'Cartagena', informador del 11-M, denuncia a los servicios de Inteligencia españoles

27-05-06



'Cartagena', informador del 11-M, denuncia a los servicios de Inteligencia españoles

Las declaraciones del imam marroquí han aparecido en un diario árabe editado en Londres Colaboraba con el CNI y con la UCIE de la Policía

ANTONIO RUBIO

MADRID.- Abdelkader Farssaoui, más conocido por el nombre en clave de Cartagena, reveló el pasado mes de abril al periódico árabe Asharq Al-Awsat [Oriente Medio]: «La mujabarat española [los servicios de Inteligencia] me ha traicionado después de colaborar con ellos para descubrir los sospechosos y miembros de la célula de Madrid, quienes realizaron los atentados terroristas del 11-M».
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Cartagena, imam marroquí de la mezquita de Takouma, en Villaverde (Madrid), pasó a formar parte de la nómina del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Comisaría General de Policía en 2002.

Un año antes de los sucesos del 11-M, Cartagena avisó a sus controladores de que un grupo de islamistas -entre los que estaban El Tunecino, El Egipcio, Larbi ben Sellam y Mustafá Maymouni- tenía la intención de hacer la yihad en los territorios español y marroquí.

Y así ocurrió. En mayo de 2003, un comando de terroristas islamistas cometió un atentado en Casablanca, concretamente en la Casa de España. Meses después, el 11-M de 2004, otro grupo de radicales islamistas atentó en Madrid contra los trenes de la muerte, con un balance de 191 muertos y 1.775 heridos.

Hoy, Cartagena está calificado como testigo protegido por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, que dirigía el magistrado Baltasar Garzón y en la actualidad lo hace el juez Fernando Grande-Marlaska. Esa condición la obtuvo en octubre de 2004, cuando Garzón fue informado por la Policía de la labor que estaba llevando a cabo dentro de la llamada operación Nova. Gracias a él se pudo descubrir, entre otros planes terroristas, que se pretendía atentar contra el edificio de la Audiencia Nacional.

Cartagena también explicó al periódico Asharq Al-Awsat cuándo y cómo lo captó la mujabarat española: «Sufrí muchas presiones por parte de los servicios de Inteligencia españoles hasta que finalmente consiguieron que trabajara para ellos. Me amenazaron con enviarme a mi país, Marruecos, si no accedía a sus peticiones».

En el transcurso de la entrevista que el imam concedió al periodista Mohamed Alshafey el pasado 13 de abril, en ningún momento llega a concretar si la mujabarat española que lo ha traicionado es el CNI o la UCIE. En árabe, mujabarat se traduce como servicios de Inteligencia, y en España, como tal, sólo existe el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

Tal y como ya publicó El MUNDO en octubre de 2004 y mayo de 2005, Abdelkader Farssaoui se convirtió en 2002 en colaborador del CNI y UCIE. Con anterioridad ya actuaba como informador de la embajada marroquí en Madrid, facilitando todas las actividades y contactos que tenían los marroquíes que iban a orar a su mezquita de Villaverde.

«Dos jefes de los servicios de Inteligencia españoles se me presentaron con dos grabaciones mías en las que yo hablaba, en la mezquita, sobre la yihad», contó también Cartagena a Mohamed Alshafey.

Esas oratorias o fatuas de Cartagena, y que el CNI tenía en su poder, defendían la yihad y estaban dirigidas a los jóvenes de la comunidad musulmana de la mezquita: «Me presionaron dos capitanes de la mujabarat y me dijeron que, si no colaboraba, me echarían de España, que volvería a Marruecos».

Tras la visita de los jefes del CNI, Cartagena pudo contrastar que los servicios de Inteligencia españoles tenían más colaboradores entre la comunidad musulmana de Madrid y que a él lo tenían perfectamente controlado.

Sabían su lugar de nacimiento -la ciudad marroquí de Kenitra-, que había realizado estudios sobre el islam y que en alguna ocasión había ejercido como periodista. El CNI también sabía que Cartagena había inflado su currículo -contaba que era licenciado por una universidad marroquí- y que en ocasiones no guardaba los preceptos del islam: bebía e iba con mujeres.

El imam de Villaverde, tras introducirse en uno de los grupos más peligrosos de radicales islamistas que residían en Madrid -el Haraka Salafiya Yihadia (Movimiento Salafista de la Yihad Combatiente)-, fue informando puntualmente a la UCIE y al CNI de todas las reuniones, los temas que trataban y los miembros que componían esa organización.

Entre ellos estaban Rabei Osman, El Egipcio, que fue detenido en Italia y al que en un principio se le adjudicó la autoría intelectual del 11-M; Sherhane ben Abdelmajid Fakhet, El Tunecino, que se suicidó en el piso de Leganés con el resto del comando y que ejercía labores de líder dentro del grupo; Mustafá Maymouni, cuñado de El Tunecino y que de momento se encuentra detenido en Marruecos por los atentados de Casablanca, y Larbi ben Sellam, que huyó a Marruecos y que en la actualidad está detenido y procesado en España por su presunta participación en los atentados de los trenes de la muerte.

Según consta en la nota informativa número 3 de la UCIE, elaborada en noviembre de 2002, Larbi ben Sellam estaba dispuesto a hacer la yihad en Marruecos y España: «En cuanto a Mohamed Larbi ben Sellam, persona de confianza de El Egipcio, [...] comentó que no entiende por qué la mayoría tiene la obsesión de ir a países como Afganistán para hacer la yihad, ya que estas operaciones son posibles en Marruecos y España».

El imam de Villaverde estuvo informando a sus controladores durante casi un año y medio -desde octubre de 2002 a febrero de 2004- sobre las actividades de los islamistas que atentaron el 11-M.Todas esas informaciones fueron recogidas por la UCIE en unas notas informativas internas (ver EL MUNDO del 31 de mayo de 2005) que iban numeradas desde la 1 a la 12, más una última que aparece con la anotación «Reunión 21/02/2004» y que corresponde a días antes del atentado.

Cartagena se queja al periodista Mohamed Alshafey: «La mujabarat española es la culpable de que mi nombre fuera difundido a la prensa». «He puesto una denuncia contra los servicios de Inteligencia españoles por facilitarle al diario EL MUNDO mi nombre», indica también el confidente del CNI.

En un principio, Cartagena se puso en contacto con Asharq Al-Awsat para pedirles que no sacaran nunca más su nombre, pero finalmente terminó contándole a Mohamed Alshafey todo lujo de detalles sobre su situación actual y su relación con la mujabarat española: «Estoy trabajando en un puesto que no me gusta y que no quiero.Aunque eso lo hago por mis hijos, para ganar dinero y darles de comer».

El confidente policial y de los servicios de Inteligencia también cuenta en su entrevista que está casado «con una española que se ha convertido al islam y que lleva el velo islamista».

Cartagena se queja, continuamente, de la situación por la que están pasando él y su familia: «Vivo en una casa pequeña, con las ventanas cerradas, sólo salgo para ir a trabajar y nunca sé si volveré a ver a mis hijos...».

En ese conjunto de lamentaciones a Asharq Al-Awsat, Cartagena no cuenta que en los últimos meses se ha comprado un vehículo nuevo, que tiene dos móviles de última generación y que se jacta de tener mucho dinero.

Sin embargo, Farssaoui sí resalta otras penurias que está sufriendo: «Tras la publicación de mi nombre en la prensa y en EL MUNDO, he recibido amenazas de muerte en mi móvil en un español poco correcto». Fueron 17 mensajes, según Cartagena, y también hacen a alusión a que se vendió a Occidente y que denunció a los hermanos fundamentalistas.

El imam de Villaverde también dirigió oraciones en las provincias de Barcelona y Almería. En esta última se recluyó durante un tiempo después de haber señalado a la Policía la célula terrorista de El Tunecino, de cuya boda llegó a ser testigo.

Más tarde, Cartagena volvió a Madrid y en la actualidad, por su condición de testigo protegido, tiene escolta policial y ayuda económica.

EL MUNDO reveló el pasado día 8 que Cartagena se reunió con sus controladores de la UCIE en el parque Juan Carlos I de Madrid tres días después de los atentados del 11-M y les recriminó: «¿Cómo es posible que haya pasado esto con todo lo que os he ido contando?».

'Asharq Al-Awsat', el diario de los saudíes

MADRID.- 'Asharq Al-Awsat', que en castellano significa 'Oriente Medio', es un periódico de Arabia Saudí que tiene la sede central en Londres.

'Asharq Al-Awsat' está considerado como uno de los diarios más importantes en lengua árabe y edita una versión impresa y otra digital.

En España, se distribuye la versión impresa y se puede acceder a la digital a través de la web 'www.asharqalawsat.com', que también tiene su correspondiente edición en inglés.

El periodista Mohamed Alshafey, que mantuvo la entrevista con Abdelkader Farssaoui, 'Cartagena', reside y trabaja habitualmente en Londres, pero en la actualidad se encuentra en Bagdad.

En la información de Alshafey sobre el confidente de la 'mujabarat' española, se reflejan las opiniones de 'Cartagena' sobre su situación actual y, a continuación, se puede leer un amplio resumen sobre el reportaje que EL MUNDO publicó el 31 de mayo de 2005.

En la portada del pasado 13 de abril de 'Asharq Al-Awsat', hay una llamada con el siguiente titular: «El imam marroquí que descubrió a los autores del 11-M». Después aparece un subtítulo: «Recibo amenazas y me culpan de haberme vendido a Occidente».

En páginas interiores, 'Cartagena' es más contundente: «Los servicios de Inteligencia españoles me han traicionado y han facilitado mi nombre a la prensa».

Alshafey explica en su texto que fue el propio Farssaoui quien se puso en contacto con el periódico, primero a través de un correo electrónico. Con posterioridad, el periodista mantuvo una conversación con el confidente de la 'mujabarat' española.

Comentarios

Kickjor ha dicho que…
garterno:


Lo tienes aqui:

http://hemerotecakickjor.blogspot.com/2006/05/glaucoma.html

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