detectado contaminación con DNT en las dinamitas que dicha empresa comercializa bajo la denominación de Goma 2 ECO.
La fiscal Sánchez está nerviosa por el resultado del informe final sobre los explosivos, de cuya evolución es informada puntualmente por el jefe de la Policía Científica, Miguel Angel Santano.
Al menos los cuatro peritos (los que no pertenecen ni a la Guardia Civil ni a la Policía Científica) se inclinan claramente por la tesis de que el explosivo que reventó los trenes el 11-M contenía como componente DNT, lo cual descarta que se tratase de Goma 2 ECO.
Aunque los peritos de la Guardia Civil y de la Policía Científica tienen una elevada cualificación profesional, nadie duda de que, llegado el momento (e incluso contra su criterio), aceptarán lo que le imponga la superioridad.
El presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, solicitó la semana pasada al perito que ejerce de presidente (el que figura con el número 47, miembro de la Policía Científica) que tuviera listo para hoy el informe cuantitativo sobre los explosivos.
Sin embargo, al menos hasta dentro de una semana no estarán listos todos los análisis, ya que, en estos momentos, se está procediendo al estudio de los componentes inorgánicos de los mismos y aún no se han realizado todas las comprobaciones.
Sin embargo, lo que sí se puede decir ya es algo que se reflejará en el informe final. La aparición de DNT en las muestras de los focos, lavadas por los Tedax con agua y acetona, es suficientemente significativa en opinión de los peritos independientes como para afirmar que dicha sustancia era un componente del explosivo que estalló en los trenes. Es decir, que descartan que se tratase de Goma 2 ECO.
La cuestión es que, dada la cantidad mínima de restos con la que están trabajando, es imposible determinar la cantidad de DNT que había en ese explosivo. Es decir, que no se puede hacer un análisis cuantitativo de las sustancias que componían la dinamita que estalló en los trenes.
Hubiera sido posible hacerlo si se hubiese guardado el análisis que se hizo en su día y que Sánchez Manzano resumió con su fórmula mágica: «componentes habituales de las dinamitas». «Pero, ¿qué componentes?», preguntan los peritos. ¡Ah! Eso no se sabe. «¿Y los restos de agua y acetona con los que se lavaron los restos hallados en los focos?». Por supuesto, eso también se desconoce. ¿Por qué no se siguieron los protocolos establecidos en cualquier laboratorio que se precie? ¿Es que acaso no hay responsabilidad penal en esa negligencia por parte del responsable de los Tedax y que ahora hace imposible determinar con absoluta precisión el explosivo con el que se cometió el mayor atentado de la Historia de España?
Lo que sí se va a poder determinar es la cantidad de DNT que aparece en el explosivo intacto. Según todos las fuentes consultadas, el porcentaje no será significativo (en todo caso estará por debajo del 2%). Por tanto, en el explosivo intacto sí que se podrá hablar de contaminación con DNT.
¿Servirá ese análisis para determinar que todas las muestras estaban contaminadas? Rotundamente no. El rigor científico obliga a establecer una diferencia entre los focos y el explosivo intacto acorde con la lógica: si el explosivo de los focos hubiera estado solo contaminado con DNT, dicho componente no se habría detectado ahora en los análisis.
Atrapados
Por otro lado, los que sostengan esa tesis están atrapados porque, como ya se dijo en estas páginas la semana pasada, en la dinamita hallada en Mocejón hay dos muestras en las que no aparece DNT; justo las que no han estado bajo la custodia de la Policía. Ese dato es fundamental porque demuestra que la Goma 2 ECO no está contaminada con esa sustancia y que el DNT apareció posteriormente, probablemente en el laboratorio de los Tedax.
El problema para la versión oficial, elaborada con tan poca lucidez como numerosas contradicciones tanto en el auto de procesamiento como en el escrito de acusación, es que su credibilidad, en lo que se refiere a la trascendental prueba de los explosivos, está a cargo de un jefe policial, Miguel Angel Santano, que se va a sentar próximamente en el banquillo acusado por la Audiencia de falsedad y encubrimiento.
¿Qué dirán ahora los que hacían chistes y chirigotas sobre el ácido bórico? Sí, sí. ¡Vaya risa, tía Felisa!
Santano, como los otros tres jefes de la Policía Científica acusados de idénticos delitos, no van a ser juzgados porque considere la Sala de la Audiencia poco idóneo ligar a ETA con el 11-M a través del ácido bórico, sino por haber falsificado un informe oficial para que no apareciera por ningún lado la palabra maldita. Como le dijo su jefe a uno de los peritos: «ETA no puede aparecer por orden de la superioridad».
Vemos, pues, cómo el ácido bórico («producto de limpieza que utilizan cientos de miles de amas de casa en España», según escribió el insigne periodista Javier Pradera en El País) sí que tendrá efectos en esta causa. Por ejemplo, demostrar que la dirección de la Policía no sólo no permitió investigar las pistas que conducían hacia ETA, sino que las borró de forma tan contundente como burda: utilizando para ello un vulgar típex.
¿Qué les dirán ahora a sus lectores los que, llevados de la mano del acomodaticio juez Garzón, calificaron a los peritos de falsificadores y a este periódico de haber fabricado pruebas? Sencillamente, nada. Porque, para ellos, el 11-M no es una cuestión de datos, es una cuestión de fe.
casimiro.g.abadillo@el-mundo.es
Sus conclusiones tendrán una incidencia extraordinaria sobre el proceso que se sigue contra los 29 imputados. Si los ocho técnicos confirman que el explosivo utilizado fue Goma 2 ECO, como aseguran el juez Del Olmo y la fiscal Sánchez, la versión oficial sobre los hechos recibirá un indudable espaldarazo. Pero, si dictaminan que lo que estalló en los trenes no fue Goma 2 ECO, la versión que con tanto ardor defienden las terminales mediáticas del Gobierno se vendrá abajo como un castillo de naipes. Sigue en
(.../...)
Si no fue ese tipo de dinamita el que se utilizó para hacer volar los trenes, entonces habrá que buscar otro lugar, además de Mina Conchita, y, por supuesto, a otros autores, al margen de los que ahora se sientan en el banquillo.
La fiscal es consciente de la trascendencia de ese informe y, para prevenir su demoledor impacto, ha solicitado que se incorpore a la causa el análisis que se hizo a instancias del destituido jefe de los Tedax, Sánchez Manzano (que de nuevo hurtó esa labor a la Policía Científica), sobre los cartuchos de dinamita incautados a Suárez Trashorras y Antonio Toro en la conocida como operación Pipol.
¿Por qué? Pues porque en ese análisis aparece el temido DNT. Con ello, Olga Sánchez piensa dar cobertura a la insostenible teoría de la contaminación: los terroristas utilizaron Goma 2 ECO contaminada con DNT.
Esta «sagaz maniobra» (según califica El País) tiene algunos inconvenientes. El primero de ellos es que el propio tribunal que juzgó los hechos no admitió dicho análisis como prueba. La razón es sencilla: la dinamita se incautó en junio de 2001 y, sin embargo, los análisis no se hicieron hasta agosto de 2004.
Otro inconveniente no menor es el hecho de que ese informe no esté ya incorporado al sumario. En escrito del juez Del Olmo al secretario de Estado de Interior, Antonio Camacho, fechado el 11 de noviembre de 2004, se le instó a que remitiera al juzgado todos los informes en cualquier tipo de soporte que obraran en poder de todos y cada uno de los cuerpos y unidades que componen su departamento en relación a los imputados Suárez Trashorras y Antonio Toro. ¿Por qué no se incorporó dicho análisis al sumario cuando lo pidió Del Olmo? ¿Desobedeció el secretario de Estado al juez? ¿Es que acaso en aquel momento no interesaba que apareciese mencionado el DNT porque no se había detectado en ninguno de los análisis realizados sobre los explosivos del 11-M por la Policía Científica?
El tribunal debería investigar por qué el secretario de Estado no dio cumplida respuesta al juez instructor.
Pero, aún con todo, el informe apadrinado por Sánchez Manzano no ayudaría mucho a los objetivos de la fiscal. En primer lugar, porque en él se dice que las sustancias que aparecen en los citados cartuchos se corresponden con los «componentes habituales de las dinamitas» (definición ambigua también utilizada por el ex jefe de los Tedax para bautizar las sustancias que aparecieron en los focos de los trenes).
Además, hay que recordarle a la fiscal que en 2001 se utilizaban en Mina Conchita al mismo tiempo cartuchos de Goma 2 EC (que sí contiene DNT) y Goma 2 ECO (que carece de él). Por lo tanto, es probable que esos cartuchos fuesen de Goma 2 EC o que, al estar mezclados con los de Goma 2 ECO, estos últimos se contaminaran de una sustancia conocida por su exudación (el DNT).
Sin embargo, como la fiscal debe saber, en 2004 (fecha en la que, según su escrito de acusación, se robó la Goma 2 ECO en Mina Conchita) ya no se consumía desde hacía mucho tiempo Goma 2 EC.
Como puede verse, la aportación de este informe no resolvería la contradicción fundamental que se plantea al relato de la fiscal sobre los hechos: si lo que estalló en los trenes contenía DNT, no era Goma 2 ECO.
Muestra nula
Por cierto, hay otra falsedad, manejada repetidamente tanto por El País como por ABC, que consiste en considerar el «resto de cartucho de dinamita Goma 2 ECO que fue enviado como patrón de referencia» (analizado por los peritos en su Informe Preliminar en el apartado 2) como una muestra remitida ex novo por UEE para su cotejo con el resto de muestras. No. Dicho resto es el que en su día (12 de marzo de 2004) envió Sánchez Manzano al laboratorio de la Policía Científica. En dicha muestra, los peritos han encontrado DNT, pero, como la propia Policía Científica se encargó de demostrar entonces, la validez de la muestra era nula, ya que apareció contaminada con metenamina.
En UEE están escandalizados por la frivolidad con la que algunos medios y ciertos políticos manejan la tesis de que de sus fábricas la Goma 2 ECO sale habitualmente contaminada con DNT. Los laboratorios de UEE, entre los más avanzados de Europa, son capaces de discernir hasta 50 partes por millón en una sustancia. Pues bien, nunca, hasta ahora, sus análisis han detectado contaminación con DNT.
La legislación europea sobre explosivos es muy estricta a ese respecto y establece duras sanciones para las empresas que no cumplan la normativa. Fuentes de UEE confirmaron a EL MUNDO que sus controles de calidad son periódicos y en ellos no se ha detectado contaminación con DNT en las dinamitas que dicha empresa comercializa bajo la denominación de Goma 2 ECO.
La fiscal Sánchez está nerviosa por el resultado del informe final sobre los explosivos, de cuya evolución es informada puntualmente por el jefe de la Policía Científica, Miguel Angel Santano.
Al menos los cuatro peritos (los que no pertenecen ni a la Guardia Civil ni a la Policía Científica) se inclinan claramente por la tesis de que el explosivo que reventó los trenes el 11-M contenía como componente DNT, lo cual descarta que se tratase de Goma 2 ECO.
Aunque los peritos de la Guardia Civil y de la Policía Científica tienen una elevada cualificación profesional, nadie duda de que, llegado el momento (e incluso contra su criterio), aceptarán lo que le imponga la superioridad.
El presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, solicitó la semana pasada al perito que ejerce de presidente (el que figura con el número 47, miembro de la Policía Científica) que tuviera listo para hoy el informe cuantitativo sobre los explosivos.
Sin embargo, al menos hasta dentro de una semana no estarán listos todos los análisis, ya que, en estos momentos, se está procediendo al estudio de los componentes inorgánicos de los mismos y aún no se han realizado todas las comprobaciones.
Sin embargo, lo que sí se puede decir ya es algo que se reflejará en el informe final. La aparición de DNT en las muestras de los focos, lavadas por los Tedax con agua y acetona, es suficientemente significativa en opinión de los peritos independientes como para afirmar que dicha sustancia era un componente del explosivo que estalló en los trenes. Es decir, que descartan que se tratase de Goma 2 ECO.
La cuestión es que, dada la cantidad mínima de restos con la que están trabajando, es imposible determinar la cantidad de DNT que había en ese explosivo. Es decir, que no se puede hacer un análisis cuantitativo de las sustancias que componían la dinamita que estalló en los trenes.
Hubiera sido posible hacerlo si se hubiese guardado el análisis que se hizo en su día y que Sánchez Manzano resumió con su fórmula mágica: «componentes habituales de las dinamitas». «Pero, ¿qué componentes?», preguntan los peritos. ¡Ah! Eso no se sabe. «¿Y los restos de agua y acetona con los que se lavaron los restos hallados en los focos?». Por supuesto, eso también se desconoce. ¿Por qué no se siguieron los protocolos establecidos en cualquier laboratorio que se precie? ¿Es que acaso no hay responsabilidad penal en esa negligencia por parte del responsable de los Tedax y que ahora hace imposible determinar con absoluta precisión el explosivo con el que se cometió el mayor atentado de la Historia de España?
Lo que sí se va a poder determinar es la cantidad de DNT que aparece en el explosivo intacto. Según todos las fuentes consultadas, el porcentaje no será significativo (en todo caso estará por debajo del 2%). Por tanto, en el explosivo intacto sí que se podrá hablar de contaminación con DNT.
¿Servirá ese análisis para determinar que todas las muestras estaban contaminadas? Rotundamente no. El rigor científico obliga a establecer una diferencia entre los focos y el explosivo intacto acorde con la lógica: si el explosivo de los focos hubiera estado solo contaminado con DNT, dicho componente no se habría detectado ahora en los análisis.
Atrapados
Por otro lado, los que sostengan esa tesis están atrapados porque, como ya se dijo en estas páginas la semana pasada, en la dinamita hallada en Mocejón hay dos muestras en las que no aparece DNT; justo las que no han estado bajo la custodia de la Policía. Ese dato es fundamental porque demuestra que la Goma 2 ECO no está contaminada con esa sustancia y que el DNT apareció posteriormente, probablemente en el laboratorio de los Tedax.
El problema para la versión oficial, elaborada con tan poca lucidez como numerosas contradicciones tanto en el auto de procesamiento como en el escrito de acusación, es que su credibilidad, en lo que se refiere a la trascendental prueba de los explosivos, está a cargo de un jefe policial, Miguel Angel Santano, que se va a sentar próximamente en el banquillo acusado por la Audiencia de falsedad y encubrimiento.
¿Qué dirán ahora los que hacían chistes y chirigotas sobre el ácido bórico? Sí, sí. ¡Vaya risa, tía Felisa!
Santano, como los otros tres jefes de la Policía Científica acusados de idénticos delitos, no van a ser juzgados porque considere la Sala de la Audiencia poco idóneo ligar a ETA con el 11-M a través del ácido bórico, sino por haber falsificado un informe oficial para que no apareciera por ningún lado la palabra maldita. Como le dijo su jefe a uno de los peritos: «ETA no puede aparecer por orden de la superioridad».
Vemos, pues, cómo el ácido bórico («producto de limpieza que utilizan cientos de miles de amas de casa en España», según escribió el insigne periodista Javier Pradera en El País) sí que tendrá efectos en esta causa. Por ejemplo, demostrar que la dirección de la Policía no sólo no permitió investigar las pistas que conducían hacia ETA, sino que las borró de forma tan contundente como burda: utilizando para ello un vulgar típex.
¿Qué les dirán ahora a sus lectores los que, llevados de la mano del acomodaticio juez Garzón, calificaron a los peritos de falsificadores y a este periódico de haber fabricado pruebas? Sencillamente, nada. Porque, para ellos, el 11-M no es una cuestión de datos, es una cuestión de fe.
casimiro.g.abadillo@el-mundo.es
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