El PP advierte que es «incompatible» su apoyo con la «legalización de hecho» de Batasuna
1-06-06
EL ESTADO DE LA NACION / El balance de los partidos
El PP advierte que es «incompatible» su apoyo con la «legalización de hecho» de Batasuna
Acebes acusa a Zapatero de «mentir» y de «ocultar» su intención de reunirse con los «ilegales» - Los 'populares' creen que los socialistas pretenden «coaccionar» a los jueces en favor de Otegi
CARMEN REMIREZ DE GANUZA
EL ESTADO DE LA NACION / El balance de los partidos
El PP advierte que es «incompatible» su apoyo con la «legalización de hecho» de Batasuna
Acebes acusa a Zapatero de «mentir» y de «ocultar» su intención de reunirse con los «ilegales» - Los 'populares' creen que los socialistas pretenden «coaccionar» a los jueces en favor de Otegi
CARMEN REMIREZ DE GANUZA
MADRID.- El PP no llegó ayer a romper la baraja con Zapatero pero sí le dio el último y más solemne de sus avisos desde la declaración del alto el fuego de ETA. El secretario general del partido, Angel Acebes, advirtió a Zapatero de que el PP «no tolerará la legalización de Batasuna por la vía de los hechos» y le responsabilizó a él de una posible y definitiva ruptura con el principal partido de la oposición en España. Si efectivamente se sienta a dialogar con Batasuna, le dijo, «romperá cualquier posibilidad de acuerdo con el PP».
(.../...)
«La posición del PP y de Rajoy», dijo, «de apoyo a la verificación de que ETA va a disolverse» es «incompatible» con el «disparate» de que «se convierta a Batasuna en interlocutor válido del PSOE o del Gobierno, aunque ETA no desaparezca, y siga la actividad de la banda terrorista sin que haya condenado la violencia, sin que haya pedido perdón a las víctimas, sin que cumpla la Ley de Partidos, y contra la sentencia del Supremo».
Además de trazar con brillantina la última de las líneas rojas, el número dos de Rajoy arremetió contra el presidente y le llamó mentiroso y traidor. Lo primero, por otorgar interlocución política a la formación ilegalizada para el actual proceso, a pesar de haber declarado, primero en EL MUNDO, y luego en el Congreso, «primero, la paz y luego, la política». «Está jugando con fuego y con mentiras», afirmó Acebes sobre Zapatero. En cuanto a la traición, Acebes aseguró que semejante decisión supone «pagar un precio político», lo que, según sus palabras, constituye «una traición al Pacto Antiterrorista y a la Ley de Partidos».
Acebes acusó también al jefe del Ejecutivo de «ocultar» deliberadamente sus intenciones al Congreso durante su debate con el jefe de la oposición de la víspera. El dirigente popular aplicó así la agravante de «nocturnidad» al anuncio que, aunque hecho por Patxi López, dio por autorizado previamente por Zapatero, antes de que el propio presidente del Gobierno lo refrendara ayer.
Por otra parte, el enfado de los populares llegaba al punto de creer que el de ayer no fue sino uno de los virajes tácticos de Zapatero, encaminado, sobre todo, a neutralizar ante Batasuna la presión de la Audiencia Nacional. No en vano, y al tiempo que Otegi aguardaba a declarar como imputado, Acebes decía que el anuncio de López y de Zapatero «es una coacción a los jueces que hoy van a determinar si encarcelan a los miembros de Batasuna».
Durante todo el día, la convocatoria del Pacto Antiterrorista planeó sobre los populares como un interrogante. Acebes se esforzó una y otra vez en calificar de «un ejercicio de intoxicación y de manipulación» de los socialistas la existencia de conversaciones secretas entre los dos partidos para convocar una reunión. Los hombres de Rajoy trasladaron su escepticismo hacia la verdadera intención de Zapatero de cumplir en breve con la promesa que hizo a Rajoy.
Los ánimos en el partido hacia Zapatero estaban caldeados. Se sentían engañados de nuevo y traicionados en la lealtad demostrada por Rajoy. No obstante, y fieles a la estrategia del jefe de filas, los populares no escenificaron ninguna ruptura, y ni siquiera anunciaron decisión alguna sobre su muy posible apoyo a la manifestación convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo del día 10 de junio.
Lo que hicieron fue recibir en su sede al Foro Ermua y dejar que dicha asociación hiciera el recuento de acciones violentas de la presente tregua de ETA: de 18.000 a 60.000 euros exigidos a 20 empresarios; 72.000 euros recaudados en bonos y 285.000 euros en daños en acciones de terrorismo callejero.
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«La posición del PP y de Rajoy», dijo, «de apoyo a la verificación de que ETA va a disolverse» es «incompatible» con el «disparate» de que «se convierta a Batasuna en interlocutor válido del PSOE o del Gobierno, aunque ETA no desaparezca, y siga la actividad de la banda terrorista sin que haya condenado la violencia, sin que haya pedido perdón a las víctimas, sin que cumpla la Ley de Partidos, y contra la sentencia del Supremo».
Además de trazar con brillantina la última de las líneas rojas, el número dos de Rajoy arremetió contra el presidente y le llamó mentiroso y traidor. Lo primero, por otorgar interlocución política a la formación ilegalizada para el actual proceso, a pesar de haber declarado, primero en EL MUNDO, y luego en el Congreso, «primero, la paz y luego, la política». «Está jugando con fuego y con mentiras», afirmó Acebes sobre Zapatero. En cuanto a la traición, Acebes aseguró que semejante decisión supone «pagar un precio político», lo que, según sus palabras, constituye «una traición al Pacto Antiterrorista y a la Ley de Partidos».
Acebes acusó también al jefe del Ejecutivo de «ocultar» deliberadamente sus intenciones al Congreso durante su debate con el jefe de la oposición de la víspera. El dirigente popular aplicó así la agravante de «nocturnidad» al anuncio que, aunque hecho por Patxi López, dio por autorizado previamente por Zapatero, antes de que el propio presidente del Gobierno lo refrendara ayer.
Por otra parte, el enfado de los populares llegaba al punto de creer que el de ayer no fue sino uno de los virajes tácticos de Zapatero, encaminado, sobre todo, a neutralizar ante Batasuna la presión de la Audiencia Nacional. No en vano, y al tiempo que Otegi aguardaba a declarar como imputado, Acebes decía que el anuncio de López y de Zapatero «es una coacción a los jueces que hoy van a determinar si encarcelan a los miembros de Batasuna».
Durante todo el día, la convocatoria del Pacto Antiterrorista planeó sobre los populares como un interrogante. Acebes se esforzó una y otra vez en calificar de «un ejercicio de intoxicación y de manipulación» de los socialistas la existencia de conversaciones secretas entre los dos partidos para convocar una reunión. Los hombres de Rajoy trasladaron su escepticismo hacia la verdadera intención de Zapatero de cumplir en breve con la promesa que hizo a Rajoy.
Los ánimos en el partido hacia Zapatero estaban caldeados. Se sentían engañados de nuevo y traicionados en la lealtad demostrada por Rajoy. No obstante, y fieles a la estrategia del jefe de filas, los populares no escenificaron ninguna ruptura, y ni siquiera anunciaron decisión alguna sobre su muy posible apoyo a la manifestación convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo del día 10 de junio.
Lo que hicieron fue recibir en su sede al Foro Ermua y dejar que dicha asociación hiciera el recuento de acciones violentas de la presente tregua de ETA: de 18.000 a 60.000 euros exigidos a 20 empresarios; 72.000 euros recaudados en bonos y 285.000 euros en daños en acciones de terrorismo callejero.
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