Rajoy acusa al presidente de «frivolidad insuperable» por no desmentir la cercana legalización de Batasuna
20-06-06
ALTO EL FUEGO
Rajoy acusa al presidente de «frivolidad insuperable» por no desmentir la cercana legalización de Batasuna
CARMEN REMIREZ DE GANUZA
ALTO EL FUEGO
Rajoy acusa al presidente de «frivolidad insuperable» por no desmentir la cercana legalización de Batasuna
CARMEN REMIREZ DE GANUZA
MADRID.- Mariano Rajoy acusó ayer a Zapatero de «frivolidad insuperable» por no desmentir lo que, de ser cierto -dijo-, sería «gravísimo» y es que la hoja de ruta del proceso de paz pasa no sólo por sus conversaciones inmediatas con ETA y Batasuna, sino con la legalización, en agosto, de la ilegal formación abertzale.
Así se publicó hace unos días y así parece creerlo el presidente del PP, quien no reparó en calificar de «irresponsable» al Gobierno por otorgar con su silencio la verosimilitud del calendario.
(.../...)
Y es que, a falta de noticias directas del Gobierno -ayer no había recibido la anunciada llamada del presidente-, el líder de los populares optó por pasar a la contraofensiva. No sólo confirmó la ruptura de relaciones que él mismo solemnizó en el Congreso, sino que le advirtió de su abierta «disconformidad» con los tres primeros pasos de la pretendida hoja de ruta. Así, Rajoy declaró «disparatado» que haya «mediadores internacionales», dado que no cabe reconocer un presunto conflicto entre comunidades nacionales. En segundo lugar, se pronunció en contra de la constitución de una mesa de partidos. En este caso, además de «disparatada», calificó dicha posibilidad de «ilegal» y «anticonstitucional». Pero además, y en tercer lugar, Rajoy subrayó su oposición a la legalización de Batasuna. Si en los dos supuestos anteriores señaló que se trataba de demandas explícitas de ETA, en este caso Rajoy sentenció que «Batasuna es ETA» y que, «mientras ETA no se disuelva, Batasuna no se puede presentar a las elecciones».
Rajoy alertó de que «no se puede relativizar todo, y menos la ley», y que «si el Gobierno no liquida la Ley de Partidos Políticos» -«yo me opondría», dijo- «no puede legalizar a una organización ilegal y terrorista».
En este sentido, se enfrentó a uno de los tópicos políticos más extendidos por el Gobierno y aseguró que «no basta con que Batasuna condene la violencia para que sea legalizada». Rajoy puntualizó que «Batasuna es una parte de ETA, y eso de que una parte condena y otra parte no condena es una burla». En su opinión, legalizar Batasuna sin la previa disolución de ETA equivaldría a negociar «con las pistolas encima de la mesa».
Rajoy dejó clara su oposición total al proceso, incluido el contacto entre ETA y el Gobierno que él mismo había avalado en su día como una forma de verificación del alto el fuego. «En este momento», dijo ayer, «no me parece bien nada».
Así se publicó hace unos días y así parece creerlo el presidente del PP, quien no reparó en calificar de «irresponsable» al Gobierno por otorgar con su silencio la verosimilitud del calendario.
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Y es que, a falta de noticias directas del Gobierno -ayer no había recibido la anunciada llamada del presidente-, el líder de los populares optó por pasar a la contraofensiva. No sólo confirmó la ruptura de relaciones que él mismo solemnizó en el Congreso, sino que le advirtió de su abierta «disconformidad» con los tres primeros pasos de la pretendida hoja de ruta. Así, Rajoy declaró «disparatado» que haya «mediadores internacionales», dado que no cabe reconocer un presunto conflicto entre comunidades nacionales. En segundo lugar, se pronunció en contra de la constitución de una mesa de partidos. En este caso, además de «disparatada», calificó dicha posibilidad de «ilegal» y «anticonstitucional». Pero además, y en tercer lugar, Rajoy subrayó su oposición a la legalización de Batasuna. Si en los dos supuestos anteriores señaló que se trataba de demandas explícitas de ETA, en este caso Rajoy sentenció que «Batasuna es ETA» y que, «mientras ETA no se disuelva, Batasuna no se puede presentar a las elecciones».
Rajoy alertó de que «no se puede relativizar todo, y menos la ley», y que «si el Gobierno no liquida la Ley de Partidos Políticos» -«yo me opondría», dijo- «no puede legalizar a una organización ilegal y terrorista».
En este sentido, se enfrentó a uno de los tópicos políticos más extendidos por el Gobierno y aseguró que «no basta con que Batasuna condene la violencia para que sea legalizada». Rajoy puntualizó que «Batasuna es una parte de ETA, y eso de que una parte condena y otra parte no condena es una burla». En su opinión, legalizar Batasuna sin la previa disolución de ETA equivaldría a negociar «con las pistolas encima de la mesa».
Rajoy dejó clara su oposición total al proceso, incluido el contacto entre ETA y el Gobierno que él mismo había avalado en su día como una forma de verificación del alto el fuego. «En este momento», dijo ayer, «no me parece bien nada».
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