Zapatero decide suprimir el cargo de Alto Comisionado de las Víctimas
20-06-06
Zapatero decide suprimir el cargo de Alto Comisionado de las Víctimas
No sustituirá a Peces-Barba en otoño como gesto al líder del PP, que se lo solicitó recientemente
FERNANDO GAREA
Zapatero decide suprimir el cargo de Alto Comisionado de las Víctimas
No sustituirá a Peces-Barba en otoño como gesto al líder del PP, que se lo solicitó recientemente
FERNANDO GAREA
MADRID.- El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, eliminará en otoño la figura del Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, según fuentes autorizadas de La Moncloa.
Zapatero ha tomado la decisión de acuerdo con el criterio que le ha transmitido en las últimas semanas el líder del PP, Mariano Rajoy, en las conversaciones que han mantenido a propósito del llamado proceso de paz. Gregorio Peces-Barba no será sustituido y su oficina volverá a depender del Ministerio del Interior. Sigue en
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Fuentes próximas al presidente del Gobierno aseguran que la supresión del Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo se trata de un gesto con el líder del PP para dejar patente la disposición a facilitar un acuerdo con el principal partido de la oposición.
La supresión de la figura del Alto Comisionado se materializará en septiembre, cuando Gregorio Peces-Barba cumpla su compromiso de renunciar al cargo. Zapatero no sólo no cubrirá el puesto, sino que devolverá la oficina al Ministerio del Interior, como estaba en la etapa del Gobierno del PP.
La figura del Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas fue creada por sorpresa por Zapatero el 17 de diciembre de 2004, justo después de la comparecencia de Pilar Manjón, representante de las víctimas de la masacre de Madrid, en la Comisión de Investigación del 11-M.
La intención de Zapatero era la de crear una figura que actuara como interlocutor de las víctimas y desde el Gobierno recogiera las peticiones de éstas. Para ello, designó a Gregorio Peces-Barba, quien ha mantenido su cargo de rector de la Universidad Carlos III.
La oficina del Alto Comisionado depende desde entonces de la Presidencia del Gobierno y, además de Peces-Barba, que tiene rango de secretario de Estado, dispone de un director general que en la práctica gestiona el día a día.
Antes, sus funciones de atención a las víctimas del terrorismo las tenía sólo una subdirección general del Ministerio del Interior, que se ha mantenido con competencias muy limitadas.
La idea de José Luis Rodríguez Zapatero es eliminar la dependencia de la Presidencia del Gobierno para incluirlas sólo en Interior, lo que supone una rectificación de su decisión de 2004. El objetivo es que toda la infraestructura creada vuelva al Ministerio del Interior, a una dirección general.
El nombramiento de Gregorio Peces-Barba fue polémico desde el primer momento, porque el PP criticó haberse enterado por una rueda de prensa de Zapatero en el Congreso de los Diputados, sin consensuar el nombre del titular del Alto Comisionado.
Luego, se han producido varios episodios de enfrentamiento con la Asociación de Víctimas del Terrorismo a propósito de las manifestaciones convocadas en contra de la política antiterrorista del Gobierno. El enfrentamiento con la AVT fue trasladado al Parlamento por el PP, que reiteradamente ha pedido la dimisión de Peces-Barba.
También ha discrepado abiertamente con el presidente del Gobierno al cuestionar su optimismo ante el proceso de paz o al calificar de «ilegal» el encuentro del lehendakari, Juan José Ibarretxe, con el líder de Batasuna, Arnaldo Otegi.
Peces-Barba habló entonces de «ofensa» a las víctimas y ahora no se ha pronunciado sobre la futura reunión entre el PSE y Batasuna.
El alto comisionado anunció en febrero de este año su intención de abandonar el cargo en septiembre, al inicio del que será su último curso como rector de la Universidad Carlos III. Según dijo entonces, su dimisión había sido pactada con el presidente del Gobierno.
Al parecer, recientemente Rajoy le pidió al presidente del Gobierno que diera marcha atrás en su decisión y no cubriera la vacante. Zapatero ha accedido a la petición, formulada en una de las conversaciones reservadas que han mantenido en las últimas semanas sobre el proceso de paz. En esas conversaciones ambos han intercambiado puntos de vista y el líder del PP le ha aportado experiencias de su etapa como ministro del Interior.
De la misma forma, siempre según la versión de La Moncloa, el presidente del Gobierno ha sometido a la opinión del líder de la oposición el formato del Pleno del Congreso en el que se le autorizara el inicio del diálogo con ETA.
Así, Zapatero descartó la posibilidad de incluir este asunto en el reciente Debate sobre el estado de la Nación, tal y como había planeado inicialmente. De hecho, el presidente del Gobierno aseguró en el debate de las propuestas de resolución hace dos semanas que estaba en disposición de pedir autorización a la Cámara para abrir el diálogo con ETA, pero prefería esperar por si era posible sumar al PP al acuerdo.
Zapatero ha tomado la decisión de acuerdo con el criterio que le ha transmitido en las últimas semanas el líder del PP, Mariano Rajoy, en las conversaciones que han mantenido a propósito del llamado proceso de paz. Gregorio Peces-Barba no será sustituido y su oficina volverá a depender del Ministerio del Interior. Sigue en
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Fuentes próximas al presidente del Gobierno aseguran que la supresión del Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo se trata de un gesto con el líder del PP para dejar patente la disposición a facilitar un acuerdo con el principal partido de la oposición.
La supresión de la figura del Alto Comisionado se materializará en septiembre, cuando Gregorio Peces-Barba cumpla su compromiso de renunciar al cargo. Zapatero no sólo no cubrirá el puesto, sino que devolverá la oficina al Ministerio del Interior, como estaba en la etapa del Gobierno del PP.
La figura del Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas fue creada por sorpresa por Zapatero el 17 de diciembre de 2004, justo después de la comparecencia de Pilar Manjón, representante de las víctimas de la masacre de Madrid, en la Comisión de Investigación del 11-M.
La intención de Zapatero era la de crear una figura que actuara como interlocutor de las víctimas y desde el Gobierno recogiera las peticiones de éstas. Para ello, designó a Gregorio Peces-Barba, quien ha mantenido su cargo de rector de la Universidad Carlos III.
La oficina del Alto Comisionado depende desde entonces de la Presidencia del Gobierno y, además de Peces-Barba, que tiene rango de secretario de Estado, dispone de un director general que en la práctica gestiona el día a día.
Antes, sus funciones de atención a las víctimas del terrorismo las tenía sólo una subdirección general del Ministerio del Interior, que se ha mantenido con competencias muy limitadas.
La idea de José Luis Rodríguez Zapatero es eliminar la dependencia de la Presidencia del Gobierno para incluirlas sólo en Interior, lo que supone una rectificación de su decisión de 2004. El objetivo es que toda la infraestructura creada vuelva al Ministerio del Interior, a una dirección general.
El nombramiento de Gregorio Peces-Barba fue polémico desde el primer momento, porque el PP criticó haberse enterado por una rueda de prensa de Zapatero en el Congreso de los Diputados, sin consensuar el nombre del titular del Alto Comisionado.
Luego, se han producido varios episodios de enfrentamiento con la Asociación de Víctimas del Terrorismo a propósito de las manifestaciones convocadas en contra de la política antiterrorista del Gobierno. El enfrentamiento con la AVT fue trasladado al Parlamento por el PP, que reiteradamente ha pedido la dimisión de Peces-Barba.
También ha discrepado abiertamente con el presidente del Gobierno al cuestionar su optimismo ante el proceso de paz o al calificar de «ilegal» el encuentro del lehendakari, Juan José Ibarretxe, con el líder de Batasuna, Arnaldo Otegi.
Peces-Barba habló entonces de «ofensa» a las víctimas y ahora no se ha pronunciado sobre la futura reunión entre el PSE y Batasuna.
El alto comisionado anunció en febrero de este año su intención de abandonar el cargo en septiembre, al inicio del que será su último curso como rector de la Universidad Carlos III. Según dijo entonces, su dimisión había sido pactada con el presidente del Gobierno.
Al parecer, recientemente Rajoy le pidió al presidente del Gobierno que diera marcha atrás en su decisión y no cubriera la vacante. Zapatero ha accedido a la petición, formulada en una de las conversaciones reservadas que han mantenido en las últimas semanas sobre el proceso de paz. En esas conversaciones ambos han intercambiado puntos de vista y el líder del PP le ha aportado experiencias de su etapa como ministro del Interior.
De la misma forma, siempre según la versión de La Moncloa, el presidente del Gobierno ha sometido a la opinión del líder de la oposición el formato del Pleno del Congreso en el que se le autorizara el inicio del diálogo con ETA.
Así, Zapatero descartó la posibilidad de incluir este asunto en el reciente Debate sobre el estado de la Nación, tal y como había planeado inicialmente. De hecho, el presidente del Gobierno aseguró en el debate de las propuestas de resolución hace dos semanas que estaba en disposición de pedir autorización a la Cámara para abrir el diálogo con ETA, pero prefería esperar por si era posible sumar al PP al acuerdo.
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