Rajoy sospecha que Zapatero gestiona cómo sacar a Batasuna de la lista terrorista de la UE

22-06-06



ALTO EL FUEGO / Las consecuencias en el exterior

Rajoy sospecha que Zapatero gestiona cómo sacar a Batasuna de la lista terrorista de la UE


Todos los grupos parlamentarios, salvo el PSOE, constatan que la Unión está estancada y en crisis - El PP propone supeditar los acuerdos con países africanos a que éstos controlen su inmigración

MARISA CRUZ

MADRID.- Mariano Rajoy no quiso ser cogido por sorpresa, y aunque desde el Gobierno se había garantizado que no sería el Pleno de ayer en el que Zapatero anunciaría a la Cámara su decisión de iniciar contactos con ETA, el líder del PP optó, por si acaso, por sacar a relucir la cuestión por su cuenta. Así, y aunque el debate estaba dedicado a la reciente Cumbre de la UE, el jefe de los populares aprovechó para dejar caer la sospecha de que desde el Ejecutivo se pretende negociar la eliminación de Batasuna de la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea.

El líder del primer partido de la oposición se lo preguntó abiertamente al presidente. Previamente, había afirmado que la política que desarrolla el Gobierno en relación con ETA «va en el sentido opuesto a la del resto de estados miembros» de la UE, «debilita la lucha contra el terrorismo, introduce importantes incertidumbres y supone un ejemplo», dijo, «en el que se pueden amparar otras organizaciones terroristas».
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«Señor presidente», aseguró Rajoy, «le guste o no, Batasuna sigue formando parte de la lista de grupos terroristas de la UE. Cualquier negociación con dicha organización será, por tanto, una violación del derecho comunitario. ¿O es que acaso está usted haciendo gestiones para que Batasuna desaparezca de la lista europea de organizaciones terroristas?».

El interrogante del líder popular quedó en el aire. Zapatero se negó expresamente a hacer en este debate «ninguna consideración respecto al terrorismo ni a organizaciones ilegalizadas». Fue el portavoz del PSOE, Diego López Garrido, quien se encargó de afirmar que el Gobierno «trabaja permanentemente para acabar con el terrorismo», y recalcó que no tiene «nada que ver con listas», ni trabaja para sacar a Batasuna de ninguna de ellas.

Ahí quedó el conato de polémica, que fue seguido atentamente por el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), José Alcaraz, desde las tribunas de público.

El resto del debate, centrado ya exclusivamente en los asuntos abordados por el Consejo Europeo el pasado jueves y viernes, fue un ejemplo de todos frente a uno. Todos los grupos parlamentarios, salvo el PSOE, que cerró filas en torno a la visión optimista de Zapatero, constataron sin excepción que la Unión Europea está sumida en un periodo de «estancamiento», «crisis», «desorientación» y «parálisis».

«Estoy convencido», dijo el presidente del Gobierno, «de que Europa está avanzando». Sus palabras toparon con el profundo escepticismo de todos los grupos. Ninguno ve claro el que, como asegura el Gobierno, el Tratado Constitucional de la UE tenga posibilidades de acabar viendo la luz tras los noes de Francia y Holanda. Ninguno tampoco considera realista la postura de firmeza en defensa del actual texto constitucional que pretende esgrimir Zapatero. Así se lo manifestaron ayer al presidente quien, con poco entusiasmo, pidió dar tiempo al tiempo a los socios de la Unión.

Después, llegó el turno de la inmigración. Zapatero defendió el esfuerzo hecho por su Gobierno ante los socios comunitarios para conseguir implicarlos en el problema. «España», dijo el presidente, «no se siente sola en los problemas de la inmigración porque no lo está». Tampoco esta afirmación fue recibida con entusiasmo por los grupos parlamentarios. La mayoría considera que la implicación europea es todavía muy teórica y poco práctica.

El más duro nuevamente fue el líder del PP, quien aprovechó su turno de réplica para explicar las líneas maestras de la política que él pondría en marcha si estuviera al frente del país. Rajoy rescató una vieja propuesta hecha por el Gobierno de Aznar a sus socios europeos: condicionar las relaciones y los acuerdos de la UE con países terceros a que éstos se comprometan a colaborar en el control de sus flujos migratorios.

El líder del PP también exigió al presidente del Gobierno una declaración nítida de que no volverá a haber en España un proceso de regularización masiva de inmigrantes; le pidió medidas de «control efectivo» de las aguas de Canarias y de los Pirineos, así como un refuerzo de los puertos y aeropuertos.

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