UNA DOBLE PROTESTA BASADA EN UN MISMO IMPERATIVO MORAL
10-06-06
Editorial
UNA DOBLE PROTESTA BASADA EN UN MISMO IMPERATIVO MORAL
Editorial
UNA DOBLE PROTESTA BASADA EN UN MISMO IMPERATIVO MORAL
La concentración de hoy en Madrid, organizada por la AVT y apoyada por el PP, fue convocada en su día para pedir al Gobierno que no negociara con ETA. Todavía se desconocía que el PSE iba a entrevistarse con Batasuna, lo que justifica todavía más el acto de esta tarde.
El anuncio de la reunión con la izquierda abertzale forzó a Rajoy a retirar su apoyo al Gobierno mientras crecía la indignación entre las víctimas. El engaño de Zapatero, que ocultó sus intenciones al líder del PP en el debate del estado de la Nación, ha ayudado a la AVT a movilizar a un amplio sector de la ciudadanía que no está de acuerdo con la estrategia del presidente y que va a salir hoy masivamente a la calle pese a que la vicepresidenta De la Vega descalificó ayer la concentración.
Cuanto mayor sea esta expresión popular de rechazo, más posibilidades habrá de que Zapatero recapitule y dé marcha atrás en esa entrevista. Ayer el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco admitió a trámite una querella del Foro de Ermua contra Ibarretxe por haber recibido a la dirección de Batasuna en el pasado mes de abril. Esta decisión que considera al lehendakari posible cooperador necesario de un delito de desobediencia, junto a la reciente prohibición de un acto de Batasuna en Pamplona por el juez Marlaska, avala la tesis de que el PSE vulneraría la legalidad vigente al reunirse con el partido de Otegi. En cualquier caso, el Foro de Ermua ya ha avisado que volverá a presentar otra querella contra Zapatero y Patxi López si se produce ese encuentro con la ilegal Batasuna.
El segundo de los motivos por los que la AVT ha convocado el acto de hoy es la petición a los poderes públicos de una investigación seria y rigurosa sobre el 11-M. «Queremos saber la verdad», dicen las víctimas. Ni el Parlamento cumplió con su obligación cuando cerró prematuramente la comisión de investigación, ni el Gobierno parece tener el más mínimo interés en saber la verdad ni la instrucción judicial ha estado a la altura de lo que algo tan tremendo requería. La concentración es una apelación a las tres instancias que integran el Estado de Derecho para que asuman sus responsabilidades.
Ahí está la reciente salida por la tangente del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que contestó a las 215 preguntas formuladas por una diputada del PP con una mezcla de evasivas y falsedades. O la forma como está instruyendo este caso el juez Del Olmo, verdadero ejemplo de lo que no se debe hacer en una investigación judicial.
La frustración generada por esta inoperancia manifiesta de los poderes del Estado justificaría por sí misma la concentración de la AVT. Alberto Ruiz-Gallardón, el alcalde de Madrid, dijo el pasado miércoles que hay que olvidarse de lo sucedido en aquel nefasto día porque ello es parte de «los equipajes sentimentales de cada uno o de las cátedras de investigación». No es así. Saber la verdad sobre el 11-M como exigir al Gobierno que respete la legalidad son imperativos morales irrenunciables para cualquier persona con sensibilidad democrática.
El anuncio de la reunión con la izquierda abertzale forzó a Rajoy a retirar su apoyo al Gobierno mientras crecía la indignación entre las víctimas. El engaño de Zapatero, que ocultó sus intenciones al líder del PP en el debate del estado de la Nación, ha ayudado a la AVT a movilizar a un amplio sector de la ciudadanía que no está de acuerdo con la estrategia del presidente y que va a salir hoy masivamente a la calle pese a que la vicepresidenta De la Vega descalificó ayer la concentración.
Cuanto mayor sea esta expresión popular de rechazo, más posibilidades habrá de que Zapatero recapitule y dé marcha atrás en esa entrevista. Ayer el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco admitió a trámite una querella del Foro de Ermua contra Ibarretxe por haber recibido a la dirección de Batasuna en el pasado mes de abril. Esta decisión que considera al lehendakari posible cooperador necesario de un delito de desobediencia, junto a la reciente prohibición de un acto de Batasuna en Pamplona por el juez Marlaska, avala la tesis de que el PSE vulneraría la legalidad vigente al reunirse con el partido de Otegi. En cualquier caso, el Foro de Ermua ya ha avisado que volverá a presentar otra querella contra Zapatero y Patxi López si se produce ese encuentro con la ilegal Batasuna.
El segundo de los motivos por los que la AVT ha convocado el acto de hoy es la petición a los poderes públicos de una investigación seria y rigurosa sobre el 11-M. «Queremos saber la verdad», dicen las víctimas. Ni el Parlamento cumplió con su obligación cuando cerró prematuramente la comisión de investigación, ni el Gobierno parece tener el más mínimo interés en saber la verdad ni la instrucción judicial ha estado a la altura de lo que algo tan tremendo requería. La concentración es una apelación a las tres instancias que integran el Estado de Derecho para que asuman sus responsabilidades.
Ahí está la reciente salida por la tangente del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que contestó a las 215 preguntas formuladas por una diputada del PP con una mezcla de evasivas y falsedades. O la forma como está instruyendo este caso el juez Del Olmo, verdadero ejemplo de lo que no se debe hacer en una investigación judicial.
La frustración generada por esta inoperancia manifiesta de los poderes del Estado justificaría por sí misma la concentración de la AVT. Alberto Ruiz-Gallardón, el alcalde de Madrid, dijo el pasado miércoles que hay que olvidarse de lo sucedido en aquel nefasto día porque ello es parte de «los equipajes sentimentales de cada uno o de las cátedras de investigación». No es así. Saber la verdad sobre el 11-M como exigir al Gobierno que respete la legalidad son imperativos morales irrenunciables para cualquier persona con sensibilidad democrática.
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