EL CHULO TXAPOTE
18-06-06
EL CHULO TXAPOTE
DICEN que después de matar a Miguel Angel Blanco vomitó. Así vive en prisión el etarra que ahora se mofa de la Justicia
ANA MARIA ORTIZ
EL CHULO TXAPOTE
DICEN que después de matar a Miguel Angel Blanco vomitó. Así vive en prisión el etarra que ahora se mofa de la Justicia
ANA MARIA ORTIZ
El jueves, Xavier García Gaztelu -Txapote en el santoral etarra- se reunió por primera vez en mucho tiempo con su familia más carnal. Celebraba su primer vis-à-vis de convivencia -cuatro horas en una sala con una mesa, sillas y un baño- desde que en diciembre fuera extraditado de Francia e ingresara en módulo de aislamiento de Soto del Real (Madrid). En el encuentro estaba su hijo, de tres años, a quien nunca ha visto fuera de un penal. Fue concebido en la cárcel francesa de Fleury en un vis-à-vis íntimo con Irantzu Gallastegi, compañera de sábanas, pistolas y prisión. Estaba también ella, rebautizada Amaia, llegada hace un mes y medio a Soto, e igualmente inquilina del módulo de aislamiento, en su caso del femenino.
(.../...)
La novedad en el trío era el niño, ya que Txapote, de 40 años, y Amaia, de 33, se habían visto las caras hacía unas horas, en el banquillo de acusados de la Audiencia Nacional, donde afrontaron altivamente el juicio por el asesinato del concejal del PP José Luis Caso (Rentería, 1997). Y volverán a verse a menudo porque la cuentas que ambos tienen pendientes con la Justicia son muchas. Su próxima cita, fuera del vis- à-vis de Soto, será mañana, de nuevo en la Audiencia, donde tendrán que responder por el asesinato de Miguel Angel Blanco. Comienza un juicio histórico.
Si Txapote y Amaia siguen el guión burlesco y desafiante escenificado esta semana es probable que aporten poco a un caso en el que, por otro lado, apenas quedan interrogantes. Según las informaciones policiales, habría sido el propio Txapote quien encañonó la nuca de Miguel Angel, mientras Amaia esperaba en el coche y un tercer miembro del comando Donosti, José Luis Geresta (fallecido en marzo de 1999), lo sujetaba. Se cuenta que sobre las 16.50 del 12 de julio de 1997, mientras el país rogaba que ETA no hubiera cumplido la sentencia, Txapote, revuelto tras haber apretado dos veces el gatillo, vomitaba. Fue Amaia quien interceptó a Miguel Angel en la estación de Eibar dos días antes. Dónde estuvo secuestrado esas 48 horas es la pregunta sin respuesta.
Tras el asesinato, Txapote, cobijado en Francia, fue ganando galones hasta hacerse en 1999 con la jefatura militar de ETA. Bien dotado para el liderazgo y militante del sector más duro, se opuso frontalmente a la tregua que la banda declaró en septiembre de 1998 y aprovechó el alto el fuego para rearmar hasta 20 comandos. Es, con mucho, el jefe de ETA que más se ha manchado las manos de sangre. Se le implica directamente, además de en los asesinatos citados, en el de Juan Santamaría, Enrique Nieto, José Ignacio Iruretagoyena, Manuel Zamareño, Fernando Múgica... Y podría haber ordenado ejecutar 54 atentados.
Txapote fue detenido en febrero de 2001 en la localidad francesa de Anglet. Condenado allí a 10 años por asociación de malhechores, ha sido extraditado temporalmente a España para ser juzgado. Está procesado por ocho causas. La actitud exhibida esta semana -«No voy a estar con estas tonterías de levántate y siéntate. No me marees», es sólo una de las lindezas que ha dirigido al presidente de la sala- es la misma con la que entró en Soto del Real. Aunque la constante afrenta con los funcionarios y el repetitivo «qué te crees, yo tengo mis derechos» de los primeros meses se ha tornado en una actitud más colaboradora. El régimen de aislamiento en el que vive le permite cinco llamadas a la semana, intervenidas como su correo. Todos los días recibe el Gara. Sale al patio tres horas y le alternan el compañero de paseo. El moldavo Pietro Arcan, el asesino de la baraja, o los procesados por el 11- M están entre los candidatos. A quien le toca, lo alecciona («No dejes que los funcionarios te pisoteen») y le ayuda a rellenar recursos. A veces, viste uno de las equipaciones de la selección vasca que le envían por correo.
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La novedad en el trío era el niño, ya que Txapote, de 40 años, y Amaia, de 33, se habían visto las caras hacía unas horas, en el banquillo de acusados de la Audiencia Nacional, donde afrontaron altivamente el juicio por el asesinato del concejal del PP José Luis Caso (Rentería, 1997). Y volverán a verse a menudo porque la cuentas que ambos tienen pendientes con la Justicia son muchas. Su próxima cita, fuera del vis- à-vis de Soto, será mañana, de nuevo en la Audiencia, donde tendrán que responder por el asesinato de Miguel Angel Blanco. Comienza un juicio histórico.
Si Txapote y Amaia siguen el guión burlesco y desafiante escenificado esta semana es probable que aporten poco a un caso en el que, por otro lado, apenas quedan interrogantes. Según las informaciones policiales, habría sido el propio Txapote quien encañonó la nuca de Miguel Angel, mientras Amaia esperaba en el coche y un tercer miembro del comando Donosti, José Luis Geresta (fallecido en marzo de 1999), lo sujetaba. Se cuenta que sobre las 16.50 del 12 de julio de 1997, mientras el país rogaba que ETA no hubiera cumplido la sentencia, Txapote, revuelto tras haber apretado dos veces el gatillo, vomitaba. Fue Amaia quien interceptó a Miguel Angel en la estación de Eibar dos días antes. Dónde estuvo secuestrado esas 48 horas es la pregunta sin respuesta.
Tras el asesinato, Txapote, cobijado en Francia, fue ganando galones hasta hacerse en 1999 con la jefatura militar de ETA. Bien dotado para el liderazgo y militante del sector más duro, se opuso frontalmente a la tregua que la banda declaró en septiembre de 1998 y aprovechó el alto el fuego para rearmar hasta 20 comandos. Es, con mucho, el jefe de ETA que más se ha manchado las manos de sangre. Se le implica directamente, además de en los asesinatos citados, en el de Juan Santamaría, Enrique Nieto, José Ignacio Iruretagoyena, Manuel Zamareño, Fernando Múgica... Y podría haber ordenado ejecutar 54 atentados.
Txapote fue detenido en febrero de 2001 en la localidad francesa de Anglet. Condenado allí a 10 años por asociación de malhechores, ha sido extraditado temporalmente a España para ser juzgado. Está procesado por ocho causas. La actitud exhibida esta semana -«No voy a estar con estas tonterías de levántate y siéntate. No me marees», es sólo una de las lindezas que ha dirigido al presidente de la sala- es la misma con la que entró en Soto del Real. Aunque la constante afrenta con los funcionarios y el repetitivo «qué te crees, yo tengo mis derechos» de los primeros meses se ha tornado en una actitud más colaboradora. El régimen de aislamiento en el que vive le permite cinco llamadas a la semana, intervenidas como su correo. Todos los días recibe el Gara. Sale al patio tres horas y le alternan el compañero de paseo. El moldavo Pietro Arcan, el asesino de la baraja, o los procesados por el 11- M están entre los candidatos. A quien le toca, lo alecciona («No dejes que los funcionarios te pisoteen») y le ayuda a rellenar recursos. A veces, viste uno de las equipaciones de la selección vasca que le envían por correo.
Comentarios
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