Los presos meten prisa a ETA
22-10-06
ALTO EL FUEGO / La posición de los 'abertzales'
Los presos meten prisa a ETA
El Gobierno cree que la organización ralentiza el proceso a la espera de cerrar la metodología de la mesa de partidos
FERNANDO GAREA
ALTO EL FUEGO / La posición de los 'abertzales'
Los presos meten prisa a ETA
El Gobierno cree que la organización ralentiza el proceso a la espera de cerrar la metodología de la mesa de partidos
FERNANDO GAREA
MADRID.- El Gobierno cree que los presos de ETA han enviado mensajes a la cúpula de la organización urgiéndola a acelerar el ritmo del proceso de paz. Fuentes autorizadas aseguran que la mayoría de los internos tiene la misma percepción que el Ejecutivo, es decir, que el proceso de paz mantiene un ritmo excesivamente lento.
Según esa versión del Gobierno, el cambio de ritmo de ETA tiene que ver con una decisión estratégica de la organización, pero en ningún caso con una resistencia para llevar adelante las conversaciones. A través de las vías indirectas de contacto que La Moncloa no ha perdido nunca, el Ejecutivo ha constatado la voluntad inequívoca de abandonar la violencia. Queda el paso fundamental de hacer público y explícito ese deseo.
(.../...)
El cambio de ritmo impuesto por ETA se refiere al hecho de que antes del verano lo primero era el contacto directo de la organización con el Gobierno y así lo asumió el propio Zapatero. Ahora, sin embargo, ETA prefiere asegurar previamente un pacto de mínimos sobre la metodología de la futura mesa de partidos, antes de contactar directamente con el Gobierno.
Según el Gobierno, los actuales dirigentes de ETA, con José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, a la cabeza, creen que si se llevara a cabo el primer encuentro con el Ejecutivo se aceleraría la impaciencia de los presos y presionarían para exigir soluciones. El Ejecutivo asegura que no tiene prisa y que cada día que pasa acerca el proceso al punto de convertirlo irreversible. Por eso, no rechaza en principio la ralentización que impone ETA. A día de hoy y siempre según esas fuentes del Ejecutivo, el primer paso será el de establecer la metodología de la mesa de partidos, luego será el contacto directo con ETA. Si todo va bien, se reunirá el foro de partidos, con presencia de una formación legal de la izquierda abertzale, pero nunca antes de 2007.
Incluso, esa primera reunión podría demorarse hasta después de las municipales de 2007, en las que Batasuna o el partido que le suceda de forma legal podrá concurrir.
Mesa de partidos
La metodología que se negocia estos días tiene que ver con la representación en la mesa de partidos, la forma en que se toman las decisiones por amplia mayoría y sus contenidos, entre otros. El acuerdo genérico y de mínimos de los partidos vascos sobre la metodología podría ir acompañado de una declaración pública de Zapatero sobre la importancia de que la izquierda abertzale acceda a sustituir la violencia por la política. El Gobierno mantiene abiertos los cauces de comunicación con ETA y asegura que, una vez que se produzca la decisión de poner en marcha la primera reunión, no es previsible que hay problemas logísticos.
Para los contactos preparatorios, antes del alto el fuego de marzo, el Gobierno contó con la ayuda de gobiernos como el suizo o el noruego, entre otros, para, por ejemplo, facilitar los movimientos de Josu Ternera, teóricamente buscado por la Justicia y por Interpol. El Ejecutivo asegura que, una vez que ETA acepte llevar a cabo la reunión, ésta se podría producir en un plazo de unos 20 días.
Como es sabido, el Centro para el Diálogo Humanitario (Center for Humanitarian Dialogue) con sede en Suiza es quien facilita los contactos.
Fuentes del Gobierno aseguran que en las últimas horas la Policía ha advertido de que la violencia callejera o kale borroka se mantendrá en los próximos días. La información policial muestra movimientos de la izquierda abertzale para intentar mantener la atención pública y la presión del Gobierno. Las citadas fuentes explican que la moción que casi con toda seguridad aprobará el Parlamento Europeo no responde a una exigencia de Batasuna, pero admiten que puede ayudar a mostrar un respaldo a la decisión de Zapatero de abordar el proceso de paz.
Ese respaldo, se uniría al expresado por otras personalidades como Tony Blair, el propio Papa o Jacques Chirac, entre otros. Batasuna y ETA siempre han concedido especial importancia al respaldo internacional, en paralelo a lo que ocurrió con Irlanda del Norte donde, incluso, el Parlamento Europeo aprobó ayudas en el Programa Peace.
Según esa versión del Gobierno, el cambio de ritmo de ETA tiene que ver con una decisión estratégica de la organización, pero en ningún caso con una resistencia para llevar adelante las conversaciones. A través de las vías indirectas de contacto que La Moncloa no ha perdido nunca, el Ejecutivo ha constatado la voluntad inequívoca de abandonar la violencia. Queda el paso fundamental de hacer público y explícito ese deseo.
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El cambio de ritmo impuesto por ETA se refiere al hecho de que antes del verano lo primero era el contacto directo de la organización con el Gobierno y así lo asumió el propio Zapatero. Ahora, sin embargo, ETA prefiere asegurar previamente un pacto de mínimos sobre la metodología de la futura mesa de partidos, antes de contactar directamente con el Gobierno.
Según el Gobierno, los actuales dirigentes de ETA, con José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, a la cabeza, creen que si se llevara a cabo el primer encuentro con el Ejecutivo se aceleraría la impaciencia de los presos y presionarían para exigir soluciones. El Ejecutivo asegura que no tiene prisa y que cada día que pasa acerca el proceso al punto de convertirlo irreversible. Por eso, no rechaza en principio la ralentización que impone ETA. A día de hoy y siempre según esas fuentes del Ejecutivo, el primer paso será el de establecer la metodología de la mesa de partidos, luego será el contacto directo con ETA. Si todo va bien, se reunirá el foro de partidos, con presencia de una formación legal de la izquierda abertzale, pero nunca antes de 2007.
Incluso, esa primera reunión podría demorarse hasta después de las municipales de 2007, en las que Batasuna o el partido que le suceda de forma legal podrá concurrir.
Mesa de partidos
La metodología que se negocia estos días tiene que ver con la representación en la mesa de partidos, la forma en que se toman las decisiones por amplia mayoría y sus contenidos, entre otros. El acuerdo genérico y de mínimos de los partidos vascos sobre la metodología podría ir acompañado de una declaración pública de Zapatero sobre la importancia de que la izquierda abertzale acceda a sustituir la violencia por la política. El Gobierno mantiene abiertos los cauces de comunicación con ETA y asegura que, una vez que se produzca la decisión de poner en marcha la primera reunión, no es previsible que hay problemas logísticos.
Para los contactos preparatorios, antes del alto el fuego de marzo, el Gobierno contó con la ayuda de gobiernos como el suizo o el noruego, entre otros, para, por ejemplo, facilitar los movimientos de Josu Ternera, teóricamente buscado por la Justicia y por Interpol. El Ejecutivo asegura que, una vez que ETA acepte llevar a cabo la reunión, ésta se podría producir en un plazo de unos 20 días.
Como es sabido, el Centro para el Diálogo Humanitario (Center for Humanitarian Dialogue) con sede en Suiza es quien facilita los contactos.
Fuentes del Gobierno aseguran que en las últimas horas la Policía ha advertido de que la violencia callejera o kale borroka se mantendrá en los próximos días. La información policial muestra movimientos de la izquierda abertzale para intentar mantener la atención pública y la presión del Gobierno. Las citadas fuentes explican que la moción que casi con toda seguridad aprobará el Parlamento Europeo no responde a una exigencia de Batasuna, pero admiten que puede ayudar a mostrar un respaldo a la decisión de Zapatero de abordar el proceso de paz.
Ese respaldo, se uniría al expresado por otras personalidades como Tony Blair, el propio Papa o Jacques Chirac, entre otros. Batasuna y ETA siempre han concedido especial importancia al respaldo internacional, en paralelo a lo que ocurrió con Irlanda del Norte donde, incluso, el Parlamento Europeo aprobó ayudas en el Programa Peace.
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