A ETA se le entiende todo
27-09-06
A ETA se le entiende todo
CAYETANO GONZALEZ
A ETA se le entiende todo
CAYETANO GONZALEZ
«Confirmamos el compromiso de seguir luchando firmemente, con las armas en la mano, hasta conseguir la independencia y el socialismo de Euskal Herria. ¡Tenemos la sangre preparada para darla por ella! ¡Lo conseguiremos!». Tres encapuchados de ETA leyeron el pasado sábado este mensaje, dirigido fundamentalmente al Gobierno, con motivo del Gudari Eguna. Para que no hubiese dudas de la paternidad intelectual de tan honda reflexión, los encapuchados acabaron su intervención con siete tiros al aire.
(.../...)
Aparte de que la Audiencia Nacional haya instado a las Fuerzas de Seguridad del Estado, entre ellas a la Ertzaintza, para que investiguen los hechos, parece evidente que tanto el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, como su homólogo del Gobierno vasco, Javier Balza, deben explicar a la opinión pública cómo es posible que aquelarres de este tipo se sigan produciendo con total impunidad en el País Vasco. ¡Qué bofetada al Estado de Derecho la recibida el pasado sábado!
Habrá que aceptar que a ETA se le entiende todo. Expone con absoluta claridad sus objetivos. Lo ha hecho siempre, aunque todavía hay algunos tontos útiles que no se quieren enterar, si bien es verdad que ya no se atreven ni a decir que ese tipo de mensajes de la banda terrorista son para consumo interno. ETA nunca ha renunciado ni a la independencia ni a su derivada inmediata, la unidad territorial de lo que entienden por Euskal Herria: los tres territorios de la Comunidad Autónoma Vasca, Navarra e Iparralde. Por eso asesinan y extorsionan desde hace 40 años y no parecen estar muy dispuestos a dejar de hacerlo si no se les da lo que piden.
Por contraste con la claridad con la que siempre se expresa ETA, qué vaciedad se detecta en los mensajes de los responsables del Gobierno cuando se refieren a lo que ellos mismos denominan, en un mimetismo sumamente preocupante con el nacionalismo y con el entorno etarra, proceso de paz. Se les nota demasiado a los portavoces gubernamentales su falta de convicciones, de valores, su falta de respeto a la memoria de las víctimas de terrorismo. Ahora parecen preocupados con el cariz tan feo que están tomando las cosas, demostrando que han sido unos irresponsables, pues no hay que tener muchas luces para saber que a ETA no se le engaña tan fácilmente como algunas cabezas pensantes del proceso consideraban.
No hay que perder la esperanza en que Zapatero tenga un instante de lucidez y decida intentar salir del laberinto en el que él solito se ha metido. Lo debería hacer cuanto antes. Para ello, sería fundamental que intentara recomponer lo que rompió al llegar a la Presidencia del Gobierno: el entendimiento con el principal partido de la oposición, plasmado en el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo. Éste contenía un mensaje letal para los terroristas: perded toda esperanza de lograr vuestros objetivos por la violencia, porque, gobierne quien gobierne, no lo permitiremos. ETA lo entendió; ha reconocido que fue lo que más daño les hizo, aunque luego se encontró con los salvavidas lanzados por Zapatero, incluso cuando era líder de la oposición. Y en ésas estamos: tres encapuchados de ETA pegando tiros y el presidente del Gobierno pidiendo confianza y paciencia.
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Aparte de que la Audiencia Nacional haya instado a las Fuerzas de Seguridad del Estado, entre ellas a la Ertzaintza, para que investiguen los hechos, parece evidente que tanto el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, como su homólogo del Gobierno vasco, Javier Balza, deben explicar a la opinión pública cómo es posible que aquelarres de este tipo se sigan produciendo con total impunidad en el País Vasco. ¡Qué bofetada al Estado de Derecho la recibida el pasado sábado!
Habrá que aceptar que a ETA se le entiende todo. Expone con absoluta claridad sus objetivos. Lo ha hecho siempre, aunque todavía hay algunos tontos útiles que no se quieren enterar, si bien es verdad que ya no se atreven ni a decir que ese tipo de mensajes de la banda terrorista son para consumo interno. ETA nunca ha renunciado ni a la independencia ni a su derivada inmediata, la unidad territorial de lo que entienden por Euskal Herria: los tres territorios de la Comunidad Autónoma Vasca, Navarra e Iparralde. Por eso asesinan y extorsionan desde hace 40 años y no parecen estar muy dispuestos a dejar de hacerlo si no se les da lo que piden.
Por contraste con la claridad con la que siempre se expresa ETA, qué vaciedad se detecta en los mensajes de los responsables del Gobierno cuando se refieren a lo que ellos mismos denominan, en un mimetismo sumamente preocupante con el nacionalismo y con el entorno etarra, proceso de paz. Se les nota demasiado a los portavoces gubernamentales su falta de convicciones, de valores, su falta de respeto a la memoria de las víctimas de terrorismo. Ahora parecen preocupados con el cariz tan feo que están tomando las cosas, demostrando que han sido unos irresponsables, pues no hay que tener muchas luces para saber que a ETA no se le engaña tan fácilmente como algunas cabezas pensantes del proceso consideraban.
No hay que perder la esperanza en que Zapatero tenga un instante de lucidez y decida intentar salir del laberinto en el que él solito se ha metido. Lo debería hacer cuanto antes. Para ello, sería fundamental que intentara recomponer lo que rompió al llegar a la Presidencia del Gobierno: el entendimiento con el principal partido de la oposición, plasmado en el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo. Éste contenía un mensaje letal para los terroristas: perded toda esperanza de lograr vuestros objetivos por la violencia, porque, gobierne quien gobierne, no lo permitiremos. ETA lo entendió; ha reconocido que fue lo que más daño les hizo, aunque luego se encontró con los salvavidas lanzados por Zapatero, incluso cuando era líder de la oposición. Y en ésas estamos: tres encapuchados de ETA pegando tiros y el presidente del Gobierno pidiendo confianza y paciencia.
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