Víctimas de De Juana exigen que no deje de cumplir ni un día de condena

25-02-07



CRISIS ANTITERRORISTA / Decenas de miles de manifestantes critican la ausencia del Gobierno y exigen que no se rinda ante la banda ETA / El PP acusa a Zapatero de alejarse de las víctimas y acercarse a los verdugos

Víctimas de De Juana exigen que no deje de cumplir ni un día de condena

ANA DEL BARRIO

MADRID.- «Vicente Romero, Juan García, Esteban del Amo, Fausto Escrigas... No los busquéis porque ya no están entre nosotros». La Asociación de Víctimas del Terrorismo esgrimió ayer 25 razones con nombres y apellidos para pedir al Gobierno que el etarra José Ignacio de Juana Chaos no deje de cumplir ni un solo día de la condena impuesta por el Tribunal Supremo.


La concentración convocada ayer en la madrileña plaza de Colón se convirtió en un emotivo homenaje a las 25 víctimas del etarra, en donde proliferaron las críticas contra la política antiterrorista del Gobierno.

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«Mi nombre es Gerardo y soy superviviente del asesino De Juana Chaos». Después de esta estremecedora carta de presentación, el tedax relató el brutal atentado que vivió una calurosa primavera de 1985. El ataque del comando Madrid se saldó con tres muertos y un herido, Gerardo Puente, que quedó incapacitado para volver a ejercer su profesión.

Como él, decenas de víctimas y cerca de 100.000 personas -78.559 según la Delegación del Gobierno y 110.000 según la Comunidad de Madrid- salieron ayer a la calle, pertrechadas con cientos de banderas de España, para pedir al Ejecutivo que José Ignacio de Juana Chaos cumpla íntegra la pena de tres años que le ha impuesto el Tribunal Supremo. Al acto acudió también una nutrida representación del Partido Popular, encabezada por su secretario general, Angel Acebes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y la presidenta del PP en el País Vasco, María San Gil.

No fue una concentración más, un mero discurrir de lemas, pancartas y consignas. Fue un acto emotivo en el que los familiares -algunos con los nombres de sus seres queridos pintados en la frente- depositaron 25 ramos de flores ante un pebetero donde se incineraba carbón, bajo la música de fondo de El canto de los pájaros de Pau Casals. Muchos no pudieron aguantar las lágrimas al rememorar a sus parientes fallecidos y se abrazaban unos a otros buscando consuelo.

El sentido homenaje a las 25 víctimas del sanguinario etarra no ocultó el tremendo descontento del colectivo hacia la política antiterrorista del Gobierno. La primera víctima en subir al estrado, Manuel González Bermúdez -un guardia civil de tráfico que vivió el atentado de la plaza de la República Dominicana en el que murieron 12 personas- lamentó la ausencia del Ejecutivo en la concentración convocada por la AVT.

«Mi tristeza al comprobar que hoy no nos acompaña ningún miembro de nuestro Gobierno. Pienso que deberían estar en primera fila y supone una gran ofensa para todas las víctimas», declaró González, mientras una enorme pitada de los asistentes abucheaba al Ejecutivo de Zapatero.

En segundo lugar, habló el policía Gerardo Puente, que fue dando uno a uno los nombres de los terroristas del comando Madrid, capitaneados por De Juana Chaos, y llamándoles asesinos. El ex policía terminó su alocución con el famoso lema de la AVT: «¡Rendición en mi nombre no. Rebelión cívica!».

La última en intervenir y la más dura fue Toñi Santiago, la madre de Silvia, la última niña asesinada por la banda terrorista ETA, el 4 de agosto de 2002, en Santa Pola (Alicante). Después de tres años preguntándose por qué su hija tuvo que morir si estaban juntas en el mismo lugar y a la misma hora, Toñi ha encontrado un sentido a su vida: «Sigo aquí para defender la memoria, la dignidad y para que se haga justicia con mi hija y por todas las personas asesinadas por bandas terroristas, ya que quien gobierna España en estos momentos parece no tener la suficiente valentía para hacerlo».

Toñi arremetió especialmente contra el líder de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, quien justificó el asesinato de su hija, de tan sólo seis años, preguntando que «qué hacía esa niña en un cuartel de la Guardia Civil». «Y no puedo dejar de preguntarme, ¿de qué habrá servido el asesinato de mi hija, si Otegi, como pretende, vuelve a las instituciones vascas?», se preguntó indignada Toñi en la madrileña plaza de Colón.

La madre de la víctima también lamentó que el Gobierno no ilegalice al Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV) y quiso dejar claro que no consentirá que la sangre de su hija «sea moneda de cambio en ningún proceso de negociación con los terroristas».

Tras estos tres sobrecogedores testimonios, el presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, decidió no leer el discurso que tenía preparado y, en su lugar, sonó el himno nacional, como ya sucedió en la manifestación convocada el pasado día 3 de febrero por el Foro Ermua. Precisamente, la utilización del himno nacional en aquella protesta desató una fuerte polémica, ya que el PSOE acusó al PP de apropiarse del himno y de vulnerar el decreto de 1997 que regula su uso.

En el manifiesto que no leyó, Alcaraz advertía al presidente del Ejecutivo de que si otorga beneficios penitenciarios a De Juana, estará «ultrajando» la memoria de sus 25 víctimas. «La responsabilidad no es ya de los jueces, ahora es exclusivamente del Gobierno», señaló.

La concentración de ayer convocada por la AVT también comenzó rodeada de controversia, ya que Alcaraz solicitó permiso para concentrarse «en protesta por la rebaja de la condena al terrorista De Juana Chaos», es decir, contra la sentencia del Tribunal Supremo.

El Gobierno y el PSOE criticaron entonces que el PP se sumase a una marcha en protesta por una decisión judicial. Por este motivo, ayer, tanto los dirigentes populares como las víctimas pusieron un cuidado especial en recalcar su respeto a la decisión del Supremo.

«Generar sufrimiento»

Para Angel Acebes, «el PSOE dio ayer un paso más alejándose de las víctimas del terrorismo con la votación en el Parlamento vasco, uniéndose a los verdugos y a su entorno al votar a favor de que se les subvencione, y hoy [por ayer] han dado un paso más no estando en este acto con las víctimas».

El secretario general del PP aseguró que estamos en un mundo al revés, cuando las víctimas tienen que dar explicaciones de por qué se manifiestan y los abertzales no. «Aquí estamos todos para apoyar a los que sufren y no a los que generan sufrimiento», apuntó Acebes.

El secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, no tardó en darle la réplica al acusar al PP de volver «al insulto y la infamia», una conducta «extrema» que, a su juicio, provocará su aislamiento «definitivo» de la sociedad, según informa Europa Press.

«Estos comportamientos que se deslizan más y más hacia conductas extremas, fuera de códigos democráticos, terminarán por aislarles del sentir general de la sociedad española, que todavía está representada por la tolerancia», aseguró Moraleda. También respondió a las declaraciones del número dos del PP y señaló que las víctimas «necesitan consuelo y no que se las utilice».

Al término de la concentración, que comenzó a las 17.00 horas y se prolongó durante más de una hora, los participantes se mostraron emocionados: «Después de haber depositado la corona a mis compañeros, si no como en tres días no hace falta», declaró Manuel González, el guardia civil de 41 años. Toñi Gallego ni tan siquiera podía hablar: «Mira, estoy temblando. Ahora mismo no te puedo decir nada».

No sólo acudieron víctimas de De Juana Chaos, sino también de otros etarras e incluso de los Grapo. Mercedes perdió a su padre en el 79 y se muestra satisfecha de encontrar la solidaridad de la gente, ya que antes las víctimas eran las grandes olvidadas: «Antes les teníamos que enterrar a escondidas. Hasta que no pasó lo de Miguel Angel Blanco, no logramos apoyo», se lamentó.

Fueron muchos quienes alabaron la intervención de la actriz María Quintanar, que fue la encargada de presentar el acto. Quintanar no se anduvo por las ramas y lanzó dardos envenenados al Ejecutivo: «No nos hemos tragado la falsa paz y la tregua», «quieren imponernos la dictadura del perdón», «¿con qué clase de engendros pacta este Gobierno?».

Encarni Carrillo, pareja del concejal del PP asesinado por ETA Manuel Indiano, todavía tenía los pelos de punta al finalizar la concentración. Estaba embarazada de siete meses y medio cuando los pistoleros de ETA dispararon siete tiros contra su compañero en su tienda de Zumárraga. Ahora, su hija de seis años empieza a hacer muchas preguntas: «Al principio, le dije que fue un accidente. Luego le expliqué que había gente buena y gente mala. ¿Cómo le cuento que a su padre le pegaron 13 tiros?», se preguntó emocionada Carrillo.

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