Alonso reconoce que el blindado objetivo del atentado no estaba equipado con inhibidores

26-06-07



EMBOSCADA TERRORISTA / El ministro de Defensa justifica esta carencia alegando que estaban pedidos desde noviembre, que el fabricante no los proporcionó hasta mayo y que los primeros han sido enviados a Afganistán

Alonso reconoce que el blindado objetivo del atentado no estaba equipado con inhibidores

ROSA MENESES. Enviada especial

MARJAYUN (EL LIBANO).- Los restos del vehículo BMR donde encontraron la muerte seis soldados del Ejército español en Marjayún se erguían ayer calcinados en el lugar del atentado. Un día después de que un convoy de las tropas españolas integradas en Naciones Unidas fuese víctima de un atentado terrorista, la zona no había recuperado la normalidad. El ministro de Defensa español, José Antonio Alonso, visitó el lugar del ataque, donde los militares aún se afanaban en recoger los restos de la virulenta explosión.


Ni rastro de la Renault Express cargada con 50 kilos de explosivos. La explosión la destruyó por completo. Sin embargo, el maltrecho y ennegrecido BMR exhibía el hueco horadado de su flanco izquierdo, hablando elocuentemente del trágico destino de sus ocupantes. Sólo se salvaron dos de sus ocho tripulantes; y, a juzgar por el estado del vehículo y por el cráter ocasionado, la explosión fue muy virulenta. El BMR fue desplazado 15 metros por la fuerza de la detonación y, según explicó el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, hay restos en 150 metros a la redonda.
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La carretera que une la localidad de Jiam con Base Cervantes, donde está estacionado el contingente español, estaba ayer cortada por decenas de vehículos y blindados del Ejército y efectivos de la policía militar libanesa. El lugar del atentado, Sahel al Derdara, se encuentra a tan sólo tres kilómetros de la base del contingente español integrado en la Finul (Fuerza Interina de Naciones Unidas para el Líbano).

Robado

Según los detalles de la investigación revelados ayer por Alonso, dos vehículos BMR circulaban en dirección norte por esta ruta cuando un coche bomba, «muy posiblemente activado a distancia», detonó impactando de lleno contra el segundo blindado. Alonso destacó que el vehículo bomba contaba con placas de matrícula falsas y el registro de su bastidor indicaba que no era libanés, lo que apunta a que se tratara de un vehículo robado fuera del país. Los expertos españoles aún no han concretado el tipo de explosivo, que sólo podrá ser determinado en España, aunque fuentes de la Guardia Civil aseguraron que se trataba de «explosivo militar reforzado».

El titular de Defensa confirmó que los blindados BMR no disponían de inhibidores de frecuencia, «un sistema que ha de ser específico para cada vehículo», señaló Alonso. El ministro explicó que el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) había ordenado el pasado 7 de noviembre que todos los vehículos fuesen equipados con inhibidores.

«La empresa a la que se encargó la fabricación de estos equipos proporcionó la primera entrega el 30 de mayo y aún estamos en proceso de recepción», añadió. Como los informes de Inteligencia militar señalaban que el riesgo de atentados con detonadores activados a distancia era mayor en Afganistán que en el Líbano, los primeros BMR equipados se enviaron con prioridad a la misión en territorio afgano, siempre según el ministro.

«Se trata de un atentado terrorista brutal, absolutamente condenable. El Gobierno está con las familias de los fallecidos y los heridos y quiere resaltar el excelente trabajo que realizan nuestras tropas por la paz en el Líbano, por los libaneses y por los españoles», declaró Alonso. «No hay duda que este atentado busca desestabilizar el sur del Líbano y convulsionar la misión de la Finnul», añadió.

Es el primer atentado terrorista que sufre la Finul desde que fue reforzada por la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, el pasado agosto. Sin embargo, el ministro declinó extraer conclusiones prematuras sobre si el grupo islamista Fatah al Islam -que había amenazado directamente al contingente de la ONU- era el responsable del atentado.

Sí se aventuró Alonso a trasladar lo que en el Líbano es una certeza: que Hizbulá no está vinculado con el ataque. «Hizbulá se desmarca y no le interesa estratégicamente cometer semejante salvajada», afirmó el ministro. La prensa libanesa publicó en grandes titulares ayer que la guerrilla chií consideraba el atentado como un ataque contra sus intereses. Mientras, el periódico Al Ajbar -cercano a Hizbulá- señalaba en su primera página que se trata de un «mensaje» a las fuerzas de la ONU.

Las tropas españolas habían aumentado su nivel de alerta desde el 4 de junio, debido a los combates en los campos de refugiados palestinos y a la expansión de los grupos yihadistas.

El ministro de Defensa se desplazó a Sidón para visitar a los dos militares heridos, que se encuentran ingresados en un hospital de esta ciudad. Ambos presentan quemaduras de segundo grado en la cara y las manos, aunque se encuentran fuera de peligro y ayer podían comunicarse. Pendientes de la autorización de los médicos, las autoridades españolas querían repatriar a los heridos junto a los restos mortales de sus compañeros.

Médicos forenses

Con este fin viajó José Antonio Alonso ayer al Líbano. Acompañado por sus asesores, por un equipo de identificación y de médicos forenses de la Guardia Civil -que portaban muestras dentales, dactilares y de ADN de las víctimas-, y por un nutrido grupo de periodistas, se desplazó de madrugada en un Airbus 340 que llegó al amanecer al aeropuerto de Beirut. Allí le esperaban el embajador español en el Líbano, Miguel Benzo, el director general de la Guardia Civil, Joan Mesquida, y la embajadora de Colombia en el Líbano, Georgine el Chaer. Poco después, el ministro se trasladó en un helicóptero de la ONU hacia Base Cervantes, en la localidad sureña de Marjayún, donde arribó a las 6.15 hora española.

Tras la identificación de los cadáveres de los seis jóvenes soldados del Ejército español -tres españoles y tres colombianos, cuyas edades oscilaban entre los 18 y los 21 años-, se ofició un funeral homenaje a las víctimas en un hangar de Base Cervantes. El contingente español se encuentra «muy afectado moralmente» por lo ocurrido, según señalaron algunos de sus miembros a este periódico. Destacada en Marjayún se encuentra la Brigada Paracaidista, con base en Alcalá de Henares y Paracuellos. Las víctimas del atentado habían llegado, junto a sus compañeros, hace cuatro meses, y tenían previsto regresar a España a principios de julio.

Desde que se produjo el accidente del Yak-42, en Turquía, es obligatorio para todos los soldados españoles desplazados en el exterior guardar muestras de ADN. El equipo de la Guardia Civil es el mismo que se desplazó a Afganistán para analizar los restos de las víctimas del accidente de un helicóptero Cougar.

El ministro de Defensa recibió la llamada del primer ministro libanés, Fuan Siniora, que le expresó su pésame y le mostró su disposición para colaborar. Alonso le pidió ayuda a Siniora para detener a los responsables del atentado. La policía libanesa ha abierto una línea de investigación y trabaja ya sobre varias pistas.

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