Rajoy insiste en exigir que Zapatero desmienta sus pactos con ETA antes de pedir su dimisión
14-07-06
ALTO EL FUEGO / Tensión política
Rajoy insiste en exigir que Zapatero desmienta sus pactos con ETA antes de pedir su dimisión
«Ahora son ya muchísimos los millones de españoles que creen que sí tiene un compromiso» - Se queja de que Otegi o la banda hablen y que el presidente no deje que lo hagan los diputados
CARMEN REMIREZ DE GANUZA
ALTO EL FUEGO / Tensión política
Rajoy insiste en exigir que Zapatero desmienta sus pactos con ETA antes de pedir su dimisión
«Ahora son ya muchísimos los millones de españoles que creen que sí tiene un compromiso» - Se queja de que Otegi o la banda hablen y que el presidente no deje que lo hagan los diputados
CARMEN REMIREZ DE GANUZA
MADRID.- Rodríguez Zapatero dijo no el miércoles, a través del Grupo Parlamentario Socialista, a la pretensión de Rajoy de que comparezca y desmienta a ETA en sede parlamentaria sobre la existencia de pactos del Gobierno con la banda terrorista, pero el presidente del PP, a pesar de lo que anunció la víspera, ni se conformó con la respuesta ni se apresuró a pedir por ello su dimisión.
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El líder popular optó ayer por insistir en su exigencia política, según una estrategia que está determinado a llevar a cabo en todas las diputaciones permanentes que le quepa a su Grupo convocar. Así, de la boca de Rajoy no volvió ayer a salir la palabra «dimisión» para pedírsela al presidente del Gobierno, sino «obligación».
«ETA habla todos los días, le dice al Gobierno lo que tiene que hacer. Batasuna habla todos los días», dijo ayer en un acto organizado por su partido en Soria, «pero yo no quiero que hable Otegi, que es el que está todos los días en el telediario diciendo lo mismo de hace 30 años. El que tiene que hablar es el presidente del Gobierno».
«Lo importante», añadió Rajoy, «lo que tranquilizaría a la gente, lo obligado, lo democrático, lo justo y lo sensato es que el presidente del Gobierno le diga a la gente lo que todos queremos oír. Ésa es la obligación de un presidente del Gobierno, que diga que va a defender el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo; que diga que no tiene ningún compromiso, porque ahora ya son muchísimos los millones de españoles que creen que sí tiene un compromiso con la organización terrorista ETA. Y éste es un tema muy serio».
Si el anuncio de la reunión del PSE-EE con Batasuna provocó la decisión de Rajoy de romper el apoyo prometido al Gobierno tras el alto el fuego, la información de Gara del pasado lunes sobre los compromisos entre la banda y el Ejecutivo ha llevado a los populares a iniciar una auténtica contraofensiva.
Ya no es que no apoyen a Zapatero ni que se descuelguen con alharacas del llamado proceso de paz. De lo que se trata, ahora, es de ponerle entre las cuerdas y exigirle, una y otra vez, con machacona insistencia, que responda de dicho proceso ante la ciudadanía. Así, el martes en Logroño, ayer en Soria, y en los sucesivos bolos por España, Rajoy ha empezado a jugar de delantero en el campo político y empezado a tirar balones a la portería de La Moncloa. «ETA ha declarado una tregua el 22 de marzo. Ahora hemos sabido por qué», proclamó ayer, para ir abriendo boca.
«Hemos conocido», explicó el presidente del PP, «que el Gobierno de España tenía compromisos con ETA. Yo le he pedido -qué menos puedo hacer- al presidente del Gobierno de España que diga que ETA miente y que él no tiene ningún compromiso con ETA, porque supongo que no lo tendrá».
«Pero el presidente del Gobierno», insistió, «está obligado a decir a los españoles que no ha aceptado el derecho de autodeterminación, que no va a vender ni a regalar Navarra a nadie, que el Estado de Derecho va a seguir funcionando y que la ley se va a cumplir».
«Y tiene la obligación de decirlo en el Congreso, porque aquí habla ETA, habla Otegi, y los únicos que no pueden hablar son los diputados, porque el presidente del Gobierno no quiere que hablen», volvió a decir.
Pero no es éste el único asunto que interesa conocer a Rajoy. Al día siguiente de que el Congreso denegara su petición, el líder popular volvió a exigir la comparecencia del Gobierno para explicar el chivatazo de dos policías a un miembro de la red de extorsión de ETA, o el relevo del propio comisario general de Información, Telesforo Monzón, por parte del juez Grande-Marlaska. Rajoy insistió, además, en conocer el contenido de la reunión del PSE con Batasuna.
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El líder popular optó ayer por insistir en su exigencia política, según una estrategia que está determinado a llevar a cabo en todas las diputaciones permanentes que le quepa a su Grupo convocar. Así, de la boca de Rajoy no volvió ayer a salir la palabra «dimisión» para pedírsela al presidente del Gobierno, sino «obligación».
«ETA habla todos los días, le dice al Gobierno lo que tiene que hacer. Batasuna habla todos los días», dijo ayer en un acto organizado por su partido en Soria, «pero yo no quiero que hable Otegi, que es el que está todos los días en el telediario diciendo lo mismo de hace 30 años. El que tiene que hablar es el presidente del Gobierno».
«Lo importante», añadió Rajoy, «lo que tranquilizaría a la gente, lo obligado, lo democrático, lo justo y lo sensato es que el presidente del Gobierno le diga a la gente lo que todos queremos oír. Ésa es la obligación de un presidente del Gobierno, que diga que va a defender el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo; que diga que no tiene ningún compromiso, porque ahora ya son muchísimos los millones de españoles que creen que sí tiene un compromiso con la organización terrorista ETA. Y éste es un tema muy serio».
Si el anuncio de la reunión del PSE-EE con Batasuna provocó la decisión de Rajoy de romper el apoyo prometido al Gobierno tras el alto el fuego, la información de Gara del pasado lunes sobre los compromisos entre la banda y el Ejecutivo ha llevado a los populares a iniciar una auténtica contraofensiva.
Ya no es que no apoyen a Zapatero ni que se descuelguen con alharacas del llamado proceso de paz. De lo que se trata, ahora, es de ponerle entre las cuerdas y exigirle, una y otra vez, con machacona insistencia, que responda de dicho proceso ante la ciudadanía. Así, el martes en Logroño, ayer en Soria, y en los sucesivos bolos por España, Rajoy ha empezado a jugar de delantero en el campo político y empezado a tirar balones a la portería de La Moncloa. «ETA ha declarado una tregua el 22 de marzo. Ahora hemos sabido por qué», proclamó ayer, para ir abriendo boca.
«Hemos conocido», explicó el presidente del PP, «que el Gobierno de España tenía compromisos con ETA. Yo le he pedido -qué menos puedo hacer- al presidente del Gobierno de España que diga que ETA miente y que él no tiene ningún compromiso con ETA, porque supongo que no lo tendrá».
«Pero el presidente del Gobierno», insistió, «está obligado a decir a los españoles que no ha aceptado el derecho de autodeterminación, que no va a vender ni a regalar Navarra a nadie, que el Estado de Derecho va a seguir funcionando y que la ley se va a cumplir».
«Y tiene la obligación de decirlo en el Congreso, porque aquí habla ETA, habla Otegi, y los únicos que no pueden hablar son los diputados, porque el presidente del Gobierno no quiere que hablen», volvió a decir.
Pero no es éste el único asunto que interesa conocer a Rajoy. Al día siguiente de que el Congreso denegara su petición, el líder popular volvió a exigir la comparecencia del Gobierno para explicar el chivatazo de dos policías a un miembro de la red de extorsión de ETA, o el relevo del propio comisario general de Información, Telesforo Monzón, por parte del juez Grande-Marlaska. Rajoy insistió, además, en conocer el contenido de la reunión del PSE con Batasuna.
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