ZAPATERO ROMPE SUS PROMESAS, ETA IMPONE SU CHANTAJE

1-06-06



EDITORIAL

ZAPATERO ROMPE SUS PROMESAS, ETA IMPONE SU CHANTAJE


Zapatero respondió el pasado 17 de abril de forma categórica en la entrevista publicada por EL MUNDO que «evidentemente» no habría diálogo con ninguna fuerza política ilegalizada. Aseguró que no pagaría «ningún precio político» en una eventual negociación con la banda. Y precisó sus prioridades: «Primero, la paz y luego, la política».

Ayer dijo lo contrario en el Congreso cuando manifestó que «el fin de la violencia va a ser una tarea que lleve su tiempo» pero que ello «no va a impedir que el diálogo político empiece». Ese diálogo va a comenzar antes de finalizar el mes de junio con Batasuna. Según informa hoy nuestro periódico, ha sido el presidente del Gobierno quien personalmente ha autorizado el inicio de contactos entre el PSE y la formación de Arnaldo Otegi. Aunque ayer mismo Zapatero matizó en TV3 que el encuentro debe servir para pedirle a la formación ilegalizada un «rechazo explícito de la violencia» y que se trata de «un diálogo para que estén en política», es obvio que para eso no hace falta reunirse y que enmascara una «negociación política».

Patxi López, secretario general del PSE, fue meridianamente claro anteayer cuando afirmó que Batasuna era «un interlocutor necesario» y que era partidario de «negociaciones incluyentes» que «permitan ampliar los consensos políticos» y supongan «un proceso de diálogo multipartito» en el País Vasco. No hay, pues, posibilidad de equívoco ni de interpretación alternativa: lo que el PSE va a hacer es sentarse en una mesa para iniciar una «negociación política» con un partido ilegalizado, considerado por la Justicia como un mero apéndice de una banda terrorista. Y lo va a hacer sin una previa renuncia a la violencia de esa formación, que actúa como un instrumento de la organización armada.

Flagrantes contradicciones

Ello supone no sólo incumplir lo que han dicho y han defendido el propio Zapatero, la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega, los ministros de Defensa e Interior y otros miembros del Gobierno sino además vulnerar de forma flagrante la Ley de Partidos y la sentencia del Supremo que ilegalizaba Batasuna, clausuraba sus sedes y les privaba de grupo parlamentario.

También contradice la resolución aprobada en el Congreso a propuesta del PSOE hace un año, en la que se hacía constar que «las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular». Huelga decir que Batasuna no reúne precisamente esa condición.

Y, por último, Zapatero destroza el Pacto Antiterrorista, que establecía la necesidad de buscar soluciones al conflicto vasco en el marco de la Constitución y el diálogo de los partidos democráticos, que postulaba «el compromiso del PSOE y del PP para trabajar para que desaparezca cualquier legitimación política de la violencia» y concluía que no se podrá pagar «ventaja o rédito alguno» por la paz.

Zapatero se ha cargado de un plumazo todos estos acuerdos. Sus palabras de ayer ponen en evidencia que ha estado haciendo un doble juego, diciendo a unos que no iba a entablar una negociación política con ETA ni con su brazo político y diciendo a otros justamente lo contrario, que es lo que va a hacer.

En la reciente entrevista publicada por Gara con los dirigentes de la banda, éstos afirmaban que, gracias a «la lucha de la izquierda abertzale», ha sido posible recoger «la cosecha» de un nuevo escenario político y «abrir la situación actual». Los representantes de ETA hablaban de «una fórmula consensuada sobre la territorialidad y la autodeterminación» y advertían que administrarán la tregua «en función del desarrollo del proceso».

La decisión de Zapatero confirma el análisis de la dirección de ETA. Y el pronto inicio de una negociación con Batasuna, que sigue sin distanciarse de la banda, suena a la aceptación de un chantaje de sus dirigentes, que emplazaron al Gobierno a sentarse en una mesa tras constituir una comisión negociadora.

El hecho de que sea el PSE y no el Ejecutivo quien lo haga no resta importancia al hecho de que Zapatero haya acabado por aceptar esa «interlocución necesaria» con un partido ilegal, cuyas manifestaciones han sido prohibidas hace un mes por la Justicia y cuyos líderes declararon ayer en la Audiencia Nacional, en un sumario en el que están acusados de pertenencia a banda armada.

El engaño

Mariano Rajoy aceptó anteayer no hablar del alto el fuego y la negociación con ETA en el debate del estado de la Nación. Fue engañado por un Zapatero que maniobraba a sus espaldas. Ayer, el presidente del Gobierno no tuvo inconveniente alguno en abordar el tema con el portavoz del PNV y de otros partidos, lo que revela la tomadura de pelo al líder del PP. Rajoy renunció a una baza formidable y perdió por 17 puntos en un combate previamente amañado.

El juez Grande-Marlaska debe decidir hoy si encarcela a Otegi, Permach, Barrena y la plana mayor de Batasuna. Necesitará mucho valor para enviarles a prisión contra el criterio del fiscal de la Audiencia Nacional, que no ha pedido la adopción de ningún tipo de medidas cautelares contra los imputados, y tras su elevación a ese rango de interlocutores políticos del PSE. El ministro de Justicia, López Aguilar, propugnó ayer la interpretación de las resoluciones de los jueces «en un contexto histórico y social», lo que supone un claro mensaje a Marlaska para que no meta en la cárcel a Otegi.

Zapatero ha incumplido su compromiso y ha cruzado las líneas rojas que él mismo se había marcado. Por ello, nuestro periódico suspende «el apoyo provisional, tasado y vigilante» que concedió al Gobierno en la actual encrucijada. El final de todo esto es muy importante, pero ni siquiera el mejor de los imaginables justificaría la quiebra de la palabra dada, del orden jurídico y de la legalidad democrática. Tres abismos en los que acaba de caer el presidente.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
"La paz sin honor no es paz, es rendición". Muy buena, pero explícasela a la madre o al hijo del próximo muerto. Cuando esté con su ser querido fallecido en brazos, le preguntas si le gustaría que se hubiera acabado esta pesadilla unos meses antes. Y si hay que acabar con la violencia ¿con quién tienes que hablar sino con los violentos? Hablar no es ceder, es conocer el argumento del otro aunque sea para rebatirlo.
Kickjor ha dicho que…
Si fuera sólo hablar para tratar de las condiciones de su desarme todos estariamos de acuerdo.

El problema es cuando se cede, cuando se desarma el Estado de Derecho y 1000 muertos lo único que sirven es para ceder al chantaje terrorista.

Dile tu a esos 1000 muertos que su sacrificio no ha valido para nada. ETA estaba prácticamente derrotada y ZP le está dando una victoria que no merece y una derrota al Estado de Derecho que tampoco merecemos.

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