ZAPATERO PREFIERE CEDER ANTE BATASUNA QUE CONTAR CON EL PP

2-06-06



EDITORIAL

ZAPATERO PREFIERE CEDER ANTE BATASUNA QUE CONTAR CON EL PP


Zapatero no consiguió ayer disipar la enorme y creciente alarma generada por su decisión de autorizar un encuentro minuciosamente descrito por Patxi López como una «negociación política» en toda regla entre el PSE y Batasuna, adoptada en contra no sólo de sus propios compromisos públicos, sino también -y esto es lo más grave- de su obligación de guardar y hacer guardar el Estado de Derecho. Zapatero primero intentó atribuir la iniciativa a una decisión personal de López, lo cual es inverosímil además de contradictorio con el respaldo que le ha otorgado. Y luego intentó explicar que su posición -«primero la paz y luego la política»- no ha variado «en absoluto». Incluso llegó a pedir que no se hagan «interpretaciones insólitas» al hilo de sus afirmaciones en el Congreso y pidió «sosiego» al PP.

Pero sus explicaciones resultaron muy poco, por no decir nada, convincentes. Afirmar que no va a haber «diálogo político» con el brazo político de ETA, sino un encuentro para «instarles a que puedan tener el diálogo político» es tomar por tontos a los ciudadanos, que asisten atónitos a su capacidad para tergiversar el sentido de las palabras y vaciar los conceptos de contenido.Se añade al comentario de Blanco sobre la necesidad de decirle a Batasuna « mirándola a los ojos» que debe cumplir la ley. Y a la afirmación de la vicepresidenta de que no se hablará con Batasuna «en términos políticos». Perogrullada tras perogrullada.¡Como si fuera necesario informar personalmente a Otegi y sus secuaces de lo que deben hacer para volver a la legalidad! Y, en todo caso, al margen del contenido de dicho encuentro, su mera celebración supondría un triunfo para Batasuna, que necesita demostrar a los suyos que el marco legal ha quedado superado por la presión que -a punta de pistola- viene ejerciendo hace tres décadas la izquierda abertzale. Si lo que pretende el Gobierno es hacer un gesto que estimule la condena de la violencia por parte de Batasuna, que lo haga de acuerdo con el Estado de Derecho.Es decir, sin vulnerar la Ley de Partidos ni las sentencias del Supremo. Y sobre todo sin transmitir a los jueces y a los ciudadanos la inquietante sensación de que el poder Ejecutivo tiene una concepción utilitaria de la legalidad. El Gobierno no puede apoyar una negociación con el brazo político de los terroristas aunque jamás hayan condenado la violencia y, esto también es clave, aunque ETA no haya hecho ningún gesto que permita acreditar su voluntad de dejar las armas. Y menos aún puede hacerlo a sabiendas de que supondría el final del apoyo del PP. Zapatero no sólo no ha contado con el PP para dar este paso, sino que ni siquiera le informó previamente de su intención de darlo. Lo cual demuestra que prefiere ceder ante Batasuna que mantener el apoyo de Rajoy.En este contexto, está plenamente justificado el anuncio de Rajoy de que si el PSE se reúne con Batasuna, el PP retirará el apoyo que hasta ahora lealmente ha prestado a Zapatero. Y también la decisión del Grupo Popular de presentar toda una batería de iniciativas políticas, empezando por una propuesta de resolución instando al Gobierno a no apoyar una reunión con Batasuna, que sin duda colocará en una situación muy embarazosa al PSOE.

Zapatero no sólo ha rebasado las líneas rojas del Pacto Antiterrorista y su acuerdo personal con Rajoy, sino que está deslegitimando el Estado de Derecho. Aunque el encuentro entre el PSE y Batasuna diera pie a que los proetarras condenaran la violencia, nada podría soslayar el gravísimo precedente que supondría que un Gobierno erosionara la legalidad para conseguir sus objetivos.El fin nunca justifica los medios. Y menos aún cuando esos medios incluyen el socavamiento de la legalidad democrática y la quiebra de nuestro ordenamiento jurídico. Es decir, de nuestro sistema de convivencia.

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