La Policía implicaba a 'El Tunecino' y a Zougam con Casablanca un mes antes del 11-M
22-05-06
La Policía implicaba a 'El Tunecino' y a Zougam con Casablanca un mes antes del 11-M
La Unidad Central de Información Exterior remitió un elaborado informe a Baltasar Garzón - Los especialistas indicaban al juez que los teléfonos móviles de ambos estaban intervenidos
FERNANDO LAZARO
La Policía implicaba a 'El Tunecino' y a Zougam con Casablanca un mes antes del 11-M
La Unidad Central de Información Exterior remitió un elaborado informe a Baltasar Garzón - Los especialistas indicaban al juez que los teléfonos móviles de ambos estaban intervenidos
FERNANDO LAZARO
MADRID.- En febrero de 2004, justo un mes antes de que se produjera la masacre de Madrid, la Unidad Central de Información Exterior envió un detallado informe al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en el que, entre otros datos, relacionaba a Jamal Zougam y a Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, El Tunecino, en los atentados perpetrados por los islamistas radicales el 16 de mayo de 2003 en Casablanca.
(.../...)
En dicho informe, de 14 folios, los agentes especializados en la lucha contra el terrorismo internacional detallaban los números de teléfonos intervenidos en España en el marco de las investigaciones sobre los atentados de Casablanca. Era un informe-resumen cuya finalidad, según se explica en el propio texto, era actualizar el estado de las pesquisas policiales y aglutinar los nombres de los sospechosos y los teléfonos intervenidos en las investigaciones.
Bajo el epígrafe Célula de Casablanca, la UCIE indicaba textualmente: «En este subgrupo de investigación se recogen las personas más directamente vinculadas con la célula operativa que actuó en Casablanca, bien relacionadas con los operativos de Al Qaeda de quienes procederían las órdenes, o bien con detenidos directamente implicados en los hechos de Casablanca». Y en esa relación, los operativos de la UCIE detallaban en aquella fecha, justo un mes antes de la matanza de Madrid: «626519296: perteneciente a Telefónica Móviles cuyo usuario es Jamal Zougam (NIE X-842451-F), hermanastro de Mohamed Chaoui».
Junto a otros cuatro sospechosos más, los especialistas policiales incluían también el número «627 225227; de Vodafone, utilizado por Serhane Ben Abdelmajid Fakhet (NIE X-1932014-Z), nacido en Túnez el 10.07.1968». Junto a Zougam y El Tunecino, en el listado de sospechosos, los especialistas incluyen a algunos que fueron investigados en el marco de la operación Nova, como es el caso de Mohamed Larbi Ben Sellam. En esa operación, la Policía desmanteló una trama que, al parecer, estaba ultimando un atentado contra la Audiencia Nacional.
El instructor policial
Los agentes que participaban en estas investigaciones, posteriormente, fueron los que lograron centrar con rapidez las sospechas sobre los terroristas que perpetraron la matanza de Madrid. Entre ellos, el encargado de las investigaciones y el instructor de las diligencias, un agente apodado El Rubio, según explicaron fuentes de la investigación.Oficialmente, se centró con tanta celeridad tras las pruebas obtenidas en la bomba desactivada en Vallecas. «Como consecuencia de los atentados de Casablanca, ese Juzgado Central abrió el sumario 09/03, donde la UCIE ha estado formulando diversos tipos de solicitudes y dirigiendo informes referentes a la investigación», detallaba el escrito enviado al juez un mes antes del 11-M. «Dado el transcurso del tiempo desde su apertura, así como las diferentes altas y bajas que se han producido en observaciones telefónicas y el devenir de las propias investigaciones, el citado sumario contempla actualmente las siguientes intervenciones de teléfonos españoles, con indicación de a qué célula corresponde cada investigación», explicaban al juez de la causa.
Tras describir las intervenciones sobre la «célula de Casablanca», los agentes detallaban las intervenciones de la «célula de Robert Pierre Antoine Richard». «Aquí se encuadran teléfonos intervenidos de personas vinculadas con Hicham, Temsamani Jad (detenido el 19 de junio de 2003 en Vitoria por su implicación en esta célula) y con Robert P. A. Richard, Yaacoub. Se hace referencia a la célula de Nador (Marruecos) y su relación con los grupos de Melilla».Los especialistas aportaban los números de Moustapha Serroukh y Mohamd Hamdani.
En el sumario también se citaba, en el informe elaborado por la UCIE, a la «célula independiente vinculada con Ansar al Islam».«Esta célula, si bien en un principio partió de la investigación de Casablanca, se determinó que correspondía a una faceta de actuación más dirigida a Irak, centro actual de difusión de los muyahidin y objetivo de ataques de la organización terrorista islámica Ansar al Islam, igualmente muy vinculada con Al Qaeda», detalla el informe que obra en poder de este periódico. Y vinculados a esta célula los agentes enumeraban los teléfonos intervenidos de dos sospechosos.
El juez renovó las escuchas cuando la Policía quería retirarlas
No se avanzaba. No se llegaba a nada. De las conversaciones intervenidas a Jamal Zougam, encarcelado por su presunta relación con el 11-M, y a El Tunecino, muerto en el piso de Leganés y presunto responsable de la célula autora de la matanza, no se obtenía ni un solo dato.«Eran conversaciones blancas, sin datos sospechosos», indicaron a este periódico fuentes jurídicas.
Añadieron estas fuentes que las conversaciones de los árabes intervenidas por los juzgados no llegaban con celeridad. «No había la prioridad que se está produciendo desde el 11-M».Además, esas grabaciones de febrero de 2004 tampoco aportaron luz sobre las posibles implicaciones de estos dos presuntos terroristas en los atentados de Casablanca. En cualquier caso, las intervenciones telefónicas estaban también apoyadas por el fiscal.
La Policía quiso poner fin a estas intervenciones tras comprobar que no aportaban ningún dato relevante, pero fue el propio instructor, Baltasar Garzón, el que apostó por mantenerlas durante más. Según las fuentes consultadas por este periódico, se trataba de apurar todas las posibilidades, de cerrar todas las puertas ante la eventualidad de que tuvieran vínculos con el terrorismo islamista.Pero tampoco se llegó a nada. Esa prolongación de las intervenciones se produjo después de los atentados del 11-M.
Garzón, incluso, se desplazó a Marruecos para investigar in situ, entre la de otros, la posible vinculación de estos dos presuntos terroristas con los atentados de Casablanca. Tampoco obtuvo ningún dato que avalaran las sospechas iniciales.
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En dicho informe, de 14 folios, los agentes especializados en la lucha contra el terrorismo internacional detallaban los números de teléfonos intervenidos en España en el marco de las investigaciones sobre los atentados de Casablanca. Era un informe-resumen cuya finalidad, según se explica en el propio texto, era actualizar el estado de las pesquisas policiales y aglutinar los nombres de los sospechosos y los teléfonos intervenidos en las investigaciones.
Bajo el epígrafe Célula de Casablanca, la UCIE indicaba textualmente: «En este subgrupo de investigación se recogen las personas más directamente vinculadas con la célula operativa que actuó en Casablanca, bien relacionadas con los operativos de Al Qaeda de quienes procederían las órdenes, o bien con detenidos directamente implicados en los hechos de Casablanca». Y en esa relación, los operativos de la UCIE detallaban en aquella fecha, justo un mes antes de la matanza de Madrid: «626519296: perteneciente a Telefónica Móviles cuyo usuario es Jamal Zougam (NIE X-842451-F), hermanastro de Mohamed Chaoui».
Junto a otros cuatro sospechosos más, los especialistas policiales incluían también el número «627 225227; de Vodafone, utilizado por Serhane Ben Abdelmajid Fakhet (NIE X-1932014-Z), nacido en Túnez el 10.07.1968». Junto a Zougam y El Tunecino, en el listado de sospechosos, los especialistas incluyen a algunos que fueron investigados en el marco de la operación Nova, como es el caso de Mohamed Larbi Ben Sellam. En esa operación, la Policía desmanteló una trama que, al parecer, estaba ultimando un atentado contra la Audiencia Nacional.
El instructor policial
Los agentes que participaban en estas investigaciones, posteriormente, fueron los que lograron centrar con rapidez las sospechas sobre los terroristas que perpetraron la matanza de Madrid. Entre ellos, el encargado de las investigaciones y el instructor de las diligencias, un agente apodado El Rubio, según explicaron fuentes de la investigación.Oficialmente, se centró con tanta celeridad tras las pruebas obtenidas en la bomba desactivada en Vallecas. «Como consecuencia de los atentados de Casablanca, ese Juzgado Central abrió el sumario 09/03, donde la UCIE ha estado formulando diversos tipos de solicitudes y dirigiendo informes referentes a la investigación», detallaba el escrito enviado al juez un mes antes del 11-M. «Dado el transcurso del tiempo desde su apertura, así como las diferentes altas y bajas que se han producido en observaciones telefónicas y el devenir de las propias investigaciones, el citado sumario contempla actualmente las siguientes intervenciones de teléfonos españoles, con indicación de a qué célula corresponde cada investigación», explicaban al juez de la causa.
Tras describir las intervenciones sobre la «célula de Casablanca», los agentes detallaban las intervenciones de la «célula de Robert Pierre Antoine Richard». «Aquí se encuadran teléfonos intervenidos de personas vinculadas con Hicham, Temsamani Jad (detenido el 19 de junio de 2003 en Vitoria por su implicación en esta célula) y con Robert P. A. Richard, Yaacoub. Se hace referencia a la célula de Nador (Marruecos) y su relación con los grupos de Melilla».Los especialistas aportaban los números de Moustapha Serroukh y Mohamd Hamdani.
En el sumario también se citaba, en el informe elaborado por la UCIE, a la «célula independiente vinculada con Ansar al Islam».«Esta célula, si bien en un principio partió de la investigación de Casablanca, se determinó que correspondía a una faceta de actuación más dirigida a Irak, centro actual de difusión de los muyahidin y objetivo de ataques de la organización terrorista islámica Ansar al Islam, igualmente muy vinculada con Al Qaeda», detalla el informe que obra en poder de este periódico. Y vinculados a esta célula los agentes enumeraban los teléfonos intervenidos de dos sospechosos.
El juez renovó las escuchas cuando la Policía quería retirarlas
No se avanzaba. No se llegaba a nada. De las conversaciones intervenidas a Jamal Zougam, encarcelado por su presunta relación con el 11-M, y a El Tunecino, muerto en el piso de Leganés y presunto responsable de la célula autora de la matanza, no se obtenía ni un solo dato.«Eran conversaciones blancas, sin datos sospechosos», indicaron a este periódico fuentes jurídicas.
Añadieron estas fuentes que las conversaciones de los árabes intervenidas por los juzgados no llegaban con celeridad. «No había la prioridad que se está produciendo desde el 11-M».Además, esas grabaciones de febrero de 2004 tampoco aportaron luz sobre las posibles implicaciones de estos dos presuntos terroristas en los atentados de Casablanca. En cualquier caso, las intervenciones telefónicas estaban también apoyadas por el fiscal.
La Policía quiso poner fin a estas intervenciones tras comprobar que no aportaban ningún dato relevante, pero fue el propio instructor, Baltasar Garzón, el que apostó por mantenerlas durante más. Según las fuentes consultadas por este periódico, se trataba de apurar todas las posibilidades, de cerrar todas las puertas ante la eventualidad de que tuvieran vínculos con el terrorismo islamista.Pero tampoco se llegó a nada. Esa prolongación de las intervenciones se produjo después de los atentados del 11-M.
Garzón, incluso, se desplazó a Marruecos para investigar in situ, entre la de otros, la posible vinculación de estos dos presuntos terroristas con los atentados de Casablanca. Tampoco obtuvo ningún dato que avalaran las sospechas iniciales.
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