Uriarte denuncia que «algo huele mal en este país» mientras no se aclare el 11-M
24-09-06
RELEVO EN NNGG / Los mensajes
Uriarte denuncia que «algo huele mal en este país» mientras no se aclare el 11-M
RELEVO EN NNGG / Los mensajes
Uriarte denuncia que «algo huele mal en este país» mientras no se aclare el 11-M
«Se han manipulado los informes, se han destruido pruebas y se ha faltado a la verdad», señala Zaplana sobre el Ministerio del Interior
CARMEN REMIREZ DE GANUZA
CARMEN REMIREZ DE GANUZA
MADRID.- Una única «bandera» política, la de la «libertad», fue la que esgrimió ayer al recién elegido presidente de las Nuevas Generaciones para lanzar su apuesta política más arriesgada. Nacho Uriarte, huyendo en su primera intervención ante el plenario de las Nuevas Generaciones de toda corrección política, se refirió al 11-M con la excusa de que se trataba de una cuestión recurrente en los medios de comunicación. «Creo que España, los ciudadanos y las víctimas se merecen saber qué pasó», dijo, y aún añadió: «Y mientras no sepamos la verdad, algo huele mal en este país».
Fue uno de los momentos más aplaudidos en una jornada que comenzó con la promesa de Rajoy de que, pese a haber pasado a la fase política de presentar una «alternativa», «seguiremos haciendo oposición»; y que se cerró con una sucesión de discursos de los portavoces parlamentarios y secretarios ejecutivos instando a los jóvenes a defender los «principios» del partido. Rajoy llegó incluso a insistir en esta idea esa misma tarde desde Sevilla, al asegurar que hablará en el Congreso «de lo que estime oportuno y conveniente y de lo que crea que es bueno para los intereses generales de España».
(.../...)
«No tengáis miedo», les dijo Eduardo Zaplana, que, en materia de 11-M, fue el más reivindicativo. «Hago siempre lo que mi partido establece, lo que el presidente dispone y lo que yo creo que en el ámbito de mi responsabilidad me corresponde».
«Yo sé que muchos de nuestros rivales se preocupan de nuestra salud política», prosiguió, «nuestros rivales, y los que no deberían serlo», añadió, antes de renegar de los «políticos de diseño», en un guiño a sus propios antagonistas dentro del partido.
Aseguró que, guardando la corrección política, el PP no habría recurrido el Estatuto de Cataluñaa ni habría salido a la calle a defender a las víctimas ni habría dado la batalla por los dos militantes del PP detenidos, por lo que hoy no habría condena.
«Las batallas que se dan son las que se ganan, sólo hay que aguantar la presión», afirmó el portavoz popular en el Congreso, quien llegó a poner en pie a los cachorros del PP cuando exigió al Gobierno «respuestas» y proclamó en relación al Ministerio del Interior socialista: «Se han manipulado los informes, se han destruido pruebas y se ha faltado a la verdad».
La «verdad» fue otra de las palabras más recurrentes, precisamente, esgrimida por Ignacio Astarloa para definir al PP. «El PP es el partido de la verdad», proclamó. «Dice la verdad, hasta cuando no le conviene», añadió en relación con los días que transcurrieron entre el 11 y el 14-M. «Y exige que todo el mundo respete la verdad y, que si no lo hace, quede en evidencia», terminó, al secundar la presión política al Gobierno socialista en torno a la investigación de los atentados terroristas.
Pero puestos a agitar voluntades, fue Jaime Mayor Oreja el que más alentó a los jóvenes del PP a «atreverse a defender posiciones que no reflejan las encuestas de opinión». El portavoz del Grupo parlamentario en la Eurocámara habló claro de esa «segunda Transición en España» con la que, dice, «el gobierno Zapatero intenta perpetuarse en el poder».
Pero, sobre todo, Mayor les alertó sobre la «segunda parte» de una operación política que comenzó con una «etapa rosa» presidida por el «diálogo sin límites» -con inmigrantes, con ETA, con países no alineados- y que ahora anuncia una «rectificación sólo estratégica». Instó a las nuevas generaciones a defender sus principios -admitiendo expresamente que en algunos casos no coinciden con los suyos propios- y a hacer frente a los «adversarios de nuestra cultura occidental».
Rajoy, por la mañana, en un coloquio informal con los jóvenes, se mostró, fiel a su estilo, mucho menos catastrofista para describir el panorama político.
El presidente del Partido Popular aseguró que «la estrategia» del presidente del Gobierno «es» hoy «la misma que la del 93 y el 96 (con González) porque no había ni ideas ni agenda y se les ocurrió excluir a los que eran la alternativa». «No lo consiguieron entonces ni tampoco lo harán ahora», proclamó, antes de que hoy mismo hable de nuevo a los jóvenes del «futuro».
Fue uno de los momentos más aplaudidos en una jornada que comenzó con la promesa de Rajoy de que, pese a haber pasado a la fase política de presentar una «alternativa», «seguiremos haciendo oposición»; y que se cerró con una sucesión de discursos de los portavoces parlamentarios y secretarios ejecutivos instando a los jóvenes a defender los «principios» del partido. Rajoy llegó incluso a insistir en esta idea esa misma tarde desde Sevilla, al asegurar que hablará en el Congreso «de lo que estime oportuno y conveniente y de lo que crea que es bueno para los intereses generales de España».
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«No tengáis miedo», les dijo Eduardo Zaplana, que, en materia de 11-M, fue el más reivindicativo. «Hago siempre lo que mi partido establece, lo que el presidente dispone y lo que yo creo que en el ámbito de mi responsabilidad me corresponde».
«Yo sé que muchos de nuestros rivales se preocupan de nuestra salud política», prosiguió, «nuestros rivales, y los que no deberían serlo», añadió, antes de renegar de los «políticos de diseño», en un guiño a sus propios antagonistas dentro del partido.
Aseguró que, guardando la corrección política, el PP no habría recurrido el Estatuto de Cataluñaa ni habría salido a la calle a defender a las víctimas ni habría dado la batalla por los dos militantes del PP detenidos, por lo que hoy no habría condena.
«Las batallas que se dan son las que se ganan, sólo hay que aguantar la presión», afirmó el portavoz popular en el Congreso, quien llegó a poner en pie a los cachorros del PP cuando exigió al Gobierno «respuestas» y proclamó en relación al Ministerio del Interior socialista: «Se han manipulado los informes, se han destruido pruebas y se ha faltado a la verdad».
La «verdad» fue otra de las palabras más recurrentes, precisamente, esgrimida por Ignacio Astarloa para definir al PP. «El PP es el partido de la verdad», proclamó. «Dice la verdad, hasta cuando no le conviene», añadió en relación con los días que transcurrieron entre el 11 y el 14-M. «Y exige que todo el mundo respete la verdad y, que si no lo hace, quede en evidencia», terminó, al secundar la presión política al Gobierno socialista en torno a la investigación de los atentados terroristas.
Pero puestos a agitar voluntades, fue Jaime Mayor Oreja el que más alentó a los jóvenes del PP a «atreverse a defender posiciones que no reflejan las encuestas de opinión». El portavoz del Grupo parlamentario en la Eurocámara habló claro de esa «segunda Transición en España» con la que, dice, «el gobierno Zapatero intenta perpetuarse en el poder».
Pero, sobre todo, Mayor les alertó sobre la «segunda parte» de una operación política que comenzó con una «etapa rosa» presidida por el «diálogo sin límites» -con inmigrantes, con ETA, con países no alineados- y que ahora anuncia una «rectificación sólo estratégica». Instó a las nuevas generaciones a defender sus principios -admitiendo expresamente que en algunos casos no coinciden con los suyos propios- y a hacer frente a los «adversarios de nuestra cultura occidental».
Rajoy, por la mañana, en un coloquio informal con los jóvenes, se mostró, fiel a su estilo, mucho menos catastrofista para describir el panorama político.
El presidente del Partido Popular aseguró que «la estrategia» del presidente del Gobierno «es» hoy «la misma que la del 93 y el 96 (con González) porque no había ni ideas ni agenda y se les ocurrió excluir a los que eran la alternativa». «No lo consiguieron entonces ni tampoco lo harán ahora», proclamó, antes de que hoy mismo hable de nuevo a los jóvenes del «futuro».
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