¿Algo más que un suicidio?
07-07-06
11-M / Ataque a un testigo
¿Algo más que un suicidio?
La ex esposa del confidente, la brasileña 'Lorena', se ahogó en la playa de San Lorenzo (Gijón) delante de varios testigos
11-M / Ataque a un testigo
¿Algo más que un suicidio?
La ex esposa del confidente, la brasileña 'Lorena', se ahogó en la playa de San Lorenzo (Gijón) delante de varios testigos
MADRID.- La muerte de la brasileña Elizángela Barbosa, Lorena, no pudo ser más extraña. Se ahogó con 22 años la tarde del 3 diciembre de 2004, en la playa más importante y concurrida de Gijón, delante de varios testigos.
Nunca lo tuvo fácil la joven ex mujer de Francisco Javier Lavandera, que, desde que a los 12 años se quedó embarazada, tuvo que luchar para alimentar a sus dos hijas. Al confidente y padre de su hijo de tres años lo conoció en el local de alterne de Gijón, en el que ambos trabajaban. Ella era bailarina de striptease y utilizaba para su espectáculo las serpientes que él criaba.
(.../...)
Pero su vida realmente se convirtió en un infierno cuando se hizo público que Lavandera alertó en 2001 a las Fuerzas de Seguridad de que se preparaba un atentado con bombas accionadas por teléfonos móviles.
Los familiares y amigos de Lorena están convencidos de que su muerte, en la playa de San Lorenzo, fue algo más que un suicidio.
La noche anterior, la joven había salido con unos conocidos. No pasaba por un buen momento. Desde que Lavandera se convirtió en testigo protegido se mostraba inquieta.
Al parecer, según relataron sus allegados, fue a un lugar «por donde no debió aparecer y donde alguien le debió de calentar la cabeza, lo que, unido a lo que ella llevaba en el cuerpo, fue la gota que colmó el vaso».
Lorena se fue directamente a la playa, sin haberse ido a la cama desde el día anterior, y durante más de una hora discutió con algunos amigos a través de su móvil. Les dijo que se iba a quitar la vida.
De hecho, el centro de emergencias 112 de Asturias recibió a las 16.00 horas la alerta de un joven que avisó de que Lorena le había llamado amenazando con suicidarse.
Según varios testigos, cuando los efectivos llegaron a la playa, Lorena estaba en la orilla, en ropa interior. La Policía trató de disuadirla, pero, al parecer, la perdieron de vista y ella se metió en el agua.
Una hora después, el helicóptero de emergencias sobrevolaba la playa buscándola. Según los surfistas que estaban allí en esos momentos, no había mucha profundidad en esa zona.
La rescató un efectivo de emergencias, con la ayuda de un surfista. No se pudo hacer nada por salvar su vida.
Nadie les ha explicado aún a los seres queridos de Lorena por qué la Policía Nacional no entró por ella cuando la vio meterse en el agua. En el informe policial se asegura que los agentes llegaron a la playa «cuando la mujer ya estaba con el agua al cuello» y que, debido «al mal estado de la mar», que impidió actuar a un socorrista profesional que pasaba por la zona, optaron por esperar la llegada de los efectivos de salvamento.
Israel Fanjul, uno de los socorristas que trató de rescatarla, puso en duda esta versión. Sostuvo que él estuvo en el agua 40 minutos, intentando localizar el cuerpo, mientras cuatro policías nacionales esperaban en la orilla. «Si la policía se hubiera movilizado con más rapidez, quizá no se les habría ido de las manos», opinó. «Creo que la policía no se mojó y mi impresión fue que no llamó a los bomberos».
Lavandera le da la razón: «No hicieron nada por salvar a mi mujer. No entiendo que una persona esté en el agua y que se tarde 45 minutos en llamar a Salvamento Marítimo. Se han salido con la suya».
Nunca lo tuvo fácil la joven ex mujer de Francisco Javier Lavandera, que, desde que a los 12 años se quedó embarazada, tuvo que luchar para alimentar a sus dos hijas. Al confidente y padre de su hijo de tres años lo conoció en el local de alterne de Gijón, en el que ambos trabajaban. Ella era bailarina de striptease y utilizaba para su espectáculo las serpientes que él criaba.
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Pero su vida realmente se convirtió en un infierno cuando se hizo público que Lavandera alertó en 2001 a las Fuerzas de Seguridad de que se preparaba un atentado con bombas accionadas por teléfonos móviles.
Los familiares y amigos de Lorena están convencidos de que su muerte, en la playa de San Lorenzo, fue algo más que un suicidio.
La noche anterior, la joven había salido con unos conocidos. No pasaba por un buen momento. Desde que Lavandera se convirtió en testigo protegido se mostraba inquieta.
Al parecer, según relataron sus allegados, fue a un lugar «por donde no debió aparecer y donde alguien le debió de calentar la cabeza, lo que, unido a lo que ella llevaba en el cuerpo, fue la gota que colmó el vaso».
Lorena se fue directamente a la playa, sin haberse ido a la cama desde el día anterior, y durante más de una hora discutió con algunos amigos a través de su móvil. Les dijo que se iba a quitar la vida.
De hecho, el centro de emergencias 112 de Asturias recibió a las 16.00 horas la alerta de un joven que avisó de que Lorena le había llamado amenazando con suicidarse.
Según varios testigos, cuando los efectivos llegaron a la playa, Lorena estaba en la orilla, en ropa interior. La Policía trató de disuadirla, pero, al parecer, la perdieron de vista y ella se metió en el agua.
Una hora después, el helicóptero de emergencias sobrevolaba la playa buscándola. Según los surfistas que estaban allí en esos momentos, no había mucha profundidad en esa zona.
La rescató un efectivo de emergencias, con la ayuda de un surfista. No se pudo hacer nada por salvar su vida.
Nadie les ha explicado aún a los seres queridos de Lorena por qué la Policía Nacional no entró por ella cuando la vio meterse en el agua. En el informe policial se asegura que los agentes llegaron a la playa «cuando la mujer ya estaba con el agua al cuello» y que, debido «al mal estado de la mar», que impidió actuar a un socorrista profesional que pasaba por la zona, optaron por esperar la llegada de los efectivos de salvamento.
Israel Fanjul, uno de los socorristas que trató de rescatarla, puso en duda esta versión. Sostuvo que él estuvo en el agua 40 minutos, intentando localizar el cuerpo, mientras cuatro policías nacionales esperaban en la orilla. «Si la policía se hubiera movilizado con más rapidez, quizá no se les habría ido de las manos», opinó. «Creo que la policía no se mojó y mi impresión fue que no llamó a los bomberos».
Lavandera le da la razón: «No hicieron nada por salvar a mi mujer. No entiendo que una persona esté en el agua y que se tarde 45 minutos en llamar a Salvamento Marítimo. Se han salido con la suya».
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