Una ONG internacional ha preparado el primer encuentro con ETA
19-06-06
ALTO EL FUEGO / El diálogo con los terroristas
Una ONG internacional ha preparado el primer encuentro con ETA
La recomendó Tony Blair y ya ha mantenido varias reuniones con dirigentes terroristas
FERNANDO GAREA
ALTO EL FUEGO / El diálogo con los terroristas
Una ONG internacional ha preparado el primer encuentro con ETA
La recomendó Tony Blair y ya ha mantenido varias reuniones con dirigentes terroristas
FERNANDO GAREA
MADRID.- El Centro para el Diálogo Humanitario (Center for Humanitarian Dialogue) tiene ya ultimado el que será el primer encuentro formal entre el Gobierno y ETA, una vez que sea autorizado por el Congreso de los Diputados.
Esta organización no gubernamental tiene su sede en Suiza y ha colaborado activamente en poner en marcha este proceso. Miembros de este colectivo han mantenido ya varias reuniones con dirigentes de ETA en distintas capitales europeas, tal y como informó EL MUNDO el pasado 18 de abril.
(.../...)
En esos encuentros participó José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, y sirvieron para que José Luis Rodríguez Zapatero constatara la disposición de ETA de avanzar hacia el fin del terrorismo y para poner en marcha el procedimiento de futuras conversaciones.
Esta mediación le ha servido al Gobierno para restar importancia a algunos comunicados de ETA o para conocer que el alto el fuego es real y que la organización terrorista no había ordenado ataques como el que sufrió un concejal de UPN, semanas después de comenzar el alto el fuego, o para blindar el proceso de declaraciones hostiles desde ambos lados. Parte de la actividad del Centro para el Diálogo Humanitario ha sido la de facilitar el desplazamiento de dirigentes de ETA a esas reuniones que se celebraron en Ginebra y en Oslo.
La Fundación Carter
El Centro está dirigido por el diplomático británico Martin Griffiths y su fuente principal de financiación es el Gobierno del Reino Unido, aunque su actividad sea totalmente independiente. Fuentes del Gobierno español aseguran que la utilización de esta organización como mediadora fue sugerida por el primer ministro británico, Tony Blair, que tuvo una destacada participación en el diseño del proceso junto a Zapatero.
La presencia de este tipo de instituciones en las conversaciones de paz fue frecuente en Irlanda y Blair utilizó, entre otras, a la Fundación Carter para que supervisara la entrega de las armas y la salida de los presos.
Además, ETA siempre ha reclamado la presencia de mediadores que supervisen las conversaciones con el Gobierno. En 1998, la organización terrorista y el Gobierno de Aznar aceptaron que el obispo Uriarte estuviera incluso presente en la única reunión celebrada entre ambas partes; antes, en las conversaciones de Argel, tuvo un papel destacado el Gobierno de Argelia.
El Centro para el Diálogo Humanitario intervino también para que ETA hiciera público el comunicado de alto el fuego permanente, dando cumplimiento a alguna de las exigencias del Gobierno de Zapatero, que pretendía una declaración que fuera más allá de las treguas habituales y se basara en la terminología utilizada por el IRA en 1994.
Esta ONG colabora también con el Gobierno de Noruega, donde se celebró una de las reuniones con ETA. Trece países, entre los que no está España, colaboran en su financiación: Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Italia, Japón, Holanda, Noruega, Suiza, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos.
La organización tiene estrechas relaciones con la ONU y la Cruz Roja, según indica en su página web. Ha intervenido en la resolución de conflictos tan distintos como los de Nepal, Indonesia y Colombia, entre otros, y participa activamente en multitud de foros internacionales, donde goza de reconocido prestigio.
La mayor parte de sus miembros son diplomáticos y muchos han trabajado en instituciones como la ONU. Diversas fuentes aseguran que, en este caso, todos los que han participado han sido diplomáticos.
Fuentes del Gobierno explican que, a diferencia de lo que ocurrió en 1998, esta vez el proceso está ya muy avanzado y precedido de mucho trabajo previo. En aquella ocasión, formalmente el Gobierno llegó a la reunión con ETA sin saber hasta dónde llegaba el compromiso con la paz definitiva; en este caso, esa etapa ya ha sido cubierta a través del mediador internacional. Ahora, las primeras reuniones servirán sobre todo para preparar calendarios y temarios de diálogo, dando por hecho que ya se ha constatado la voluntad de ETA de entregar las armas al final del proceso.
En la Moncloa insisten en que con ETA sólo se hablará de presos y de prófugos, no de cuestiones políticas que quedarán para la mesa de partidos. Dicen que, a corto plazo, no están previstas decisiones que afecten a los reclusos de ETA, sino que se adoptarán a medio plazo.
El Centro para el Diálogo Humanitario tiene una amplia experiencia en la mediación en conflictos en todos los continentes y funcionarios de esta institución trabajan en multitud de países, tal y como se explica en su página web.
Esta organización no gubernamental tiene su sede en Suiza y ha colaborado activamente en poner en marcha este proceso. Miembros de este colectivo han mantenido ya varias reuniones con dirigentes de ETA en distintas capitales europeas, tal y como informó EL MUNDO el pasado 18 de abril.
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En esos encuentros participó José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, y sirvieron para que José Luis Rodríguez Zapatero constatara la disposición de ETA de avanzar hacia el fin del terrorismo y para poner en marcha el procedimiento de futuras conversaciones.
Esta mediación le ha servido al Gobierno para restar importancia a algunos comunicados de ETA o para conocer que el alto el fuego es real y que la organización terrorista no había ordenado ataques como el que sufrió un concejal de UPN, semanas después de comenzar el alto el fuego, o para blindar el proceso de declaraciones hostiles desde ambos lados. Parte de la actividad del Centro para el Diálogo Humanitario ha sido la de facilitar el desplazamiento de dirigentes de ETA a esas reuniones que se celebraron en Ginebra y en Oslo.
La Fundación Carter
El Centro está dirigido por el diplomático británico Martin Griffiths y su fuente principal de financiación es el Gobierno del Reino Unido, aunque su actividad sea totalmente independiente. Fuentes del Gobierno español aseguran que la utilización de esta organización como mediadora fue sugerida por el primer ministro británico, Tony Blair, que tuvo una destacada participación en el diseño del proceso junto a Zapatero.
La presencia de este tipo de instituciones en las conversaciones de paz fue frecuente en Irlanda y Blair utilizó, entre otras, a la Fundación Carter para que supervisara la entrega de las armas y la salida de los presos.
Además, ETA siempre ha reclamado la presencia de mediadores que supervisen las conversaciones con el Gobierno. En 1998, la organización terrorista y el Gobierno de Aznar aceptaron que el obispo Uriarte estuviera incluso presente en la única reunión celebrada entre ambas partes; antes, en las conversaciones de Argel, tuvo un papel destacado el Gobierno de Argelia.
El Centro para el Diálogo Humanitario intervino también para que ETA hiciera público el comunicado de alto el fuego permanente, dando cumplimiento a alguna de las exigencias del Gobierno de Zapatero, que pretendía una declaración que fuera más allá de las treguas habituales y se basara en la terminología utilizada por el IRA en 1994.
Esta ONG colabora también con el Gobierno de Noruega, donde se celebró una de las reuniones con ETA. Trece países, entre los que no está España, colaboran en su financiación: Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Italia, Japón, Holanda, Noruega, Suiza, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos.
La organización tiene estrechas relaciones con la ONU y la Cruz Roja, según indica en su página web. Ha intervenido en la resolución de conflictos tan distintos como los de Nepal, Indonesia y Colombia, entre otros, y participa activamente en multitud de foros internacionales, donde goza de reconocido prestigio.
La mayor parte de sus miembros son diplomáticos y muchos han trabajado en instituciones como la ONU. Diversas fuentes aseguran que, en este caso, todos los que han participado han sido diplomáticos.
Fuentes del Gobierno explican que, a diferencia de lo que ocurrió en 1998, esta vez el proceso está ya muy avanzado y precedido de mucho trabajo previo. En aquella ocasión, formalmente el Gobierno llegó a la reunión con ETA sin saber hasta dónde llegaba el compromiso con la paz definitiva; en este caso, esa etapa ya ha sido cubierta a través del mediador internacional. Ahora, las primeras reuniones servirán sobre todo para preparar calendarios y temarios de diálogo, dando por hecho que ya se ha constatado la voluntad de ETA de entregar las armas al final del proceso.
En la Moncloa insisten en que con ETA sólo se hablará de presos y de prófugos, no de cuestiones políticas que quedarán para la mesa de partidos. Dicen que, a corto plazo, no están previstas decisiones que afecten a los reclusos de ETA, sino que se adoptarán a medio plazo.
El Centro para el Diálogo Humanitario tiene una amplia experiencia en la mediación en conflictos en todos los continentes y funcionarios de esta institución trabajan en multitud de países, tal y como se explica en su página web.
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