EL GOBIERNO TIENE QUE ACLARAR LA CONTRADICCION DE LA NITROGLICERINA
13-07-06
Editorial
EL GOBIERNO TIENE QUE ACLARAR LA CONTRADICCION DE LA NITROGLICERINA
Editorial
EL GOBIERNO TIENE QUE ACLARAR LA CONTRADICCION DE LA NITROGLICERINA
Han transcurrido 48 horas desde que EL MUNDO desveló la incompatibilidad de lo declarado por el jefe de los Tedax, Jesús Sánchez Manzano, ante la Comisión del 11-M y la tesis sumarial según la cual lo que estalló en los trenes era Goma 2 ECO, y el Gobierno sigue sin ofrecer una explicación al respecto. El clamoroso silencio del Ejecutivo resulta absolutamente inaceptable no ya en la democracia ideal que invoca Zapatero, sino en un sistema que respete las mínimas reglas del juego de la democracia representativa y la transparencia ante la opinión pública. Porque no estamos hablando de una incógnita secundaria o de un asunto baladí, sino de la base misma sobre la que se ha construido toda la causa penal del 11-M: el tipo de explosivos que estallaron en los trenes.
(.../...)
Lo que reclamamos al Gobierno no es que dé respuesta a una conjetura periodística ni que proporcione un diagnóstico detallado sobre un asunto de gran complejidad. Simplemente le pedimos que responda si Manzano dijo o no la verdad ante la Comisión. Que aclare si el informe que los Tedax realizaron tras analizar los restos del explosivo hallado en los focos de los trenes mencionaba o no la palabra nitroglicerina, tal y como aseguró Manzano en sede parlamentaria por partida doble y en el contexto de un minucioso relato de lo ocurrido el 11-M. No está de más recordar las palabras del responsable de los Tedax, que fueron pronunciadas en tono firme y sin dejar entrever la más mínima duda acerca de su veracidad: «Cuando se hace el análisis de los restos del foco, logramos encontrar restos de nitroglicerina»; «lo único que se pudo encontrar es nitroglicerina».
La Fiscalía y el Gobierno pueden poner en marcha infinitas maniobras de distracción, pero así sólo lograrán incrementar la percepción cada vez más generalizada de que Manzano dijo la verdad y que el explosivo de los trenes no era el mismo que el hallado en los distintos escenarios vinculados a El Chino y su banda. Si la nota emitida por la Fiscalía de la Audiencia Nacional puso formalmente de relieve la contradicción entre la versión del jefe de los Tedax y el contenido del sumario -confirmando lo publicado por este periódico el martes-, el propio fiscal general salió ayer por la tangente con una explicación de perogrullo: «Lo que aparece en el sumario es lo que aparece en el sumario, y lo que aparece en el sumario es lo que aparece en la nota de la Fiscalía y no daré más detalles».
Comprendemos que cualquiera de las dos únicas respuestas posibles resulta sumamente embarazosa para el Gobierno. El reconocimiento de que Manzano no dijo la verdad ante la Comisión dejaría en evidencia la flagrante incompetencia de quienes han llevado la investigación, con lo que ello supone en términos de pérdida de credibilidad del sumario. Peor aún, si se confirma que el análisis de los restos de explosivo de los trenes sí arrojó como resultado la presencia de nitroglicerina, el sumario entero se vendría abajo y habría que empezar prácticamente de cero la búsqueda de los autores materiales.
En los más de dos años que lleva investigando el 11-M, EL MUNDO no ha hecho imputación alguna contra el PSOE o el actual Gobierno. Nos hemos limitado a aportar todos los hechos contrastados que hemos ido averiguando con absoluto juego limpio. Tenemos, por tanto, el derecho a reclamar al Gobierno el mismo comportamiento. La Diputación Permanente debe aprobar la próxima semana, tal y como ha pedido el PP, la comparecencia de Rubalcaba ante el Congreso, pero la opinión pública no puede esperar hasta entonces. El Ejecutivo tiene la obligación de aclarar de inmediato una de las incógnitas de mayor trascendencia del 11-M.
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Lo que reclamamos al Gobierno no es que dé respuesta a una conjetura periodística ni que proporcione un diagnóstico detallado sobre un asunto de gran complejidad. Simplemente le pedimos que responda si Manzano dijo o no la verdad ante la Comisión. Que aclare si el informe que los Tedax realizaron tras analizar los restos del explosivo hallado en los focos de los trenes mencionaba o no la palabra nitroglicerina, tal y como aseguró Manzano en sede parlamentaria por partida doble y en el contexto de un minucioso relato de lo ocurrido el 11-M. No está de más recordar las palabras del responsable de los Tedax, que fueron pronunciadas en tono firme y sin dejar entrever la más mínima duda acerca de su veracidad: «Cuando se hace el análisis de los restos del foco, logramos encontrar restos de nitroglicerina»; «lo único que se pudo encontrar es nitroglicerina».
La Fiscalía y el Gobierno pueden poner en marcha infinitas maniobras de distracción, pero así sólo lograrán incrementar la percepción cada vez más generalizada de que Manzano dijo la verdad y que el explosivo de los trenes no era el mismo que el hallado en los distintos escenarios vinculados a El Chino y su banda. Si la nota emitida por la Fiscalía de la Audiencia Nacional puso formalmente de relieve la contradicción entre la versión del jefe de los Tedax y el contenido del sumario -confirmando lo publicado por este periódico el martes-, el propio fiscal general salió ayer por la tangente con una explicación de perogrullo: «Lo que aparece en el sumario es lo que aparece en el sumario, y lo que aparece en el sumario es lo que aparece en la nota de la Fiscalía y no daré más detalles».
Comprendemos que cualquiera de las dos únicas respuestas posibles resulta sumamente embarazosa para el Gobierno. El reconocimiento de que Manzano no dijo la verdad ante la Comisión dejaría en evidencia la flagrante incompetencia de quienes han llevado la investigación, con lo que ello supone en términos de pérdida de credibilidad del sumario. Peor aún, si se confirma que el análisis de los restos de explosivo de los trenes sí arrojó como resultado la presencia de nitroglicerina, el sumario entero se vendría abajo y habría que empezar prácticamente de cero la búsqueda de los autores materiales.
En los más de dos años que lleva investigando el 11-M, EL MUNDO no ha hecho imputación alguna contra el PSOE o el actual Gobierno. Nos hemos limitado a aportar todos los hechos contrastados que hemos ido averiguando con absoluto juego limpio. Tenemos, por tanto, el derecho a reclamar al Gobierno el mismo comportamiento. La Diputación Permanente debe aprobar la próxima semana, tal y como ha pedido el PP, la comparecencia de Rubalcaba ante el Congreso, pero la opinión pública no puede esperar hasta entonces. El Ejecutivo tiene la obligación de aclarar de inmediato una de las incógnitas de mayor trascendencia del 11-M.
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