EUFORIA EN BATASUNA, SUFRIMIENTO EN LAS VICTIMAS
4-06-06
EDITORIAL
EUFORIA EN BATASUNA, SUFRIMIENTO EN LAS VICTIMAS
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EUFORIA EN BATASUNA, SUFRIMIENTO EN LAS VICTIMAS
Los dirigentes de Batasuna no ocultan su euforia tras la decisión del PSE de celebrar una reunión con representantes de la izquierda abertzale en las próximas semanas y tras lograr eludir la cárcel gracias a la posición de la Fiscalía. Ayer, Arnaldo Otegi afirmó en Durango que ahora «la situación es mucho mejor», debido a los «compromisos adoptados» por el partido del Gobierno.
Otegi resaltó que los socialistas y Zapatero han aceptado a Batasuna como «interlocutor» para una negociación política en la que estarán presentes el resto de los partidos. Lo que dijo Otegi no es un mero deseo, sino que concuerda con lo que ha dicho Patxi López públicamente.
Es evidente que Batasuna da por hecho que pronto va a formar parte de una mesa de partidos al margen del Parlamento vasco, pero la única mesa que para algunos existe es la de operaciones.Nuestro suplemento Crónica narra hoy la intervención quirúrgica a la que se sometió el pasado martes Irene Villa en un hospital de Gotemburgo (Suecia), que duró más de cinco horas.
En ella, los médicos suecos prolongaron el fémur de Irene Villa con una barra de titanio, en la que encajará su nueva pierna izquierda. No hace falta recordar que esta joven perdió sus dos piernas en un brutal atentado de ETA en 1991, que también afectó a su madre.
Irene Villa tiene que estar seis meses sin andar antes de poder utilizar su nueva pierna. Han pasado 15 años y ella sigue sufriendo sin que nadie le haya pedido perdón.
El drama de Irene Villa pone en evidencia la precipitada decisión de Zapatero y López de aceptar una reunión con un partido que no solamente es ilegal sino que sigue sin condenar la violencia.
La paz no será posible hasta que los verdugos pidan perdón a las víctimas y transcurra un periodo de tiempo que permita cicatrizar las heridas. Todavía falta mucho para eso.
En una entrevista publicada ayer por El Periódico, Zapatero advierte que «no va a consentir que nadie cuestione la mejor oportunidad para la paz». Que se lo diga a Irene Villa.
Su tono autoritario resulta una afrenta para millones de ciudadanos que no piensan como él y que, por el contrario, creen que la paz en estas condiciones es una rendición.
Zapatero se permite el lujo de reprochar a Rajoy que no le avisara antes de anunciar que retirará su apoyo al Gobierno si el PSE se entrevista con Batasuna. Quien tiene motivos para sentirse engañado es el líder del PP, que se enteró por los medios de comunicación de ese encuentro con Batasuna.
El presidente habla también en esa entrevista de crear «una mayoría amplia» entre el nacionalismo y el «autonomismo avanzado», dejando fuera al PP. Es la misma táctica empleada en Cataluña. Zapatero está jugando con fuego al pedir lealtad a Rajoy y luego intentar arrojarle a las tinieblas del infierno.
Otegi resaltó que los socialistas y Zapatero han aceptado a Batasuna como «interlocutor» para una negociación política en la que estarán presentes el resto de los partidos. Lo que dijo Otegi no es un mero deseo, sino que concuerda con lo que ha dicho Patxi López públicamente.
Es evidente que Batasuna da por hecho que pronto va a formar parte de una mesa de partidos al margen del Parlamento vasco, pero la única mesa que para algunos existe es la de operaciones.Nuestro suplemento Crónica narra hoy la intervención quirúrgica a la que se sometió el pasado martes Irene Villa en un hospital de Gotemburgo (Suecia), que duró más de cinco horas.
En ella, los médicos suecos prolongaron el fémur de Irene Villa con una barra de titanio, en la que encajará su nueva pierna izquierda. No hace falta recordar que esta joven perdió sus dos piernas en un brutal atentado de ETA en 1991, que también afectó a su madre.
Irene Villa tiene que estar seis meses sin andar antes de poder utilizar su nueva pierna. Han pasado 15 años y ella sigue sufriendo sin que nadie le haya pedido perdón.
El drama de Irene Villa pone en evidencia la precipitada decisión de Zapatero y López de aceptar una reunión con un partido que no solamente es ilegal sino que sigue sin condenar la violencia.
La paz no será posible hasta que los verdugos pidan perdón a las víctimas y transcurra un periodo de tiempo que permita cicatrizar las heridas. Todavía falta mucho para eso.
En una entrevista publicada ayer por El Periódico, Zapatero advierte que «no va a consentir que nadie cuestione la mejor oportunidad para la paz». Que se lo diga a Irene Villa.
Su tono autoritario resulta una afrenta para millones de ciudadanos que no piensan como él y que, por el contrario, creen que la paz en estas condiciones es una rendición.
Zapatero se permite el lujo de reprochar a Rajoy que no le avisara antes de anunciar que retirará su apoyo al Gobierno si el PSE se entrevista con Batasuna. Quien tiene motivos para sentirse engañado es el líder del PP, que se enteró por los medios de comunicación de ese encuentro con Batasuna.
El presidente habla también en esa entrevista de crear «una mayoría amplia» entre el nacionalismo y el «autonomismo avanzado», dejando fuera al PP. Es la misma táctica empleada en Cataluña. Zapatero está jugando con fuego al pedir lealtad a Rajoy y luego intentar arrojarle a las tinieblas del infierno.
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