Aznar acusa a Zapatero de asumir que a las víctimas de ETA las 'mataron para nada
04-07-06
ALTO EL FUEGO / Oposición frontal
Aznar acusa a Zapatero de asumir que a las víctimas de ETA las 'mataron para nada'
ALTO EL FUEGO / Oposición frontal
Aznar acusa a Zapatero de asumir que a las víctimas de ETA las 'mataron para nada'
«Los verdugos van ganando la partida... En el día señalado, en el lugar que le dijeron, ha pronunciado las palabras que le exigieron; ahora caminan juntos»
Discurso integro de Aznar aqui
CARMEN REMIREZ DE GANUZA
NAVACERRADA (MADRID).- Se cumplieron las expectativas. El Aznar más duro hizo su aparición pública ayer, en el Campus de verano de FAES, para responder al momento político más bronco y trascendental de la legislatura. Cinco días después de que el jefe del Ejecutivo anunciara el inicio de conversaciones con ETA y Batasuna, su antecesor en La Moncloa y actual presidente de honor del PP se lanzó en tromba contra el proceso de paz y acusó a Zapatero de procurar con «sus actos» que «los verdugos ganen la partida a las víctimas». «Aguantaron para nada. Les mataron para nada».
El presidente Rodríguez Zapatero fue la diana de las acusaciones de Aznar, quien proclamó que «no hay paz cuando no hay justicia»; sobre todo cuando «unos tienen que tragarse lo que otros han impuesto, no con los votos, sino con las pistolas».
(.../...)
Aznar no se limitó a calificar de «error» el proceso sino que identificó por completo los planes de ETA con los del jefe del Ejecutivo. «Ahora caminan juntos», llegó a afirmar. Ambos, la banda y el Gobierno han hecho, a su juicio, lo mismo: «aceptar una negociación política que conduzca a una decisión sobre el futuro del País Vasco y de España».
«¿Y esto es paz?», se preguntó Aznar entre grandes silencios ante un auditorio nutrido de políticos y estudiantes españoles y extranjeros, «¿hay paz cuando son los asesinos los que se sientan en la mesa de los vencedores?, ¿hay paz cuando se obliga por las armas a una nación a modificar su sistema político?».
«No estamos hablando», añadió, solemne, «de que los terroristas entreguen las armas, sino de que los ciudadanos normales entreguemos nuestra democracia, nuestra dignidad y nuestra nación».
Y es que Aznar no se conformó con reprochar a Zapatero su decisión de iniciar una negociación política y de dar la espalda a las víctimas. Además, le acusó de hacer un explícito «reconocimiento del derecho de autodeterminación» del pueblo vasco, al pronunciarse en favor de su derecho a decidir. «No puede significar otra cosa», argumentó, «porque decidir, todos los españoles, vascos incluidos, llevamos 30 años decidiendo».
En este sentido, y no contento con lo anterior, arremetió también contra el presidente del Gobierno por aceptar hasta las más nimias exigencias en lo que se refiere a los tiempos y al lenguaje.«Ha demostrado a los terroristas que está dispuesto a aceptar sus condiciones. En el día señalado, en el lugar que le dijeron, ha pronunciado las palabras que le exigieron que pronunciara», le recriminó.
El proceso de «negociación» con ETA no agotó en cualquier caso el discurso del ex inquilino de La Moncloa, quien, desmintiéndose a sí mismo sobre lo dicho dos años atrás en el mismo foro, y en línea con la decisión de Mariano Rajoy de promover cambios constitucionales para el fortalecimiento del Estado, anunció para esta edición del Campus de FAES el estudio de «ideas para el futuro de la Constitución».
Según dijo ayer Aznar, «nos han cambiado el sistema político de 1978 sin preguntarnos nada», y «el Estatuto de Cataluña ha cambiado nuestro régimen político». Aunque admitió no tener la seguridad de que «ese camino conduzca o no a la independencia efectiva y total de una u otra comunidad» -«supongo que sí», dijo, «porque algunos no se privarán de darse una alegría más al cuerpo»-, abogó por configurar una «alternativa» a la «disolución material del Estado», «cuyos efectos», puntualizó, «me parecen igual de graves».
Así, señaló que «vamos hacia una España más dividida». «Con rivalidades», añadió, «hasta para compartir el agua de los ríos»; con «derechos diferentes en cada territorio, como el los viejos fueros medievales», y con «instituciones comunes vacías de contenido».
En este capítulo dedicado la Constitución -que, a diferencia del terrorismo, sí formará parte de los cursos del Campus- Aznar tampoco olvidó arremeter contra Zapatero, aunque de manera más tácita. Dijo que «la primera obligación de cada español, sobre todo de cada gobernante español, es transmitir a la generación siguiente la nación íntegra y fuerte que hemos recibido». Además, anunció un curso dedicado a la libertad de expresión y adelantó su oposición a la creación de un Consejo regulador.
Discurso integro de Aznar aqui
CARMEN REMIREZ DE GANUZA
NAVACERRADA (MADRID).- Se cumplieron las expectativas. El Aznar más duro hizo su aparición pública ayer, en el Campus de verano de FAES, para responder al momento político más bronco y trascendental de la legislatura. Cinco días después de que el jefe del Ejecutivo anunciara el inicio de conversaciones con ETA y Batasuna, su antecesor en La Moncloa y actual presidente de honor del PP se lanzó en tromba contra el proceso de paz y acusó a Zapatero de procurar con «sus actos» que «los verdugos ganen la partida a las víctimas». «Aguantaron para nada. Les mataron para nada».
El presidente Rodríguez Zapatero fue la diana de las acusaciones de Aznar, quien proclamó que «no hay paz cuando no hay justicia»; sobre todo cuando «unos tienen que tragarse lo que otros han impuesto, no con los votos, sino con las pistolas».
(.../...)
Aznar no se limitó a calificar de «error» el proceso sino que identificó por completo los planes de ETA con los del jefe del Ejecutivo. «Ahora caminan juntos», llegó a afirmar. Ambos, la banda y el Gobierno han hecho, a su juicio, lo mismo: «aceptar una negociación política que conduzca a una decisión sobre el futuro del País Vasco y de España».
«¿Y esto es paz?», se preguntó Aznar entre grandes silencios ante un auditorio nutrido de políticos y estudiantes españoles y extranjeros, «¿hay paz cuando son los asesinos los que se sientan en la mesa de los vencedores?, ¿hay paz cuando se obliga por las armas a una nación a modificar su sistema político?».
«No estamos hablando», añadió, solemne, «de que los terroristas entreguen las armas, sino de que los ciudadanos normales entreguemos nuestra democracia, nuestra dignidad y nuestra nación».
Y es que Aznar no se conformó con reprochar a Zapatero su decisión de iniciar una negociación política y de dar la espalda a las víctimas. Además, le acusó de hacer un explícito «reconocimiento del derecho de autodeterminación» del pueblo vasco, al pronunciarse en favor de su derecho a decidir. «No puede significar otra cosa», argumentó, «porque decidir, todos los españoles, vascos incluidos, llevamos 30 años decidiendo».
En este sentido, y no contento con lo anterior, arremetió también contra el presidente del Gobierno por aceptar hasta las más nimias exigencias en lo que se refiere a los tiempos y al lenguaje.«Ha demostrado a los terroristas que está dispuesto a aceptar sus condiciones. En el día señalado, en el lugar que le dijeron, ha pronunciado las palabras que le exigieron que pronunciara», le recriminó.
El proceso de «negociación» con ETA no agotó en cualquier caso el discurso del ex inquilino de La Moncloa, quien, desmintiéndose a sí mismo sobre lo dicho dos años atrás en el mismo foro, y en línea con la decisión de Mariano Rajoy de promover cambios constitucionales para el fortalecimiento del Estado, anunció para esta edición del Campus de FAES el estudio de «ideas para el futuro de la Constitución».
Según dijo ayer Aznar, «nos han cambiado el sistema político de 1978 sin preguntarnos nada», y «el Estatuto de Cataluña ha cambiado nuestro régimen político». Aunque admitió no tener la seguridad de que «ese camino conduzca o no a la independencia efectiva y total de una u otra comunidad» -«supongo que sí», dijo, «porque algunos no se privarán de darse una alegría más al cuerpo»-, abogó por configurar una «alternativa» a la «disolución material del Estado», «cuyos efectos», puntualizó, «me parecen igual de graves».
Así, señaló que «vamos hacia una España más dividida». «Con rivalidades», añadió, «hasta para compartir el agua de los ríos»; con «derechos diferentes en cada territorio, como el los viejos fueros medievales», y con «instituciones comunes vacías de contenido».
En este capítulo dedicado la Constitución -que, a diferencia del terrorismo, sí formará parte de los cursos del Campus- Aznar tampoco olvidó arremeter contra Zapatero, aunque de manera más tácita. Dijo que «la primera obligación de cada español, sobre todo de cada gobernante español, es transmitir a la generación siguiente la nación íntegra y fuerte que hemos recibido». Además, anunció un curso dedicado a la libertad de expresión y adelantó su oposición a la creación de un Consejo regulador.
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