RUBALCABA DEBE ACLARAR SI DIAZ DE MERA DICE LA VERDAD
15-09-06
Editorial
RUBALCABA DEBE ACLARAR SI DIAZ DE MERA DICE LA VERDAD
Editorial
RUBALCABA DEBE ACLARAR SI DIAZ DE MERA DICE LA VERDAD
En su comparecencia de anteayer, Alfredo Pérez Rubalcaba acusó al PP de «delirar» y actuar de forma «inmoral» al cuestionar la verdad oficial sobre el 11-M. Agustín Díaz de Mera, ex director general de la Policía, dio ayer un valiente paso al revelar en la Cope que tiene constancia de que el Ministerio del Interior ha ocultado al juez Del Olmo un informe realizado por expertos de la Unidad Central de Información (UCI) en el que se establecían vínculos de los islamistas que pusieron las bombas en los trenes con ETA.
El ministro del Interior había manifestado expresamente anteayer en el Congreso que ese informe «no existe», pero, como el propio Díaz de Mera subrayó con agudeza, Rubalcaba no dijo que «no haya existido». Dicho con otras palabras, es muy posible que ese documento haya sido destruido u ocultado para que jamás llegue al conocimiento del juez.
El ex director general de la Policía aseguró que tiene constancia de ese informe por altos mandos policiales y que fue realizado por «un hombre y una mujer» por encargo de la Comisaría General de Información. Díaz de Mera precisa que, a pesar de la orientación que quería dar Interior a su contenido, sus autores resistieron las presiones e hicieron un trabajo riguroso en el que se exponían todos los datos e indicios que apuntaban a una posible colaboración con ETA.
Díaz de Mera aseguró también que los mandos policiales del Ministerio del Interior están siendo presionados para que avalen la autoría islamista del 11-M sin investigar otros supuestos o eventuales colaboraciones. La denuncia es gravísima, por lo que Interior debería recabar el testimonio del antiguo responsable de la Policía Nacional para indagar su verosimilitud, como propuso ayer Mariano Rajoy.
Rubalcaba tiene la obligación moral y política de esclarecer este asunto, lo que requiere una explicación pública sobre la existencia de ese informe. Solamente hay dos posibilidades. La primera es que Díaz de Mera haya dicho la verdad. Si es así, Rubalcaba debería recuperar ese trabajo y entregárselo inmediatamente al juez. Y también debería justificar por qué ese documento no ha sido remitido a Del Olmo.
La segunda alternativa es que el ex director general de la Policía esté equivocado. En ese supuesto, Interior debería emplazarle a una rectificación pública. Y en caso de que Díaz de Mera no quisiera asumir su error, Interior debería querellarse contra él por acusar a sus responsables de haber ocultado un informe relevante al juez, lo cual es indudablemente un delito.
Estamos convencidos, por su trayectoria y por su personalidad, de que Díaz de Mera no habla a humo de pajas, por lo que corresponde ahora a Rubalcaba esa explicación clara y sin equívocos a la opinión pública. Lo que no vale es formular juicios de intenciones sobre este antiguo colaborador de Acebes, que defendió la autoría islámica en la comisión parlamentaria de investigación pero que ahora declara que le han surgido dudas y que no descarta que los atentados fueran realizados por encargo. Sólo hay un camino: la búsqueda de la verdad.
El ministro del Interior había manifestado expresamente anteayer en el Congreso que ese informe «no existe», pero, como el propio Díaz de Mera subrayó con agudeza, Rubalcaba no dijo que «no haya existido». Dicho con otras palabras, es muy posible que ese documento haya sido destruido u ocultado para que jamás llegue al conocimiento del juez.
El ex director general de la Policía aseguró que tiene constancia de ese informe por altos mandos policiales y que fue realizado por «un hombre y una mujer» por encargo de la Comisaría General de Información. Díaz de Mera precisa que, a pesar de la orientación que quería dar Interior a su contenido, sus autores resistieron las presiones e hicieron un trabajo riguroso en el que se exponían todos los datos e indicios que apuntaban a una posible colaboración con ETA.
Díaz de Mera aseguró también que los mandos policiales del Ministerio del Interior están siendo presionados para que avalen la autoría islamista del 11-M sin investigar otros supuestos o eventuales colaboraciones. La denuncia es gravísima, por lo que Interior debería recabar el testimonio del antiguo responsable de la Policía Nacional para indagar su verosimilitud, como propuso ayer Mariano Rajoy.
Rubalcaba tiene la obligación moral y política de esclarecer este asunto, lo que requiere una explicación pública sobre la existencia de ese informe. Solamente hay dos posibilidades. La primera es que Díaz de Mera haya dicho la verdad. Si es así, Rubalcaba debería recuperar ese trabajo y entregárselo inmediatamente al juez. Y también debería justificar por qué ese documento no ha sido remitido a Del Olmo.
La segunda alternativa es que el ex director general de la Policía esté equivocado. En ese supuesto, Interior debería emplazarle a una rectificación pública. Y en caso de que Díaz de Mera no quisiera asumir su error, Interior debería querellarse contra él por acusar a sus responsables de haber ocultado un informe relevante al juez, lo cual es indudablemente un delito.
Estamos convencidos, por su trayectoria y por su personalidad, de que Díaz de Mera no habla a humo de pajas, por lo que corresponde ahora a Rubalcaba esa explicación clara y sin equívocos a la opinión pública. Lo que no vale es formular juicios de intenciones sobre este antiguo colaborador de Acebes, que defendió la autoría islámica en la comisión parlamentaria de investigación pero que ahora declara que le han surgido dudas y que no descarta que los atentados fueran realizados por encargo. Sólo hay un camino: la búsqueda de la verdad.
Comentarios