Rajoy acusa al Gobierno de filtrar la noticia de la medalla
27-07-04
Rajoy acusa al Gobierno de filtrar la noticia de la medalla
Lo explica por «lo mal que le va en la Comisión del 11-M» y dice que apoyará a Aznar si se querella
CARMEN REMIREZ DE GANUZA
Rajoy acusa al Gobierno de filtrar la noticia de la medalla
Lo explica por «lo mal que le va en la Comisión del 11-M» y dice que apoyará a Aznar si se querella
CARMEN REMIREZ DE GANUZA
MADRID.- El líder del PP, Mariano Rajoy, cerró ayer filas con su antecesor en el partido, José María Aznar, y dio un paso más en su defensa al acusar al Ministerio de Asuntos Exteriores de haber filtrado la noticia del pasado jueves sobre las gestiones hechas con fondos públicos por el Gobierno popular para la obtención de la medalla de oro del Congreso estadounidense.
(.../...)
«Es lamentable», dijo Rajoy, «y absolutamente deleznable» que «ahora que tan mal le va al PSOE en la Comisión de Investigación del 11-M, ahora que ha quedado claro que el Gobierno no mintió, y que así lo ha demostrado el director general de la Policía, el Ministerio de Exteriores filtre estas cosas».
Rajoy, quien insistió en que no ha visto una actuación semejante por parte del Ejecutivo «en ningún país del mundo», se comprometió además a apoyar al ex jefe del Ejecutivo si, como éste ha anunciado, decide querellarse o instar cualquier otra acción penal contra quienes han promovido o se han hecho eco de la denuncia contra él.
Rajoy pudo optar ayer, como hizo el PP en las primeras horas del pasado jueves, por defender como una inversión para los intereses publicitarios de España las «mínimas» gestiones hechas desde el Gobierno popular para favorecer la concesión de la medalla de oro del Congreso estadounidense al ex presidente del Gobierno, José María Aznar.
Unas gestiones que en todo caso se derivaron de un contrato «legal» y «habitual» con un lobby estadounidense, como el que suscriben tantos otros países en Estados Unidos, y que en este caso se centraba, sobre todo, en la defensa de los intereses de Casa, Indra, y otras empresas públicas en aquel país.
«Borrarnos del mapa»
Sin embargo, el líder de la oposición, omitió ayer esta línea blanda de defensa y arremetió con armas y bagajes frente a la «estrategia de acoso y derribo» desarrollada por el Gobierno socialista hacia el Partido Popular. «Lo más importante de todo esto es que responde al intento de derribar al adversario. No les basta ganar sino que quieren borrar a la gente del mapa».
El secretario general del PP, quien desde antes de las propias elecciones europeas intenta en vano trazar una línea entre el Gobierno de Aznar y el nuevo PP dirigido por él en la oposición, se vio obligado así a sacar la cara por su antecesor.
«¿Es ilegal?», se preguntaba Rajoy respecto de la medalla de Aznar, aún en trámites, «¿es injusta? Que lo digan. Que lo diga el presidente del Gobierno, porque hasta ahora él no ha dicho otra cosa distinta a que él no lo haría».
«¡Ya está bien!, ¿no?», terminaba Rajoy, enfadado. «Creo que todo esto no es más que un intento de machacar al ex presidente del Gobierno» y, de paso, a los 10 millones de votantes del PP que, dijo, «quieren que el Gobierno deje de machacar y de filtrar cosas».
Algunas fuentes consultadas en el principal partido de la oposición se habían resistido hasta ayer a creer que el filtrador fuera el propio ministro Miguel Angel Moratinos, con quien despachó el antiguo embajador en Washington, Javier Rupérez, y al que éste mismo informó precisamente del contrato con el lobby estadounidense.Rajoy nada dijo ayer de Moratinos, pero fue diáfano al residenciar en su ministerio la responsabilidad y la intencionalidad de la información de la Ser sobre la medalla de Aznar.
El secretario general del PP, en una conferencia sobre el Centro reformista pronunciada en El Escorial unos minutos antes, acusó al Ejecutivo de usar «todas las tretas disponibles» contra el PP en su «estrategia denigratoria» y de «desplegar una cortina de humo para ocultar sus vergüenzas».
Rajoy utilizó el símil ciclista para decir que «lo que está detrás de los intentos del Partido Socialista por destruir nuestra imagen no es más que la preocupación que tiene el partido gobernante de saberse expuesto en cualquier momento a una pájara en su liderazgo».
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«Es lamentable», dijo Rajoy, «y absolutamente deleznable» que «ahora que tan mal le va al PSOE en la Comisión de Investigación del 11-M, ahora que ha quedado claro que el Gobierno no mintió, y que así lo ha demostrado el director general de la Policía, el Ministerio de Exteriores filtre estas cosas».
Rajoy, quien insistió en que no ha visto una actuación semejante por parte del Ejecutivo «en ningún país del mundo», se comprometió además a apoyar al ex jefe del Ejecutivo si, como éste ha anunciado, decide querellarse o instar cualquier otra acción penal contra quienes han promovido o se han hecho eco de la denuncia contra él.
Rajoy pudo optar ayer, como hizo el PP en las primeras horas del pasado jueves, por defender como una inversión para los intereses publicitarios de España las «mínimas» gestiones hechas desde el Gobierno popular para favorecer la concesión de la medalla de oro del Congreso estadounidense al ex presidente del Gobierno, José María Aznar.
Unas gestiones que en todo caso se derivaron de un contrato «legal» y «habitual» con un lobby estadounidense, como el que suscriben tantos otros países en Estados Unidos, y que en este caso se centraba, sobre todo, en la defensa de los intereses de Casa, Indra, y otras empresas públicas en aquel país.
«Borrarnos del mapa»
Sin embargo, el líder de la oposición, omitió ayer esta línea blanda de defensa y arremetió con armas y bagajes frente a la «estrategia de acoso y derribo» desarrollada por el Gobierno socialista hacia el Partido Popular. «Lo más importante de todo esto es que responde al intento de derribar al adversario. No les basta ganar sino que quieren borrar a la gente del mapa».
El secretario general del PP, quien desde antes de las propias elecciones europeas intenta en vano trazar una línea entre el Gobierno de Aznar y el nuevo PP dirigido por él en la oposición, se vio obligado así a sacar la cara por su antecesor.
«¿Es ilegal?», se preguntaba Rajoy respecto de la medalla de Aznar, aún en trámites, «¿es injusta? Que lo digan. Que lo diga el presidente del Gobierno, porque hasta ahora él no ha dicho otra cosa distinta a que él no lo haría».
«¡Ya está bien!, ¿no?», terminaba Rajoy, enfadado. «Creo que todo esto no es más que un intento de machacar al ex presidente del Gobierno» y, de paso, a los 10 millones de votantes del PP que, dijo, «quieren que el Gobierno deje de machacar y de filtrar cosas».
Algunas fuentes consultadas en el principal partido de la oposición se habían resistido hasta ayer a creer que el filtrador fuera el propio ministro Miguel Angel Moratinos, con quien despachó el antiguo embajador en Washington, Javier Rupérez, y al que éste mismo informó precisamente del contrato con el lobby estadounidense.Rajoy nada dijo ayer de Moratinos, pero fue diáfano al residenciar en su ministerio la responsabilidad y la intencionalidad de la información de la Ser sobre la medalla de Aznar.
El secretario general del PP, en una conferencia sobre el Centro reformista pronunciada en El Escorial unos minutos antes, acusó al Ejecutivo de usar «todas las tretas disponibles» contra el PP en su «estrategia denigratoria» y de «desplegar una cortina de humo para ocultar sus vergüenzas».
Rajoy utilizó el símil ciclista para decir que «lo que está detrás de los intentos del Partido Socialista por destruir nuestra imagen no es más que la preocupación que tiene el partido gobernante de saberse expuesto en cualquier momento a una pájara en su liderazgo».
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