UNA MANIPULACION QUE SE VOLVERA CONTRA ZAPATERO
28-11-06
Editorial
UNA MANIPULACION QUE SE VOLVERA CONTRA ZAPATERO
Editorial
UNA MANIPULACION QUE SE VOLVERA CONTRA ZAPATERO
José Blanco presentó ayer una de sus producciones con el título La otra tregua, pero más acertado hubiera sido llamarla Misión Imposible IV, pues nada definiría mejor su intento de hacer creer que Aznar fue más blando con los terroristas que Zapatero.
Nada hay de nuevo en que el PSOE justifique su proceso de paz denunciando que el Gobierno del PP fue supuestamente más lejos durante la tregua de 1998 sin que ellos, desde la oposición, protestaran. Pero ayer, no por casualidad un día después de la manifestación de la AVT, los socialistas decidieron presentar un vídeo para corroborar «con respeto a la verdad histórica» su tesis.
(.../...)
Hay varias razones para objetar que el PSOE haya decidido editar un vídeo propagandístico precisamente sobre esta cuestión, e incluso el presidente del Congreso, sin haberlo visto, se permitió ayer apuntar tal inconveniencia. Sin embargo, más allá de su oportunidad, por lo que destaca la cinta del PSOE es por presentar bajo la apariencia de información un mensaje que manipula lo que ocurrió antes, durante y después de la tregua de 1998.
Para empezar, el vídeo se basa en un paralelismo entre los dos procesos que no se sostiene: el PP se encontró entonces con una tregua que, como sólo después de que se rompiera se acreditó, era el fruto de un pacto secreto entre el PNV y ETA; no era, desde luego, el fruto de conversaciones y acuerdos desconocidos entre el Gobierno y el entorno etarra, como lo es el actual proceso. Por cierto, que el vídeo hace referencia al Pacto de Estella omitiendo que entonces se desconocía lo que había detrás de aquél.
Asimismo, el vídeo omite el hecho de que Aznar comenzó las conversaciones contando con el consenso tanto del principal partido de la oposición como de las víctimas, en vez de empezar solo y esperar conseguir ese apoyo a pesar de puñaladas como la asestada a Rajoy con la entrevista de Patxi López con Otegi. El orden de los factores en este caso sí altera, y mucho, el producto.
Respecto a lo que ocurrió durante la tregua, el vídeo hace constantes referencias a la «generosidad» del Gobierno del PP con ETA, sin explicitar nunca, como sí hizo Aznar en cada una de sus intervenciones, que de ninguna manera ésta podía comprender cesión política alguna. Respecto a las medidas penitenciarias, se oculta que la dispersión nunca dejó de mantenerse, se realiza un artificial recuento de las excarcelaciones y se omiten hechos tan relevantes como que durante la tregua se detuviera a 45 miembros de la banda, incluida su interlocutora Carmen. También se echa en cara al PP que ahora critique las reuniones del PSOE con Batasuna cuando durante la tregua del 98 ellos mantuvieron otras similares, obviando el hecho más que relevante de que entonces aquél era un partido legal y parlamentario.
Por último, el vídeo establece un paralelismo entre las dos treguas ignorando flagrantemente lo ocurrido entre ambas, la firma de un Pacto contra el Terrorismo que explicitaba unas reglas para tratar con el entorno etarra y que el PSOE tuvo que romper para iniciar en secreto su proceso.
Si estos son los argumentos que le quedan al Gobierno para defender su política antiterrorista ante las víctimas, no cabe duda de que el PSOE ha fabricado un bumerán muy eficaz que chocará en plena cara a Zapatero.
Nada hay de nuevo en que el PSOE justifique su proceso de paz denunciando que el Gobierno del PP fue supuestamente más lejos durante la tregua de 1998 sin que ellos, desde la oposición, protestaran. Pero ayer, no por casualidad un día después de la manifestación de la AVT, los socialistas decidieron presentar un vídeo para corroborar «con respeto a la verdad histórica» su tesis.
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Hay varias razones para objetar que el PSOE haya decidido editar un vídeo propagandístico precisamente sobre esta cuestión, e incluso el presidente del Congreso, sin haberlo visto, se permitió ayer apuntar tal inconveniencia. Sin embargo, más allá de su oportunidad, por lo que destaca la cinta del PSOE es por presentar bajo la apariencia de información un mensaje que manipula lo que ocurrió antes, durante y después de la tregua de 1998.
Para empezar, el vídeo se basa en un paralelismo entre los dos procesos que no se sostiene: el PP se encontró entonces con una tregua que, como sólo después de que se rompiera se acreditó, era el fruto de un pacto secreto entre el PNV y ETA; no era, desde luego, el fruto de conversaciones y acuerdos desconocidos entre el Gobierno y el entorno etarra, como lo es el actual proceso. Por cierto, que el vídeo hace referencia al Pacto de Estella omitiendo que entonces se desconocía lo que había detrás de aquél.
Asimismo, el vídeo omite el hecho de que Aznar comenzó las conversaciones contando con el consenso tanto del principal partido de la oposición como de las víctimas, en vez de empezar solo y esperar conseguir ese apoyo a pesar de puñaladas como la asestada a Rajoy con la entrevista de Patxi López con Otegi. El orden de los factores en este caso sí altera, y mucho, el producto.
Respecto a lo que ocurrió durante la tregua, el vídeo hace constantes referencias a la «generosidad» del Gobierno del PP con ETA, sin explicitar nunca, como sí hizo Aznar en cada una de sus intervenciones, que de ninguna manera ésta podía comprender cesión política alguna. Respecto a las medidas penitenciarias, se oculta que la dispersión nunca dejó de mantenerse, se realiza un artificial recuento de las excarcelaciones y se omiten hechos tan relevantes como que durante la tregua se detuviera a 45 miembros de la banda, incluida su interlocutora Carmen. También se echa en cara al PP que ahora critique las reuniones del PSOE con Batasuna cuando durante la tregua del 98 ellos mantuvieron otras similares, obviando el hecho más que relevante de que entonces aquél era un partido legal y parlamentario.
Por último, el vídeo establece un paralelismo entre las dos treguas ignorando flagrantemente lo ocurrido entre ambas, la firma de un Pacto contra el Terrorismo que explicitaba unas reglas para tratar con el entorno etarra y que el PSOE tuvo que romper para iniciar en secreto su proceso.
Si estos son los argumentos que le quedan al Gobierno para defender su política antiterrorista ante las víctimas, no cabe duda de que el PSOE ha fabricado un bumerán muy eficaz que chocará en plena cara a Zapatero.
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