¿POR QUÉ NO INCLUYE EL SUMARIO EL DATO CLAVE DE LA NITROGLICERINA?
12-07-06
Editorial
¿POR QUÉ NO INCLUYE EL SUMARIO EL DATO CLAVE DE LA NITROGLICERINA?
Editorial
¿POR QUÉ NO INCLUYE EL SUMARIO EL DATO CLAVE DE LA NITROGLICERINA?
La Fiscalía de la Audiencia Nacional -es decir, Olga Sánchez; es decir, Javier Zaragoza; es decir, Cándido Conde-Pumpido; es decir, el Gobierno- emitió ayer una nota supuestamente dirigida a desmentir la rigurosa información publicada por este periódico sobre las contradicciones en torno al tipo de explosivo que estalló en los trenes. Pues bien, esa nota no sólo no refuta ninguno de los datos de EL MUNDO, sino que corrobora el más esencial. Dice la Fiscalía que «no existe ningún dato, indicio o prueba, directa o indirecta, en la causa penal que avale la afirmación de que había nitroglicerina entre los restos de las explosiones que se produjeron en los trenes». Lo mismo nos llamó la atención a nosotros después de leer la transcripción de la declaración que en este sentido hizo ante la Comisión del 11-M el máximo responsable de los Tedax y el hombre que personalmente se encargó de trasladar los restos de los explosivos desde los focos de Atocha hasta Canillas, donde fueron analizados.
La pregunta que planteábamos ayer adquiere, por tanto, renovada urgencia: ¿Por qué el sumario no incluye ningún informe policial sobre la presencia de nitroglicerina en los trenes, tal y como fue proclamada ante los diputados? Sólo caben tres hipótesis y dos de ellas son muy fáciles de descartar. Es altamente improbable, por no decir imposible, que Jesús Sánchez Manzano mintiera deliberadamente a la Comisión parlamentaria con un dato que contradice la versión oficial de la masacre. Tampoco es verosímil que haya confundido la nitroglicerina con el nitrogicol, que sí está presente en la Goma 2 ECO hallada en Leganés, Mocejón, la mochila de Vallecas y la Kangoo. Sánchez Manzano no mencionó la nitroglicerina una sino dos veces, y en el contexto de una detallada narración de los hechos ocurridos la mañana del 11-M. A Jaime Ignacio del Burgo le dijo que «cuando se hace el análisis de los restos del foco, logramos encontrar restos de nitroglicerina». Más de una hora después y en respuesta a una pregunta de José Antonio Labordeta, insistió: «Lo único que se pudo encontrar es nitroglicerina». Pero además, su relato coincide con la declaración también ante la Comisión del ex ministro del Interior, Angel Acebes, que también menciona la presencia de «nitroglicerina» en los trenes, presumiblemente porque así se lo habían notificado los propios Tedax.
Cabe explorar, por tanto, la última posibilidad: que Sánchez Manzano dijera la verdad y que, sin embargo, el primer informe que recogía la presencia de nitroglicerina en la dinamita de los trenes no se le facilitara al juez Del Olmo. La pregunta es por qué. ¿Ha querido alguien engañar una vez más al instructor de la causa? ¿Hacerle creer que el explosivo hallado en los trenes era el mismo que el encontrado en los distintos escenarios vinculados con El Chino y su banda, y en la misteriosa mochila de Vallecas? En lugar de emitir una nota engañosa para confundir a la opinión pública, la Fiscalía y el propio Gobierno deberían dar prioridad absoluta a esclarecer este turbio asunto, que amenaza con derrumbar ese «castillo de naipes» que, según acertada expresión del portavoz del PP, Eduardo Zaplana, parece ser el sumario del 11-M.
La pregunta que planteábamos ayer adquiere, por tanto, renovada urgencia: ¿Por qué el sumario no incluye ningún informe policial sobre la presencia de nitroglicerina en los trenes, tal y como fue proclamada ante los diputados? Sólo caben tres hipótesis y dos de ellas son muy fáciles de descartar. Es altamente improbable, por no decir imposible, que Jesús Sánchez Manzano mintiera deliberadamente a la Comisión parlamentaria con un dato que contradice la versión oficial de la masacre. Tampoco es verosímil que haya confundido la nitroglicerina con el nitrogicol, que sí está presente en la Goma 2 ECO hallada en Leganés, Mocejón, la mochila de Vallecas y la Kangoo. Sánchez Manzano no mencionó la nitroglicerina una sino dos veces, y en el contexto de una detallada narración de los hechos ocurridos la mañana del 11-M. A Jaime Ignacio del Burgo le dijo que «cuando se hace el análisis de los restos del foco, logramos encontrar restos de nitroglicerina». Más de una hora después y en respuesta a una pregunta de José Antonio Labordeta, insistió: «Lo único que se pudo encontrar es nitroglicerina». Pero además, su relato coincide con la declaración también ante la Comisión del ex ministro del Interior, Angel Acebes, que también menciona la presencia de «nitroglicerina» en los trenes, presumiblemente porque así se lo habían notificado los propios Tedax.
Cabe explorar, por tanto, la última posibilidad: que Sánchez Manzano dijera la verdad y que, sin embargo, el primer informe que recogía la presencia de nitroglicerina en la dinamita de los trenes no se le facilitara al juez Del Olmo. La pregunta es por qué. ¿Ha querido alguien engañar una vez más al instructor de la causa? ¿Hacerle creer que el explosivo hallado en los trenes era el mismo que el encontrado en los distintos escenarios vinculados con El Chino y su banda, y en la misteriosa mochila de Vallecas? En lugar de emitir una nota engañosa para confundir a la opinión pública, la Fiscalía y el propio Gobierno deberían dar prioridad absoluta a esclarecer este turbio asunto, que amenaza con derrumbar ese «castillo de naipes» que, según acertada expresión del portavoz del PP, Eduardo Zaplana, parece ser el sumario del 11-M.
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