«Zapatero debe decidir si busca la verdad o estrangula al mensajero»
20-09-06
11-M / El papel de los medios
«Zapatero debe decidir si busca la verdad o estrangula al mensajero»
«EL MUNDO no cesará de investigar el 11-M hasta que los enigmas queden aclarados», señala Pedro J. Ramírez en una conferencia en Pamplona
MIGUEL M. ARIZTEGI
11-M / El papel de los medios
«Zapatero debe decidir si busca la verdad o estrangula al mensajero»
«EL MUNDO no cesará de investigar el 11-M hasta que los enigmas queden aclarados», señala Pedro J. Ramírez en una conferencia en Pamplona
MIGUEL M. ARIZTEGI
PAMPLONA.- «Ha llegado la hora de la verdad para Zapatero», aseguró ayer el director de EL MUNDO, Pedro J. Ramírez. «Ha llegado el momento en que tiene que decidir si, ante los mensajes incómodos, prefiere contribuir a buscar la verdad o estrangular al mensajero. Todo eso del talante, la democracia deliberativa y el matar a besos a quien te critica es muy fácil cuando lo que se publica no le crea ningún problema grave al gobernante. Lo difícil es mantener esa actitud cuando el sapo de cada mañana va aumentando de tamaño. Será a partir de ahora cuando veremos si el PSOE ha aprendido de verdad las lecciones del pasado o hay una involución hacia los modos del felipismo».
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Ramírez realizó estas afirmaciones en Pamplona ante cerca de 1.500 personas que participaron en la conferencia inaugural de los Cursos de Verano José Javier Múgica, que organiza Unión del Pueblo Navarro en memoria de su concejal de Leitza asesinado en 2001 por ETA. El director de EL MUNDO aseguró desconocer la razón por la que las investigaciones de su periódico respecto a los atentados del 11-M «irritan» tanto al PSOE, y se preguntó hasta dónde llegará el Gobierno para contrarrestar la información negativa, la que le incomoda: «¿Será capaz, como en el pasado, de adentrarse en el terreno personal, en nuestras familias y domicilios?», cuestionó.
A su juicio, las filtraciones de la última semana desde el Ministerio del Interior para intentar desprestigiar las investigaciones acerca del 11-M no sientan un buen precedente, aunque advirtió de que tales maniobras no van a conseguir silenciarlas: «EL MUNDO no cesará de investigar el 11-M hasta que todos los enigmas esenciales queden aclarados. Si otros se dan por satisfechos, allá ellos; pero que al menos nos dejen trabajar en paz».
Después de insistir en que EL MUNDO nunca pagó las revelaciones que Trashorras realizó en sus páginas, señaló que los que le acusaron de hacerlo «dijeron después que no es relevante, que no disponen de esa información». De cualquier forma, Ramírez recordó que «el periodismo democrático no va a permitir nunca un término medio en la defensa de la libertad», porque, argumentó, «no les molestan nuestras opiniones, que se dedican a denostar calificándolas de 'extrema derecha' o de 'conspirativas', les molestan nuestras informaciones, eso les hace perder los nervios», apuntó.
Tras enumerar los «cabos sueltos» que las investigaciones han sacado a la luz en el sumario, se refirió a la polémica de los explosivos, su composición nunca aclarada de Goma 2 ECO o nitroglicerina, como «nudo gordiano» de las pesquisas.
Las inconsistencias de la investigación aceptada por el Congreso deja abierta, en su opinión, la posible participación de ETA en los atentados. «Si la hipótesis de colaboración entre islamistas y ETA se validase, el llamado proceso de paz sería inaceptable», argumentó. Y es que, a su juicio, «el Gobierno tiene pánico a que ETA haya participado en el 11-M y prefiere una verdad chapucera a la verdad».
Esa conexión entre las investigaciones del 11-M y el llamado proceso de paz resulta clave para entender el escenario político que se vive en la actualidad, advirtió. Las negociaciones entre el Gobierno y ETA protagonizaron buena parte del discurso de Ramírez, «una negociación en marcha» que da lugar a «temores y esperanzas» por la magnitud de los valores en juego. El periodista se refirió a Navarra como una de las «claves» del proceso, que se encuentra, en su opinión, bajo la amenaza de convertirse en «moneda de cambio» para aplacar las exigencias terroristas.
Advirtió de que los resultados de las elecciones del próximo mayo en Navarra y Baleares serán determinantes: «Si el PP no logra mantener la mayoría en los Gobiernos en Navarra y Baleares se acelerará el proceso de desmembramiento de la España constitucional», aseguró.
En opinión de Ramírez, «la contrapartida de la paz no puede ser el cambio forzado del marco democrático que nos protege a todos», asunto que no pudo «descartar en absoluto». Para el director de EL MUNDO, «Zapatero tiene el derecho y el deber, dentro de los límites éticamente aceptables, de intentar conseguir el final de ETA», aunque lamentó que su camino no pase por un entendimiento con el principal partido de la oposición, punto que «añadiría legitimidad al proceso».
Ramírez pronunció su discurso ante un auditorio que le interrumpió con aplausos en sus referencias a la autonomía de Navarra respecto al País Vasco. El diputado de UPN Jaime Ignacio del Burgo presentó la ponencia, a la que acudieron, entre otros altos cargos del Gobierno de Navarra, su presidente, Miguel Sanz, y la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina.
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Ramírez realizó estas afirmaciones en Pamplona ante cerca de 1.500 personas que participaron en la conferencia inaugural de los Cursos de Verano José Javier Múgica, que organiza Unión del Pueblo Navarro en memoria de su concejal de Leitza asesinado en 2001 por ETA. El director de EL MUNDO aseguró desconocer la razón por la que las investigaciones de su periódico respecto a los atentados del 11-M «irritan» tanto al PSOE, y se preguntó hasta dónde llegará el Gobierno para contrarrestar la información negativa, la que le incomoda: «¿Será capaz, como en el pasado, de adentrarse en el terreno personal, en nuestras familias y domicilios?», cuestionó.
A su juicio, las filtraciones de la última semana desde el Ministerio del Interior para intentar desprestigiar las investigaciones acerca del 11-M no sientan un buen precedente, aunque advirtió de que tales maniobras no van a conseguir silenciarlas: «EL MUNDO no cesará de investigar el 11-M hasta que todos los enigmas esenciales queden aclarados. Si otros se dan por satisfechos, allá ellos; pero que al menos nos dejen trabajar en paz».
Después de insistir en que EL MUNDO nunca pagó las revelaciones que Trashorras realizó en sus páginas, señaló que los que le acusaron de hacerlo «dijeron después que no es relevante, que no disponen de esa información». De cualquier forma, Ramírez recordó que «el periodismo democrático no va a permitir nunca un término medio en la defensa de la libertad», porque, argumentó, «no les molestan nuestras opiniones, que se dedican a denostar calificándolas de 'extrema derecha' o de 'conspirativas', les molestan nuestras informaciones, eso les hace perder los nervios», apuntó.
Tras enumerar los «cabos sueltos» que las investigaciones han sacado a la luz en el sumario, se refirió a la polémica de los explosivos, su composición nunca aclarada de Goma 2 ECO o nitroglicerina, como «nudo gordiano» de las pesquisas.
Las inconsistencias de la investigación aceptada por el Congreso deja abierta, en su opinión, la posible participación de ETA en los atentados. «Si la hipótesis de colaboración entre islamistas y ETA se validase, el llamado proceso de paz sería inaceptable», argumentó. Y es que, a su juicio, «el Gobierno tiene pánico a que ETA haya participado en el 11-M y prefiere una verdad chapucera a la verdad».
Esa conexión entre las investigaciones del 11-M y el llamado proceso de paz resulta clave para entender el escenario político que se vive en la actualidad, advirtió. Las negociaciones entre el Gobierno y ETA protagonizaron buena parte del discurso de Ramírez, «una negociación en marcha» que da lugar a «temores y esperanzas» por la magnitud de los valores en juego. El periodista se refirió a Navarra como una de las «claves» del proceso, que se encuentra, en su opinión, bajo la amenaza de convertirse en «moneda de cambio» para aplacar las exigencias terroristas.
Advirtió de que los resultados de las elecciones del próximo mayo en Navarra y Baleares serán determinantes: «Si el PP no logra mantener la mayoría en los Gobiernos en Navarra y Baleares se acelerará el proceso de desmembramiento de la España constitucional», aseguró.
En opinión de Ramírez, «la contrapartida de la paz no puede ser el cambio forzado del marco democrático que nos protege a todos», asunto que no pudo «descartar en absoluto». Para el director de EL MUNDO, «Zapatero tiene el derecho y el deber, dentro de los límites éticamente aceptables, de intentar conseguir el final de ETA», aunque lamentó que su camino no pase por un entendimiento con el principal partido de la oposición, punto que «añadiría legitimidad al proceso».
Ramírez pronunció su discurso ante un auditorio que le interrumpió con aplausos en sus referencias a la autonomía de Navarra respecto al País Vasco. El diputado de UPN Jaime Ignacio del Burgo presentó la ponencia, a la que acudieron, entre otros altos cargos del Gobierno de Navarra, su presidente, Miguel Sanz, y la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina.
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