El Gobierno ofrece 'consenso' al PP sin renunciar a la cita con Batasuna
6-06-06
ALTO EL FUEGO / El presidente aplaza su comparecencia en el Congreso para pedir autorización al diálogo con ETA / El ministro del Interior «lamenta profundamente» la reacción 'popular' / El PSOE rebaja el debate de hoy
El Gobierno ofrece 'consenso' al PP sin renunciar a la cita con Batasuna
Rubalcaba dice ahora que está dispuesto a hacer el «máximo esfuerzo posible» para informar a la oposición sobre los «distintos momentos» de la negociación con ETA - Zapatero aplaza al menos dos semanas la comparecencia ante el Congreso para que le autorice a reunirse con la banda terrorista
FERNANDO GAREA
MADRID.- El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, intenta ahora enfriar en lo posible la elevada temperatura política y el enfrentamiento con el Partido Popular sobre el llamado proceso de paz tras conocerse que ha autorizado que el PSE se reúna con Batasuna.
(.../...)
Por ello, Zapatero ha aplazado su comparecencia en el Congreso para pedir autorización para abrir el diálogo con ETA, hizo que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, acudiera ayer al Senado con una propuesta para recuperar el consenso con el principal partido de la oposición y ha ordenado rebajar el tono y el perfil del debate de hoy sobre la moción del PP.
El Gobierno no renuncia a ese encuentro con la izquierda abertzale que, según su propia versión, ha servido para sacar el proceso de paz de la situación crítica en la que se encontraba, pero al menos el ministro del Interior pronunció ayer algo que sonó parecido a una petición de disculpas y, en todo caso, a una invitación al acuerdo con el PP.
Por un lado, Rubalcaba hizo varias invocaciones al consenso y a la necesaria «unidad de los demócratas». Por otro, explicó que eso «exige un compromiso por parte del Gobierno: mantener informados a todos los grupos políticos», y añadió que «esta tarea que tenemos por delante exige un principio elemental de confianza de todas las fuerzas políticas en el Gobierno y del Gobierno en las fuerzas políticas. Una confianza plena e incondicional».
«Estamos dispuestos a asumir que se nos exija más. Por ello, lamentamos que la anunciada reunión de dirigentes del PSE y de la izquierda abertzale haya provocado una reacción tan negativa en el PP. Lo lamentamos profundamente y por ello les quiero asegurar que, para recuperar esa confianza, el Gobierno está dispuesto a hacer el máximo esfuerzo posible para informar y compartir con todos los grupos políticos los distintos momentos y hechos que puedan producirse», aseguró Rubalcaba.
El titular de Interior concluyó expresando su confianza en que «estas palabras sirvan para restablecer la necesaria unidad entre todos los partidos democráticos».
Este tono conciliador tuvo una acogida nula por parte del portavoz del PP, Ignacio Cosidó, que hizo caso omiso a la oferta y leyó el texto que llevaba preparado para acusar al Gobierno de «ceder al chantaje de ETA», «mentir», «desmantelar el Estado de Derecho», «convertir las cartas de extorsión en cartas de amor», «vileza moral», etcétera.
En la réplica, el ministro hizo casi como si no le hubiera oído y siguió con el tono conciliador. A la oferta de más información añadió la de «discutir estrategias».
Fuentes del Gobierno explican que Zapatero está resuelto a que el proceso no se pare aunque el PP no se incorpore finalmente al consenso y, por eso, repite estos días lo de la «oportunidad histórica que hay que aprovechar». Sin embargo, explican que el presidente es consciente de la dificultad de abordar un proceso así, no sólo sin apoyo del principal partido de la oposición, sino con su oposición radical. Sobre todo, si tiene en contra a una parte importante de la sociedad que, por ejemplo, se manifestará el próximo sábado en Madrid.
En esa situación, el riesgo político que asume el presidente se convierte casi en temeridad, teniendo en cuenta que Zapatero mantiene que el proceso no terminará en esta legislatura y precisa el compromiso de continuidad de quien teóricamente está en condiciones de mantenerlo tras las elecciones generales próximas.
Por eso, dado que algunos miembros del Gobierno admiten en privado que la gestión política del encuentro con Batasuna ha sido manifiestamente mejorable, Zapatero intentará estos días que, al menos, se enfríe la situación. Para ello habrá nuevos contactos discretos con el líder de la oposición, Mariano Rajoy.
Ya en los últimos días ha habido mensajes reservados de explicación desde La Moncloa al principal despacho de la sede del PP de la calle Génova.
La primera decisión de Zapatero para frenar la escalada ha sido aplazar su comparecencia en el Congreso para que éste le autorice a abrir el diálogo con ETA. Estaba previsto para hoy en el Pleno que discute las mociones consecuencia del Debate sobre el estado de la Nación, pero quedará aplazado, salvo sorpresas de última hora. El presidente del Gobierno considera que no es momento de retransmitir un cara a cara público con Rajoy sobre ETA, una vez superada la ocasión de hacerlo la pasada semana en la primera jornada del debate. La moción del PP ha trastocado su calendario e intenta mantener el compromiso de que su comparecencia será como y cuando quiera Rajoy, a pesar de que los portavoces de Izquierda Unida y el PNV, Gaspar Llamazares y Josu Erkoreka, le pidieron ayer públicamente que utilice el Pleno de hoy para abrir el diálogo con ETA.
La fecha dependerá de la respuesta que dé el PP a la oferta formalizada ayer por Rubalcaba.
Zapatero también dio orden ayer de no presentar enmiendas a la moción del PP sobre terrorismo y de intentar rebajar en lo posible el tono del debate de hoy. Para eso, quien intervendrá en representación del Grupo Socialista no será siquiera el portavoz Diego López Garrido, sino que lo hará el secretario general del Grupo, Julio Villarrubia, aunque intervenga Mariano Rajoy.
El próximo Pleno ordinario del Congreso está convocado para el 20 de junio, ya que la próxima semana no hay ninguno convocado para respetar la costumbre de no celebrarlos en vísperas de citas con las urnas, en este caso, el referéndum sobre el Estatuto de Cataluña del 18 de junio.
El presidente del Gobierno, no obstante, tiene capacidad, según el Reglamento, para forzar en cualquier momento la convocatoria de un Pleno extraordinario en el que comparezca para pedir autorización para abrir ese proceso de diálogo.
De aquí a esa fecha, Zapatero hará los últimos intentos para incorporar al PP al consenso sobre el proceso de paz, y sólo si la respuesta es positiva forzará antes un Pleno extraordinario.
El Gobierno ofrece 'consenso' al PP sin renunciar a la cita con Batasuna
Rubalcaba dice ahora que está dispuesto a hacer el «máximo esfuerzo posible» para informar a la oposición sobre los «distintos momentos» de la negociación con ETA - Zapatero aplaza al menos dos semanas la comparecencia ante el Congreso para que le autorice a reunirse con la banda terrorista
FERNANDO GAREA
MADRID.- El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, intenta ahora enfriar en lo posible la elevada temperatura política y el enfrentamiento con el Partido Popular sobre el llamado proceso de paz tras conocerse que ha autorizado que el PSE se reúna con Batasuna.
(.../...)
Por ello, Zapatero ha aplazado su comparecencia en el Congreso para pedir autorización para abrir el diálogo con ETA, hizo que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, acudiera ayer al Senado con una propuesta para recuperar el consenso con el principal partido de la oposición y ha ordenado rebajar el tono y el perfil del debate de hoy sobre la moción del PP.
El Gobierno no renuncia a ese encuentro con la izquierda abertzale que, según su propia versión, ha servido para sacar el proceso de paz de la situación crítica en la que se encontraba, pero al menos el ministro del Interior pronunció ayer algo que sonó parecido a una petición de disculpas y, en todo caso, a una invitación al acuerdo con el PP.
Por un lado, Rubalcaba hizo varias invocaciones al consenso y a la necesaria «unidad de los demócratas». Por otro, explicó que eso «exige un compromiso por parte del Gobierno: mantener informados a todos los grupos políticos», y añadió que «esta tarea que tenemos por delante exige un principio elemental de confianza de todas las fuerzas políticas en el Gobierno y del Gobierno en las fuerzas políticas. Una confianza plena e incondicional».
«Estamos dispuestos a asumir que se nos exija más. Por ello, lamentamos que la anunciada reunión de dirigentes del PSE y de la izquierda abertzale haya provocado una reacción tan negativa en el PP. Lo lamentamos profundamente y por ello les quiero asegurar que, para recuperar esa confianza, el Gobierno está dispuesto a hacer el máximo esfuerzo posible para informar y compartir con todos los grupos políticos los distintos momentos y hechos que puedan producirse», aseguró Rubalcaba.
El titular de Interior concluyó expresando su confianza en que «estas palabras sirvan para restablecer la necesaria unidad entre todos los partidos democráticos».
Este tono conciliador tuvo una acogida nula por parte del portavoz del PP, Ignacio Cosidó, que hizo caso omiso a la oferta y leyó el texto que llevaba preparado para acusar al Gobierno de «ceder al chantaje de ETA», «mentir», «desmantelar el Estado de Derecho», «convertir las cartas de extorsión en cartas de amor», «vileza moral», etcétera.
En la réplica, el ministro hizo casi como si no le hubiera oído y siguió con el tono conciliador. A la oferta de más información añadió la de «discutir estrategias».
Fuentes del Gobierno explican que Zapatero está resuelto a que el proceso no se pare aunque el PP no se incorpore finalmente al consenso y, por eso, repite estos días lo de la «oportunidad histórica que hay que aprovechar». Sin embargo, explican que el presidente es consciente de la dificultad de abordar un proceso así, no sólo sin apoyo del principal partido de la oposición, sino con su oposición radical. Sobre todo, si tiene en contra a una parte importante de la sociedad que, por ejemplo, se manifestará el próximo sábado en Madrid.
En esa situación, el riesgo político que asume el presidente se convierte casi en temeridad, teniendo en cuenta que Zapatero mantiene que el proceso no terminará en esta legislatura y precisa el compromiso de continuidad de quien teóricamente está en condiciones de mantenerlo tras las elecciones generales próximas.
Por eso, dado que algunos miembros del Gobierno admiten en privado que la gestión política del encuentro con Batasuna ha sido manifiestamente mejorable, Zapatero intentará estos días que, al menos, se enfríe la situación. Para ello habrá nuevos contactos discretos con el líder de la oposición, Mariano Rajoy.
Ya en los últimos días ha habido mensajes reservados de explicación desde La Moncloa al principal despacho de la sede del PP de la calle Génova.
La primera decisión de Zapatero para frenar la escalada ha sido aplazar su comparecencia en el Congreso para que éste le autorice a abrir el diálogo con ETA. Estaba previsto para hoy en el Pleno que discute las mociones consecuencia del Debate sobre el estado de la Nación, pero quedará aplazado, salvo sorpresas de última hora. El presidente del Gobierno considera que no es momento de retransmitir un cara a cara público con Rajoy sobre ETA, una vez superada la ocasión de hacerlo la pasada semana en la primera jornada del debate. La moción del PP ha trastocado su calendario e intenta mantener el compromiso de que su comparecencia será como y cuando quiera Rajoy, a pesar de que los portavoces de Izquierda Unida y el PNV, Gaspar Llamazares y Josu Erkoreka, le pidieron ayer públicamente que utilice el Pleno de hoy para abrir el diálogo con ETA.
La fecha dependerá de la respuesta que dé el PP a la oferta formalizada ayer por Rubalcaba.
Zapatero también dio orden ayer de no presentar enmiendas a la moción del PP sobre terrorismo y de intentar rebajar en lo posible el tono del debate de hoy. Para eso, quien intervendrá en representación del Grupo Socialista no será siquiera el portavoz Diego López Garrido, sino que lo hará el secretario general del Grupo, Julio Villarrubia, aunque intervenga Mariano Rajoy.
El próximo Pleno ordinario del Congreso está convocado para el 20 de junio, ya que la próxima semana no hay ninguno convocado para respetar la costumbre de no celebrarlos en vísperas de citas con las urnas, en este caso, el referéndum sobre el Estatuto de Cataluña del 18 de junio.
El presidente del Gobierno, no obstante, tiene capacidad, según el Reglamento, para forzar en cualquier momento la convocatoria de un Pleno extraordinario en el que comparezca para pedir autorización para abrir ese proceso de diálogo.
De aquí a esa fecha, Zapatero hará los últimos intentos para incorporar al PP al consenso sobre el proceso de paz, y sólo si la respuesta es positiva forzará antes un Pleno extraordinario.
Comentarios