El jefe de la lucha antiterrorista de la Policía tardó casi tres días en alertar a la Audiencia del chivatazo a ETA

10-07-06



ALTO EL FUEGO / El comisario Telesforo Rubio supo del soplo al responsable del aparato de extorsión el viernes 5 de mayo y lo notificó a Grande-Marlaska el lunes 8 / El juez decidió dejarle al margen de las investigaciones

El jefe de la lucha antiterrorista de la Policía tardó casi tres días en alertar a la Audiencia del chivatazo a ETA

FERNANDO LAZARO

MADRID.- Casi tres días tardó el comisario general de Información, Telesforo Rubio, en informar al juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska de que se había producido un chivatazo a la organización terrorista ETA.

Según explicaron a este periódico fuentes de la Audiencia Nacional y del Ministerio del Interior, el máximo responsable de la lucha antiterrorista de la Policía, conoció que se había producido una filtración a los investigados por formar parte del entramado de extorsión de ETA durante la mañana del pasado 5 de mayo. Los encargados de las pesquisas le trasladaron inmediatamente las sospechas de que se había producido el soplo en cuanto tuvieron claro que los temores tenían fundamento. Según las fuentes antes citadas, hasta la mañana del lunes siguiente, día 8 de mayo, Telesforo Rubio no informó de estas circunstancias al magistrado que en esas fechas estaba dirigiendo las pesquisas sobre todo el entramado financiero etarra que, presuntamente, estaba dirigido por Joseba Elosua y del que formaba parte, según el auto del juez, el dirigente del Partido Nacionalista Vasco (PNV) Gorka Agirre.
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Este chivatazo dio origen a que el magistrado abriera una pieza separada y secreta sobre este asunto, al margen del propio sumario sobre el aparato de extorsión etarra.

Pero este desfase de horas entre el conocimiento de Telesforo Rubio de que se había producido el soplo y el aviso que él personalmente da de ello al juez, provocó un último y definitivo incidente, otro desencuentro entre policía e instructor.

Ya habían mantenido algunas diferencias de criterio sobre la manera de afrontar las pesquisas sobre la trama de extorsión etarra.

Pero el juez, tras conocer que el comisario había tardado casi tres días en alertarle del chivatazo, decidió apartarle de todas las investigaciones sobre la trama financiera etarra. Y dio orden que a partir de ese momento su contacto con los investigadores fuera un inspector jefe de la Comisaría General de Información al que le dio instrucciones muy precisas de que no informara a sus superiores de Información de la evolución de las investigaciones sobre el entramado criminal.

El chivatazo, según las informaciones policiales, se produjo el 4 de mayo y los investigadores tuvieron noticas tempranas de este hecho al día siguiente, cuando tradujeron y transcribieron la conversación interceptada entre Joseba Elosua y su cuñado.Allí, el presunto etarra relata a su cuñado cómo «la txakurrada» (término despectivo utilizado por la izquierda abertzale para referirse a los agentes de la Policía Nacional) le había advertido de que estaba siendo controlado. Elosua detalla en esta conversación, que se produce en el interior de un vehículo, datos que los chivatos le proporcionaron en la conversación y que demostraban que conocían perfectamente las investigaciones policiales. Así, le dieron detalles hasta de las intervenciones telefónicas y seguimientos a que estaba siendo sometido.

Tras recibir toda la información, el magistrado Fernando Grande-Marlaska optó por abrir una pieza separada y secreta para investigar el chivatazo que se sospecha que pudieron dar dos agentes de la policía.

Ahora esa pieza está en manos del juez Baltasar Garzón. Este magistrado está estudiando ya la posibilidad de recuperar al comisario general de Información, Telesforo Rubio, para que siga investigando en esta causa. Según informaron fuentes de la Audiencia Nacional, los informes elaborados por los investigadores sobre el chivatazo no apuntan hacia ningún responsable. El inspector jefe de Información, subordinado de Rubio, encargado de las pesquisas por Grande-Marlaska ha elaborado varios informes en los que no consta ninguna actuación irregular por parte del comisario general, motivo por el que Garzón ya estudia volver a contar con él en estas pesquisas.

Recientemente, el comisario general coincidió con Baltasar Garzón en unas jornadas sobre terrorismo en Estados Unidos, durante la estancia del magistrado en aquel país.

Una investigación compleja

Las investigaciones sobre los autores del chivatazo avanzan muy despacio. Ya Grande-Marlaska interrogó a numerosos funcionarios de la Comisaría General de Información sobre estos hechos sin obtener ningún dato preciso. El juez no llegó a citar a Telesforo Rubio.

Las líneas de investigación están muy abiertas. La hipótesis principal sigue centrada en que los chivatos sean dos agentes de la Policía Nacional. Es este cuerpo el que, bajo la supervisión de la Audiencia Nacional, está llevando a cabo las pesquisas sobre este entramado etarra. Pero no es la única posibilidad.Según explicaron fuentes de la investigación, no se descarta que las informaciones hayan procedido de agentes de la Policía Autonómica Vasca. Estas fuentes recuerdan que ya el juez Grande-Marlaska, en su auto de prisión contra Gorka Agirre, apuntaba que este dirigente del PNV le facilitó a Elosua las matrículas de los vehículos policiales que le vigilaban. Los investigadores no descartan que Agirre haya obtenido estos datos de agentes de la Ertzaintza.

En cualquier caso, hay un dato que no les cuadra a los investigadores: ¿por qué dan el chivatazo a Elosua si finalmente la operación se llevó a cabo y todos los sospechosos fueron detenidos? Desde Interior no se descarta que haya sido una maniobra «oscura» cuya finalidad última fuera entorpecer el proceso iniciado por el Gobierno y ETA para acabar con la violencia. Sí tienen claro todos los investigadores, que si el objetivo perseguido del chivatazo era evitar la actuación policial, no se ha logrado.