«Se le ordenó esperar. La orden fue taxativa: esperar»
08-07-06
11-M / La actuación judicial
«Se le ordenó esperar. La orden fue taxativa: esperar»
11-M / La actuación judicial
«Se le ordenó esperar. La orden fue taxativa: esperar»
MADRID.- En su declaración indagatoria del pasado 16 de mayo, el ex minero de Avilés José Emilio Suárez Trashorras narró una de las conversaciones que mantuvo con el inspector Manuel García, al que le proporcionaba información sobre delincuentes.
Según explicó aquel día el sospechoso de proporcionar el explosivo a los autores materiales del 11-M, se ofreció para la detención de, entre otros, Jamal Ahmidan, El Chino, uno de los presuntos autores materiales de la masacre, lógicamente antes de los atentados. Esta oferta se la hizo a su controlador policial, el inspector García, conocido como Manolón. Pero la respuesta que recibió fue clara y contundente: «Se le ordenó esperar. La orden fue taxativa, esperar». Así lo relata en su escrito el juez Del Olmo quien añade que este dato también lo mantuvo el ex minero durante su carteo con el inspector de la Policía de Avilés.
(.../...)
Suárez Trashorras se negó a responder a la mayoría de las preguntas de las acusaciones. Así, no quiso responder cuál era su relación con El Chino, ni si conocía a Hicham Ahmidan (primo de El Chino) ni a Abdennabi Kounja, otro de los siete suicidas de Leganés. El ex minero tampoco quiso aclarar en la declaración indagatoria cuántas veces estuvo en la casa de Morata de Tajuña, en la que se presume que los terroristas almacenaron los explosivos con los que prepararon las bombas.
Tampoco quiso aclarar si Rafá Zouhier, otro de los procesados por los atentados, le propuso en algún momento que vendiese explosivos a Jamal Ahmidan y si le constaba que Zouhier hubiera cobrado algún tipo de comisión por la compra de los explosivos. Otro de los letrados le preguntó si tenía relación con algunos de los procesados en esta causa. Suárez Trashorras le contestó que la única relación que tenía era como consecuencia de una investigación policial de una red del que era el principal responsable El Chino.
Según el relato del ex minero, todo lo relacionado con esta red lo puso en conocimiento del inspector Manuel García, «todo lo que iba sabiendo en relación a teléfonos, personas, matrículas de vehículos e, incluso, llegó a facilitar la documentación falsificada de Jamal Ahmidan a nombre de Redouan», detalla en su escrito el juez Del Olmo.
«¿Todas estas relaciones estaban vinculadas con el tráfico de hachís? ¿En algún momento pensó que era dinamita y que iba a haber un atentado?». Suárez Trashorras manifestó que no supo nunca que se iba a perpetrar un atentado.
Jamal Zougam, en su declaración indagatoria del 16 de mayo, insiste en que es un «cabeza de turco» en las investigaciones. Explicó que fue detenido el 13 de marzo junto a otras cuatro personas. Recordó que el día 14 había elecciones en España y las detenciones realizadas «seguro que tuvieron su repercusión en el resultado de las elecciones», indicó.
Según explicó aquel día el sospechoso de proporcionar el explosivo a los autores materiales del 11-M, se ofreció para la detención de, entre otros, Jamal Ahmidan, El Chino, uno de los presuntos autores materiales de la masacre, lógicamente antes de los atentados. Esta oferta se la hizo a su controlador policial, el inspector García, conocido como Manolón. Pero la respuesta que recibió fue clara y contundente: «Se le ordenó esperar. La orden fue taxativa, esperar». Así lo relata en su escrito el juez Del Olmo quien añade que este dato también lo mantuvo el ex minero durante su carteo con el inspector de la Policía de Avilés.
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Suárez Trashorras se negó a responder a la mayoría de las preguntas de las acusaciones. Así, no quiso responder cuál era su relación con El Chino, ni si conocía a Hicham Ahmidan (primo de El Chino) ni a Abdennabi Kounja, otro de los siete suicidas de Leganés. El ex minero tampoco quiso aclarar en la declaración indagatoria cuántas veces estuvo en la casa de Morata de Tajuña, en la que se presume que los terroristas almacenaron los explosivos con los que prepararon las bombas.
Tampoco quiso aclarar si Rafá Zouhier, otro de los procesados por los atentados, le propuso en algún momento que vendiese explosivos a Jamal Ahmidan y si le constaba que Zouhier hubiera cobrado algún tipo de comisión por la compra de los explosivos. Otro de los letrados le preguntó si tenía relación con algunos de los procesados en esta causa. Suárez Trashorras le contestó que la única relación que tenía era como consecuencia de una investigación policial de una red del que era el principal responsable El Chino.
Según el relato del ex minero, todo lo relacionado con esta red lo puso en conocimiento del inspector Manuel García, «todo lo que iba sabiendo en relación a teléfonos, personas, matrículas de vehículos e, incluso, llegó a facilitar la documentación falsificada de Jamal Ahmidan a nombre de Redouan», detalla en su escrito el juez Del Olmo.
«¿Todas estas relaciones estaban vinculadas con el tráfico de hachís? ¿En algún momento pensó que era dinamita y que iba a haber un atentado?». Suárez Trashorras manifestó que no supo nunca que se iba a perpetrar un atentado.
Jamal Zougam, en su declaración indagatoria del 16 de mayo, insiste en que es un «cabeza de turco» en las investigaciones. Explicó que fue detenido el 13 de marzo junto a otras cuatro personas. Recordó que el día 14 había elecciones en España y las detenciones realizadas «seguro que tuvieron su repercusión en el resultado de las elecciones», indicó.
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