Ve normal que Del Olmo no tuviera la mochila auténtica
31-05-06
11-M / Las lagunas de la investigación / LAS DOS PRUEBAS CLAVE
Ve normal que Del Olmo no tuviera la mochila auténtica
MANUEL MARRACO
11-M / Las lagunas de la investigación / LAS DOS PRUEBAS CLAVE
Ve normal que Del Olmo no tuviera la mochila auténtica
MANUEL MARRACO
MADRID.- Es normal que el juez no tuviera la mochila de Vallecas.Tan normal, según las respuestas de Interior, como que tampoco dispusiera en su despacho de los coches empleados para el 11-M. Así consta en una de las múltiples preguntas populares sobre uno de los elementos clave de la investigación. Nada extraño en la mochila, ni en la furgoneta Renault Kangoo, igualmente clave. ¿Sospechas de que se pueda tratar de señuelos para orientar la investigación en un sentido? «No existe tal sospecha».
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«La mochila, como el resto de componentes de los artefactos explosivos, de conformidad con la normativa que regula la especialidad, quedan en depósito en la Unidad de Desactivación de Explosivos a disposición de la autoridad judicial». La respuesta no explica por qué el magistrado creía que la bolsa que guardaba en la Audiencia era la auténtica. «Nadie dio una mochila falsa», se añade en otra de las respuestas. «Se envió una mochila de similares características adquirida para el estudio de las fibras y lugar de adquisición».No se aclara por qué la mochila que debía servir para efectuar pruebas periciales la tenía el juez y la que debe servir como prueba estaba en manos de la Policía.
Respecto a las razones por las que el jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, informó erróneamente de que el explosivo de la furgoneta y el de la mochila eran iguales, Interior afirma que «en el auto queda claro que no hay tal manipulación [para hacer coincidir los informes]». Ni hay manipulación ni hay ocultación, puesto que también se niega que Manzano ocultase a Del Olmo durante meses que había una radiografía de la mochila. El juez sólo lo supo cuando otro responsable de los Tedax le informó a iniciativa propia. Pese a todo, «no existió dicha ocultación». Esa radiografía desveló un dato muy relevante: la mochila no podía estallar.Según la respuesta a la diputada popular, «una radiografía realizada al explosivo muestra que, al parecer, uno de los cables estaba suelto».
A las frecuentes remisiones al auto de procesamiento Interior añade salidas por la tangente. ¿Cómo es posible que no se localizara la mochila de Vallecas si los trenes se revisaron «dos veces de la cabeza a la cola», según los Tedax? Respuesta: «Todos los efectos de El Pozo fueron enviados primero al Ifema y posteriormente a la comisaría de Policía de Puente de Vallecas. En una de las 17 bolsas de efectos recogidas fue donde apareció la mochila».
Pese al periplo de la mochila, el Ejecutivo no alberga duda de que se mantuvo la cadena de custodia necesaria para que ofrezca plenas garantías como prueba. «La respuesta es sí, tal y como recoge el auto, que afirma que en todo momento se mantuvo la cadena de custodia».
No es especialmente prolija la respuesta a si existe certeza de que la furgoneta fuera «verdaderamente robada». «La denuncia efectuada el 28 de febrero de 2004 fue por robo».
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«La mochila, como el resto de componentes de los artefactos explosivos, de conformidad con la normativa que regula la especialidad, quedan en depósito en la Unidad de Desactivación de Explosivos a disposición de la autoridad judicial». La respuesta no explica por qué el magistrado creía que la bolsa que guardaba en la Audiencia era la auténtica. «Nadie dio una mochila falsa», se añade en otra de las respuestas. «Se envió una mochila de similares características adquirida para el estudio de las fibras y lugar de adquisición».No se aclara por qué la mochila que debía servir para efectuar pruebas periciales la tenía el juez y la que debe servir como prueba estaba en manos de la Policía.
Respecto a las razones por las que el jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, informó erróneamente de que el explosivo de la furgoneta y el de la mochila eran iguales, Interior afirma que «en el auto queda claro que no hay tal manipulación [para hacer coincidir los informes]». Ni hay manipulación ni hay ocultación, puesto que también se niega que Manzano ocultase a Del Olmo durante meses que había una radiografía de la mochila. El juez sólo lo supo cuando otro responsable de los Tedax le informó a iniciativa propia. Pese a todo, «no existió dicha ocultación». Esa radiografía desveló un dato muy relevante: la mochila no podía estallar.Según la respuesta a la diputada popular, «una radiografía realizada al explosivo muestra que, al parecer, uno de los cables estaba suelto».
A las frecuentes remisiones al auto de procesamiento Interior añade salidas por la tangente. ¿Cómo es posible que no se localizara la mochila de Vallecas si los trenes se revisaron «dos veces de la cabeza a la cola», según los Tedax? Respuesta: «Todos los efectos de El Pozo fueron enviados primero al Ifema y posteriormente a la comisaría de Policía de Puente de Vallecas. En una de las 17 bolsas de efectos recogidas fue donde apareció la mochila».
Pese al periplo de la mochila, el Ejecutivo no alberga duda de que se mantuvo la cadena de custodia necesaria para que ofrezca plenas garantías como prueba. «La respuesta es sí, tal y como recoge el auto, que afirma que en todo momento se mantuvo la cadena de custodia».
No es especialmente prolija la respuesta a si existe certeza de que la furgoneta fuera «verdaderamente robada». «La denuncia efectuada el 28 de febrero de 2004 fue por robo».
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