Rajoy lanza el Estatuto contra Zapatero y Mas inicia su carrera electoral hacia la Generalitat
3-06-06
REFERÉNDUM EN CATALUÑA / La jornada
Rajoy lanza el Estatuto contra Zapatero y Mas inicia su carrera electoral hacia la Generalitat
Esquerra coincide con el PP en pedir que, si gana el 'no', se retome el proceso desde el inicio
FÉLIX MARTINEZ
REFERÉNDUM EN CATALUÑA / La jornada
Rajoy lanza el Estatuto contra Zapatero y Mas inicia su carrera electoral hacia la Generalitat
Esquerra coincide con el PP en pedir que, si gana el 'no', se retome el proceso desde el inicio
FÉLIX MARTINEZ
BARCELONA.- Si aún quedaba alguien en Cataluña que albergara la esperanza de que la campaña electoral para el referéndum del próximo 18 de junio versara sobre el Estatuto, ayer debió quedar definitivamente decepcionado.
La principal estrella de la jornada, el presidente del PP, Mariano Rajoy, arrojó el Estatuto contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. La campaña del principal líder de la oposición no es sólo contra el «Estatuto de La Moncloa», sino contra toda la política territorial del Gobierno del PSOE -proceso vasco de paz incluido- que, según Rajoy, debe ser castigado.
(.../...)
Pero el presidente del PP no fue el único que aprovechó la campaña del Estatuto para su particular batalla política. El presidente de CiU, Artur Mas, principal rival del próximo candidato socialista -sea quien sea- a la Presidencia de la Generalitat, hacía ayer promesas electorales más pensadas para las autonómicas que previsiblemente se celebrarán en noviembre. Eso sí, el contexto era un acto en el que los principales dirigentes de la federación nacionalista iban a explicar las bondades del nuevo Estatuto en materia de política fiscal y financiera.
Rajoy, que inició en Tarragona la primera de las seis visitas a Cataluña que tiene previstas para los próximos 15 días, dejó claro que el objetivo de su campaña de desgaste no es otro que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que no aterrizará en tierras catalanas hasta mañana. El mensaje del líder del PP, que apareció flanqueado por los principales dirigentes de un desdibujado Partido Popular de Cataluña, no podía ser más directo: el no en el referéndum del Estatuto debe ser masivo para que Zapatero reciba el mensaje de que el proyecto debe ser retirado para iniciar el proceso desde cero. Piqué, por cierto, tuvo un encontronazo la noche del jueves con un grupo de agitadores -a los que no dudó en tildar de «hijos de puta»- que intentaban reventar su inicio de campaña.
Curiosamente, los dirigentes de ERC Joan Ridao y Marina Llansana, que sí parecían interesados en explicar el porqué de su no al Estatuto, completamente distinto al del PP, según ellos, acabaron pidiendo precisamente lo mismo que viene pidiendo el líder de los populares catalanes, Josep Piqué: suprimir de un plumazo los 27 meses que ha costado su elaboración para iniciar de nuevo el proceso. Y es que Esquerra es quien más tiene que esforzarse en explicar su postura en el referéndum, porque ha pasado del sí al no, pasando por el sí crítico y por el voto nulo político.
De hecho, el presidente del partido, Josep Lluís Carod-Rovira, se dedicaba, mientras Ridao y Llansana hacían campaña, a calmar los ánimos en el seno de su partido. Carod se reunió con 70 dirigentes a los que intentó tranquilizar para evitar un congreso extraordinario de la formación. Algunos de los principales líderes republicanos creen que el giro de ERC debería tener consecuencias en la dirección.
Mientras tanto, la dirección del PSC, a la espera de que hoy empiecen a llegar los primeros espadas del PSOE -hoy interviene el secretario de organización del partido, José Blanco, y mañana, Zapatero- mantuvo ayer una campaña de perfil bajo. Entre otras cosas porque el principal acto de la jornada, que fue presidido en Cornellà por el primer secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla, estuvo a punto de ser reventado por los trabajadores de Braun, cuya empresa tiene previsto despedirles en poco más de un año para deslocalizar la producción.
Montilla tuvo que prometer al comité de empresa de Braun que viajará a Alemania para intentar convencer a los directivos de la multinacional de que reconsideren su decisión para poder concluir su primer acto en la ciudad de la que fue alcalde durante casi 20 años.
La principal estrella de la jornada, el presidente del PP, Mariano Rajoy, arrojó el Estatuto contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. La campaña del principal líder de la oposición no es sólo contra el «Estatuto de La Moncloa», sino contra toda la política territorial del Gobierno del PSOE -proceso vasco de paz incluido- que, según Rajoy, debe ser castigado.
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Pero el presidente del PP no fue el único que aprovechó la campaña del Estatuto para su particular batalla política. El presidente de CiU, Artur Mas, principal rival del próximo candidato socialista -sea quien sea- a la Presidencia de la Generalitat, hacía ayer promesas electorales más pensadas para las autonómicas que previsiblemente se celebrarán en noviembre. Eso sí, el contexto era un acto en el que los principales dirigentes de la federación nacionalista iban a explicar las bondades del nuevo Estatuto en materia de política fiscal y financiera.
Rajoy, que inició en Tarragona la primera de las seis visitas a Cataluña que tiene previstas para los próximos 15 días, dejó claro que el objetivo de su campaña de desgaste no es otro que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que no aterrizará en tierras catalanas hasta mañana. El mensaje del líder del PP, que apareció flanqueado por los principales dirigentes de un desdibujado Partido Popular de Cataluña, no podía ser más directo: el no en el referéndum del Estatuto debe ser masivo para que Zapatero reciba el mensaje de que el proyecto debe ser retirado para iniciar el proceso desde cero. Piqué, por cierto, tuvo un encontronazo la noche del jueves con un grupo de agitadores -a los que no dudó en tildar de «hijos de puta»- que intentaban reventar su inicio de campaña.
Curiosamente, los dirigentes de ERC Joan Ridao y Marina Llansana, que sí parecían interesados en explicar el porqué de su no al Estatuto, completamente distinto al del PP, según ellos, acabaron pidiendo precisamente lo mismo que viene pidiendo el líder de los populares catalanes, Josep Piqué: suprimir de un plumazo los 27 meses que ha costado su elaboración para iniciar de nuevo el proceso. Y es que Esquerra es quien más tiene que esforzarse en explicar su postura en el referéndum, porque ha pasado del sí al no, pasando por el sí crítico y por el voto nulo político.
De hecho, el presidente del partido, Josep Lluís Carod-Rovira, se dedicaba, mientras Ridao y Llansana hacían campaña, a calmar los ánimos en el seno de su partido. Carod se reunió con 70 dirigentes a los que intentó tranquilizar para evitar un congreso extraordinario de la formación. Algunos de los principales líderes republicanos creen que el giro de ERC debería tener consecuencias en la dirección.
Mientras tanto, la dirección del PSC, a la espera de que hoy empiecen a llegar los primeros espadas del PSOE -hoy interviene el secretario de organización del partido, José Blanco, y mañana, Zapatero- mantuvo ayer una campaña de perfil bajo. Entre otras cosas porque el principal acto de la jornada, que fue presidido en Cornellà por el primer secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla, estuvo a punto de ser reventado por los trabajadores de Braun, cuya empresa tiene previsto despedirles en poco más de un año para deslocalizar la producción.
Montilla tuvo que prometer al comité de empresa de Braun que viajará a Alemania para intentar convencer a los directivos de la multinacional de que reconsideren su decisión para poder concluir su primer acto en la ciudad de la que fue alcalde durante casi 20 años.
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