Presos de ETA coaccionan al Gobierno para participar en el 'proceso político'

27-10-06



ALTO EL FUEGO / La estrategia de la banda

Presos de ETA coaccionan al Gobierno para participar en el 'proceso político'


En la instancia dirigida a los directores de las cárceles para comunicar los dos días de huelga de hambre, exigen intervenir como 'colectivo' en la negociación para «superar el conflicto histórico que confronta a Euskal Herria con España»

ANGELES ESCRIVA

MADRID.- Los presos de ETA organizaron un acto de coacción al Gobierno convocando una huelga de hambre de dos días con el fin de hacerse valer como interlocutores en el «proceso político» iniciado contra el terrorismo y de presionar para que el Ejecutivo decida el acercamiento de los reclusos etarras a los centros penitenciarios vascos.

El ayuno voluntario, respaldado por las formaciones ilegalizadas Batasuna y Askatasuna, se llevó a cabo en los días 19 y 20 de este mes al socaire de la iniciativa emprendida por el etarra Iñaki de Juana Chaos. Fuentes penitenciarias sostienen que fue más la escenificación que el seguimiento real.

Lo hicieron tras la huelga de De Juana Chaos, en parte por aprovechar el efecto de los actos de protesta que se habían organizado para respaldarle y que quedaron sin objeto concreto cuando el terrorista decidió retomar una dieta de recuperación total el pasado día 9.
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De hecho, el ayuno queda enmarcado en un conjunto de actos más general, que combina el mensaje de consumo interno con el intento de presión al Ejecutivo, y cuyo colofón estaba previsto para hoy viernes con la convocatoria de una jornada de movilizaciones.

Así pues, un buen número de reclusos pertenecientes a la banda terrorista hizo llegar a los directores de sus respectivos centros las circulares en las que anunciaban su «renuncia a recoger los alimentos ofrecidos por el centro» durante esos dos días al «objeto de realizar un ayuno». Sin embargo, según fuentes de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, los reclusos optaron por aplicar su espíritu más práctico.

Efectivamente, según las citadas fuentes, fueron muchos los que rellenaron la instancia y no admitieron la comida ofrecida por la cárcel, pero no tantos los que llevaron a cabo el ayuno, porque en un porcentaje considerable optaron por consumir los productos que suelen tener en las celdas y recurrir al economato al que suelen acudir con mucha frecuencia. De modo que, superada la escenificación, el seguimiento real fue «poco, muy irregular y escaso».

En cualquier caso, la convocatoria fue hecha con los objetivos citados y en algunos centros como el de Villena, por ejemplo, fue secundada en términos prácticamente idénticos por los 10 presos ingresados allí y liderados por Josu Arkauz Arana, Josu de Mondragón, todo un histórico de la banda de 49 años.

La carta del propio Arana, combativamente, comunicaba su intención de no alimentarse durante esos dos días en «demanda de el [sic] "acercamiento del colectivo al que pertenezco a los centros más próximos de su lugar de origen en Euskal Herria y la participación del mismo colectivo en el proceso político abierto con el fin de superar el conflicto histórico que confronta Euskal Herria y España"».

Su «exposición» -redactada en algunos puntos en tercera persona- es una demostración clara de que la directriz recibida por este recluso fue muy concreta. El resto de los presos se limitó a desarrollar variaciones sobre la misma cuestión como en el caso de José María Mugika Pikabea, quien en su petición firmada el día 18 anunciaba que iba a «mantener un ayuno en reivindicación de que el Colectivo de Presos Políticos Vascos puedan cumplir sus penas en los lugares más cercanos a su entorno, así como reivindicar el status [sic] político vasco y tomar parte en el proceso abierto en Euskal Herria».

Lo cierto es que el hecho de que el movimiento en favor de los presos adquiriese una mayor dimensión a destiempo fue provocado por la actitud de De Juana Chaos en defensa de una postura individual que no fue secundada inicialmente por la izquierda abertzale.

En primer lugar ETA no es partidaria de reivindicaciones personales porque quiere controlar al colectivo hasta sus últimos extremos; y, en segundo lugar, tanto la dirección de la banda como, sobre todo, la dirección de Batasuna, consideraban que el momento en el que el terrorista había anunciado su huelga de hambre no era el más oportuno dada la situación de crisis del mal llamado proceso de paz.

Sin embargo, después de casi dos semanas de ser silenciado por sus propias huestes, el ayuno de De Juana Chaos trascendió públicamente, y la izquierda abertzale decidió aprovecharlo y movilizar a sus bases para presionar al Ejecutivo hasta que, tras los contactos con la dirección de Batasuna, la Fiscalía anunció que estudiaba reducir la petición de condena y, acto seguido, el preso dejó la huelga.

Lo que ocurrió fue que la mayor parte de las bases de la izquierda abertzale no entendió el abandono de la huelga de hambre por parte de un preso que había asegurado que seguiría «hasta el final» y se resistió a desconvocar actos que consideraba fundamentados en una reivindicación desde su punto de vista irrenunciable y que, en cualquier caso, no ha sido satisfecha por el Gobierno; y ha seguido manifestándose a favor de la Amnistía y de los acercamientos.

En el caso de los propios reclusos de ETA, esta situación coincide con el momento de ansiedad que están experimentando, según fuentes gubernamentales consultadas por este periódico. El Ejecutivo cree que los presos han enviado mensajes a la cúpula de la organización urgiéndole a acelerar el proceso para el fin de la violencia en el que ellos, como queda patente, quieren tener un papel de interlocutores.

Una solicitud que, desde el pasado miércoles parece verse abocada a quedar en suspensión dado el delicado momento que atraviesa el proceso tras el robo de armas en el sur de Francia y la advertencia del presidente de que este acto delictivo tendrá «consecuencias».

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