«Pensaba acudir a la concentración sin avisar»
09-06-06
IRENE VILLA / Víctima del terrorismo
«Pensaba acudir a la concentración sin avisar»
Convaleciente en Suecia de su última operación, no estará en el acto de la AVT previsto para mañana en Madrid porque su recuperación se ha complicado. «Pero sé que habrá mucha gente ocupando mi hueco», dice aún sedada por la morfina
ANA MARIA ORTIZ
IRENE VILLA / Víctima del terrorismo
«Pensaba acudir a la concentración sin avisar»
Convaleciente en Suecia de su última operación, no estará en el acto de la AVT previsto para mañana en Madrid porque su recuperación se ha complicado. «Pero sé que habrá mucha gente ocupando mi hueco», dice aún sedada por la morfina
ANA MARIA ORTIZ
La inesperada presencia de Irene Villa iba a ser la gran sorpresa de la concentración convocada por la AVT mañana en Madrid. El equipo médico sueco que el 30 de mayo operó su pierna izquierda -mutilada, como la derecha, tras el atentado de ETA que sufrió en 1991- decidió a principios de esta semana adelantar su alta. E Irene, que tenía que haber regresado a España ayer jueves, quería agradecer el afecto recibido estos días acudiendo a la plaza de Colón.
(.../...)
Finalmente, será imposible. La recuperación de la intervención -una revolucionaria técnica que mejorará su calidad de vida gracias a la prolongación del fémur con una barra de titanio- a la que se sometió en Gotemburgo (Suecia) no ha ido como se esperaba. La amenaza de una infección y la dependencia de la morfina para mitigar el dolor han hecho que siga ingresada. Irene contesta a las preguntas de EL MUNDO durante el impás entre sedante y sedante.
Pregunta.- ¿Cómo se encuentra?
Respuesta.- La verdad, desde que el lunes me quitaron la anestesia epidural, lo he pasado fatal. El dolor es tan insoportable que no lo calma ni la morfina... Pero estoy contenta porque, al menos, han descartado la infección y me han dicho que las molestias van a ir remitiendo.
P.- No podrá estar mañana en la manifestación...
R.- No, y me da mucha pena. Pensaba acudir sin avisar, aunque hubiera tenido que ir en moto y vendada, para devolver el afecto a las personas que se han preocupado por mí estos días. Pero aunque yo falte, sé que va a haber mucha gente ocupando mi hueco y yo los seguiré desde aquí.
P.- ¿Por qué cree que hay que estar mañana en Colón?
R.- Primero, para que se siga investigando el 11-M. Muchas víctimas no van a poder dar un cerrojazo a su dolor hasta que sepan qué ha pasado con sus familiares, y aún hay muchos interrogantes abiertos. Y segundo, para ver si frenamos la negociación con ETA, aunque lo veo difícil. Aún no entiendo por qué tenemos que bailarle el agua a unos asesinos, y me parece muy sospechoso que un Gobierno se ponga del lado de quien atenta contra él. Tenemos que decir bien alto que no nos vamos a rendir, que los que se tienen que rendir son los terroristas.
P.- ¿Por qué se opone al proceso de diálogo abierto?
R.- Porque sólo beneficia a ETA. Tras el 11-M, en España se creó un clima de unión y repulsa contra el terrorismo que no había habido antes, y en ese marco ETA ya no tenía ninguna carta en la manga. Muchos estaban en la cárcel, se habían cortado sus fuentes de financiación, se había ilegalizado Batasuna... Y, de repente, cuando más débiles estaban se les da de nuevo voz y voto, se les da esperanza a los asesinos. Mañana hay que estar en la concentración para quitarles la esperanza a los terroristas y devolvérsela a las víctimas.
P.- Pero usted siempre ha sido defensora del diálogo.
R.- Sí, del diálogo con la población nacionalista vasca que tenga las manos limpias, no con los asesinos. Tras la tregua, ETA dejó claro que no le bastaba con hablar, que hasta que se cumplieran sus exigencias no iban a parar, por las buenas o por las malas. ¿Por qué les hemos dado la oportunidad de que nos pongan condiciones y nos amenacen cuando estaban derrotados? Ahora vuelven a tener la sartén por el mango y eso es muy duro tras 30 años luchando por la paz. Me da rabia, porque este error lo vamos a pagar y no precisamente yo, que ya tengo lo mío y por probabilidad no me va a volver a tocar.
P.- Hay quien piensa que las víctimas deberían mantenerse al margen del proceso.
R.- Sí, es verdad. La política la tienen que hacer los políticos, yo también lo pienso. Pero, por otro lado, ves que los terroristas sí desempeñan un papel político, algunos incluso tienen escaños. Y, si el Gobierno no defiende lo que debería defender, tendremos que salir a la calle para que se nos escuche.
P.- ¿Cuál cree que será el desenlace de la negociación?
R.- No tengo ni idea, no sé cómo puede acabar esto. Sinceramente, no quiero que haya más asesinatos, pero tampoco que salgan a la calle los que han matado.
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Finalmente, será imposible. La recuperación de la intervención -una revolucionaria técnica que mejorará su calidad de vida gracias a la prolongación del fémur con una barra de titanio- a la que se sometió en Gotemburgo (Suecia) no ha ido como se esperaba. La amenaza de una infección y la dependencia de la morfina para mitigar el dolor han hecho que siga ingresada. Irene contesta a las preguntas de EL MUNDO durante el impás entre sedante y sedante.
Pregunta.- ¿Cómo se encuentra?
Respuesta.- La verdad, desde que el lunes me quitaron la anestesia epidural, lo he pasado fatal. El dolor es tan insoportable que no lo calma ni la morfina... Pero estoy contenta porque, al menos, han descartado la infección y me han dicho que las molestias van a ir remitiendo.
P.- No podrá estar mañana en la manifestación...
R.- No, y me da mucha pena. Pensaba acudir sin avisar, aunque hubiera tenido que ir en moto y vendada, para devolver el afecto a las personas que se han preocupado por mí estos días. Pero aunque yo falte, sé que va a haber mucha gente ocupando mi hueco y yo los seguiré desde aquí.
P.- ¿Por qué cree que hay que estar mañana en Colón?
R.- Primero, para que se siga investigando el 11-M. Muchas víctimas no van a poder dar un cerrojazo a su dolor hasta que sepan qué ha pasado con sus familiares, y aún hay muchos interrogantes abiertos. Y segundo, para ver si frenamos la negociación con ETA, aunque lo veo difícil. Aún no entiendo por qué tenemos que bailarle el agua a unos asesinos, y me parece muy sospechoso que un Gobierno se ponga del lado de quien atenta contra él. Tenemos que decir bien alto que no nos vamos a rendir, que los que se tienen que rendir son los terroristas.
P.- ¿Por qué se opone al proceso de diálogo abierto?
R.- Porque sólo beneficia a ETA. Tras el 11-M, en España se creó un clima de unión y repulsa contra el terrorismo que no había habido antes, y en ese marco ETA ya no tenía ninguna carta en la manga. Muchos estaban en la cárcel, se habían cortado sus fuentes de financiación, se había ilegalizado Batasuna... Y, de repente, cuando más débiles estaban se les da de nuevo voz y voto, se les da esperanza a los asesinos. Mañana hay que estar en la concentración para quitarles la esperanza a los terroristas y devolvérsela a las víctimas.
P.- Pero usted siempre ha sido defensora del diálogo.
R.- Sí, del diálogo con la población nacionalista vasca que tenga las manos limpias, no con los asesinos. Tras la tregua, ETA dejó claro que no le bastaba con hablar, que hasta que se cumplieran sus exigencias no iban a parar, por las buenas o por las malas. ¿Por qué les hemos dado la oportunidad de que nos pongan condiciones y nos amenacen cuando estaban derrotados? Ahora vuelven a tener la sartén por el mango y eso es muy duro tras 30 años luchando por la paz. Me da rabia, porque este error lo vamos a pagar y no precisamente yo, que ya tengo lo mío y por probabilidad no me va a volver a tocar.
P.- Hay quien piensa que las víctimas deberían mantenerse al margen del proceso.
R.- Sí, es verdad. La política la tienen que hacer los políticos, yo también lo pienso. Pero, por otro lado, ves que los terroristas sí desempeñan un papel político, algunos incluso tienen escaños. Y, si el Gobierno no defiende lo que debería defender, tendremos que salir a la calle para que se nos escuche.
P.- ¿Cuál cree que será el desenlace de la negociación?
R.- No tengo ni idea, no sé cómo puede acabar esto. Sinceramente, no quiero que haya más asesinatos, pero tampoco que salgan a la calle los que han matado.
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