El Papa moviliza a un millón de españoles en defensa de la familia
10-07-06
BENEDICTO XVI EN ESPAÑA / Un encuentro histórico
El Papa moviliza a un millón de españoles en defensa de la familia
Benedicto XVI desea al Rey, al despedirse de Valencia, que «la noble nación» española «prosiga por los caminos de la prosperidad y la paz en consonancia con sus nobles tradiciones y raíces cristianas»
IRENE HDEZ. VELASCO. Enviada especial
VALENCIA.- «La familia fundada sobre el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer [...] es el ámbito donde el hombre puede nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de un modo integral».
Durante la multitudinaria misa que ayer celebró en Valencia, Benedicto XVI insistió una vez más en su defensa de la familia tradicional. Ante cientos de miles de peregrinos -un millón y medio de almas, según los cálculos del Ayuntamiento valenciano; 1,2 millones, según los cómputos del Vaticano-, el Papa pronunció una homilía en la que ilustró a los asistentes sobre el significado doctrinal del matrimonio y en la que arremetió duramente contra el individualismo del que peca el mundo de hoy.
(.../...)
Después de 26 horas de frenética visita a España, el Papa regresó ayer a Roma en un avión de Iberia que partió del aeropuerto valenciano de Manises poco después de las 13.00 horas y que, durante su recorrido por el espacio aéreo español, estuvo escoltado por dos cazas.
El Pontífice envió desde el vuelo un telegrama al Rey en el que le decía: «Confío en que con ayuda del Todopoderoso esa noble nación prosiga por los caminos de la prosperidad y la paz en consonancia con sus más nobles tradiciones y raíces cristianas que han caracterizado a sus hijos durante siglos».
Pero antes, durante la misa con la que culminó su viaje a Valencia, el Papa criticó sin paliativos el individualismo.
«En la cultura actual se exalta muy a menudo la libertad del individuo concebido como sujeto autónomo, como si se hiciera él sólo y se bastara a sí mismo, al margen de su relación con los demás y ajeno a su responsabilidad ante ellos», aseguraba el Pontífice, que fue interrumpido en numerosas ocasiones por los aplausos de la multitud.
«Se intenta organizar la vida social sólo a partir de deseos subjetivos y mudables, sin referencia alguna a una verdad objetiva previa, como son la dignidad de cada ser humano y sus deberes y derechos inalienables a cuyo servicio debe ponerse todo el grupo social».
El Pontífice, al igual que ya hiciera en todas su alocuciones del día anterior, evitó escrupulosamente en su sermón condenar los matrimonios homosexuales, prefiriendo en todo momento concentrar sus energías en salvaguardar de la familia tradicional.
Hombre y mujer
«La Iglesia nos enseña a respetar y promover la maravillosa realidad del matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, que es, además, el origen de la familia. Por eso, reconocer y ayudar a esta institución es uno de los mayores servicios que se pueden prestar hoy día al bien común y al verdadero desarrollo de los hombres y de las sociedades, así como la mejor garantía para asegurar la dignidad, la igualdad y la verdadera libertad de la persona humana», aseguró.
Sin embargo, Benedicto XVI considera que la defensa de la familia no sólo compete a los poderes públicos.
El Papa también hizo ayer un llamamiento a los cristianos a defender públicamente el concepto de familia que promueve la Iglesia, en lo que algunos interpretan como una tímida y veladísima muestra de apoyo a las movilizaciones (bendecidas por muchos obispos) que recientemente se han producido en España en contra de la de la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Pero, incluso en esa ocasión, el tono que empleó el Papa fue siempre amable y conciliador: «Quiero destacar la importancia y el papel positivo que, a favor del matrimonio y de la familia, realizan las distintas asociaciones familiares eclesiales», subrayó el Pontífice.
«Por eso, deseo invitar a todos los cristianos a colaborar, cordial y valientemente, con todos los hombres de buena voluntad que viven su responsabilidad al servicio de la familia, para que, uniendo sus fuerzas y con una legítima pluralidad de iniciativas, contribuyan a la promoción del verdadero bien de la familia en la sociedad actual».
Las palabras del Papa fueron escuchadas atentamente por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y por el titular de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, quienes asistieron a la misa en representación del Gobierno tras la decisión (rodeada de una enorme polémica) del presidente José Luis Rodríguez Zapatero de no acudir a ese oficio religioso.
Reyes
Además, también estuvieron presentes en la ceremonia los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía; el presidente valenciano, Francisco Camps, y la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá. El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, presenció, asimismo, la misa y, tras ésta, fue recibido por el Papa junto a su esposa y sus dos hijos.
En la homilía, el Papa hizo también un fuerte llamamiento a los padres a «dar un testimonio creíble de su fe y esperanza cristiana», pidiéndoles que trasmitan a sus hijos el mensaje de Cristo con la mayor claridad y autenticidad posibles.
¿Cómo? «La familia cristiana trasmite la fe cuando los padres enseñan a sus hijos a rezar y rezan con ellos, cuando los acercan a los sacramentos y los van introduciendo en la vida de la Iglesia, cuando todos se reúnen a leer la Biblia, iluminando la vida familiar a la luz de la fe y alabando a Dios como Padre».
BENEDICTO XVI EN ESPAÑA / Un encuentro histórico
El Papa moviliza a un millón de españoles en defensa de la familia
Benedicto XVI desea al Rey, al despedirse de Valencia, que «la noble nación» española «prosiga por los caminos de la prosperidad y la paz en consonancia con sus nobles tradiciones y raíces cristianas»
IRENE HDEZ. VELASCO. Enviada especial
VALENCIA.- «La familia fundada sobre el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer [...] es el ámbito donde el hombre puede nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de un modo integral».
Durante la multitudinaria misa que ayer celebró en Valencia, Benedicto XVI insistió una vez más en su defensa de la familia tradicional. Ante cientos de miles de peregrinos -un millón y medio de almas, según los cálculos del Ayuntamiento valenciano; 1,2 millones, según los cómputos del Vaticano-, el Papa pronunció una homilía en la que ilustró a los asistentes sobre el significado doctrinal del matrimonio y en la que arremetió duramente contra el individualismo del que peca el mundo de hoy.
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Después de 26 horas de frenética visita a España, el Papa regresó ayer a Roma en un avión de Iberia que partió del aeropuerto valenciano de Manises poco después de las 13.00 horas y que, durante su recorrido por el espacio aéreo español, estuvo escoltado por dos cazas.
El Pontífice envió desde el vuelo un telegrama al Rey en el que le decía: «Confío en que con ayuda del Todopoderoso esa noble nación prosiga por los caminos de la prosperidad y la paz en consonancia con sus más nobles tradiciones y raíces cristianas que han caracterizado a sus hijos durante siglos».
Pero antes, durante la misa con la que culminó su viaje a Valencia, el Papa criticó sin paliativos el individualismo.
«En la cultura actual se exalta muy a menudo la libertad del individuo concebido como sujeto autónomo, como si se hiciera él sólo y se bastara a sí mismo, al margen de su relación con los demás y ajeno a su responsabilidad ante ellos», aseguraba el Pontífice, que fue interrumpido en numerosas ocasiones por los aplausos de la multitud.
«Se intenta organizar la vida social sólo a partir de deseos subjetivos y mudables, sin referencia alguna a una verdad objetiva previa, como son la dignidad de cada ser humano y sus deberes y derechos inalienables a cuyo servicio debe ponerse todo el grupo social».
El Pontífice, al igual que ya hiciera en todas su alocuciones del día anterior, evitó escrupulosamente en su sermón condenar los matrimonios homosexuales, prefiriendo en todo momento concentrar sus energías en salvaguardar de la familia tradicional.
Hombre y mujer
«La Iglesia nos enseña a respetar y promover la maravillosa realidad del matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, que es, además, el origen de la familia. Por eso, reconocer y ayudar a esta institución es uno de los mayores servicios que se pueden prestar hoy día al bien común y al verdadero desarrollo de los hombres y de las sociedades, así como la mejor garantía para asegurar la dignidad, la igualdad y la verdadera libertad de la persona humana», aseguró.
Sin embargo, Benedicto XVI considera que la defensa de la familia no sólo compete a los poderes públicos.
El Papa también hizo ayer un llamamiento a los cristianos a defender públicamente el concepto de familia que promueve la Iglesia, en lo que algunos interpretan como una tímida y veladísima muestra de apoyo a las movilizaciones (bendecidas por muchos obispos) que recientemente se han producido en España en contra de la de la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Pero, incluso en esa ocasión, el tono que empleó el Papa fue siempre amable y conciliador: «Quiero destacar la importancia y el papel positivo que, a favor del matrimonio y de la familia, realizan las distintas asociaciones familiares eclesiales», subrayó el Pontífice.
«Por eso, deseo invitar a todos los cristianos a colaborar, cordial y valientemente, con todos los hombres de buena voluntad que viven su responsabilidad al servicio de la familia, para que, uniendo sus fuerzas y con una legítima pluralidad de iniciativas, contribuyan a la promoción del verdadero bien de la familia en la sociedad actual».
Las palabras del Papa fueron escuchadas atentamente por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y por el titular de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, quienes asistieron a la misa en representación del Gobierno tras la decisión (rodeada de una enorme polémica) del presidente José Luis Rodríguez Zapatero de no acudir a ese oficio religioso.
Reyes
Además, también estuvieron presentes en la ceremonia los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía; el presidente valenciano, Francisco Camps, y la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá. El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, presenció, asimismo, la misa y, tras ésta, fue recibido por el Papa junto a su esposa y sus dos hijos.
En la homilía, el Papa hizo también un fuerte llamamiento a los padres a «dar un testimonio creíble de su fe y esperanza cristiana», pidiéndoles que trasmitan a sus hijos el mensaje de Cristo con la mayor claridad y autenticidad posibles.
¿Cómo? «La familia cristiana trasmite la fe cuando los padres enseñan a sus hijos a rezar y rezan con ellos, cuando los acercan a los sacramentos y los van introduciendo en la vida de la Iglesia, cuando todos se reúnen a leer la Biblia, iluminando la vida familiar a la luz de la fe y alabando a Dios como Padre».
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