...ataca a la inteligencia de los ciudadanos
31-05-06
IMPRESIONES
...ataca a la inteligencia de los ciudadanos
A estas falsedades se añade todo un repertorio de evasivas de distinta índole. En la inmensa mayoría de las respuestas, Rubalcaba echa balones fuera, bien remitiéndose al caótico auto de procesamiento de Del Olmo o incluso a la propia Comisión del 11-M, bien acogiéndose una y otra vez al latiguillo «no hay constancia...». Así ocurre por ejemplo en la respuesta referida al robo por parte de ETA de un coche en el callejón de Trashorras. El Gobierno se remite a la intervención de Zapatero en la Comisión, cuando basándose en informes ad hoc de la policía, atribuyó este significativo dato al «azar». Tampoco aclara la identidad de quienes escucharon a Trashorras decir que El Chino conocía a los etarras detenidos en Cuenca, sino que responde con un genérico e insuficiente «funcionarios de la UCIE». También incurre en la ofensa a la inteligencia en la respuesta referida a por qué el agente Víctor aportó a la Comisión información diferente de la que dio al juez. Decir que sobre «las razones de las actuaciones personales en cada momento sólo los autores de los mismos pueden dar respuesta» resulta, además de un horror sintáctico, sencillamente insultante. Como también es inaceptable que dos años después de la masacre se siga invocando la investigación realizada por Acebes para decir que la caravana de la muerte de ETA tenía como destino «un polígono».Dicho esto, hay ocasiones en que las evasivas pueden ser muy elocuentes. Es el caso de la afirmación del Gobierno de que no puede responder si Antonio Toro tiene relaciones con el CNI porque es «materia clasificada», lo cual permite interpretar que sí la tenía.
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A estas falsedades se añade todo un repertorio de evasivas de distinta índole. En la inmensa mayoría de las respuestas, Rubalcaba echa balones fuera, bien remitiéndose al caótico auto de procesamiento de Del Olmo o incluso a la propia Comisión del 11-M, bien acogiéndose una y otra vez al latiguillo «no hay constancia...». Así ocurre por ejemplo en la respuesta referida al robo por parte de ETA de un coche en el callejón de Trashorras. El Gobierno se remite a la intervención de Zapatero en la Comisión, cuando basándose en informes ad hoc de la policía, atribuyó este significativo dato al «azar». Tampoco aclara la identidad de quienes escucharon a Trashorras decir que El Chino conocía a los etarras detenidos en Cuenca, sino que responde con un genérico e insuficiente «funcionarios de la UCIE». También incurre en la ofensa a la inteligencia en la respuesta referida a por qué el agente Víctor aportó a la Comisión información diferente de la que dio al juez. Decir que sobre «las razones de las actuaciones personales en cada momento sólo los autores de los mismos pueden dar respuesta» resulta, además de un horror sintáctico, sencillamente insultante. Como también es inaceptable que dos años después de la masacre se siga invocando la investigación realizada por Acebes para decir que la caravana de la muerte de ETA tenía como destino «un polígono».Dicho esto, hay ocasiones en que las evasivas pueden ser muy elocuentes. Es el caso de la afirmación del Gobierno de que no puede responder si Antonio Toro tiene relaciones con el CNI porque es «materia clasificada», lo cual permite interpretar que sí la tenía.
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